Uber recupera la licencia en Londres tras ganar su pulso legal con la capital británica
El juez cree que la empresa “es adecuada” para operar en la ciudad y valora sus avances en seguridad a pesar de sus “fallos históricos”
Uber, la compañía privada de vehículos de alquiler con conductor, ha recuperado este lunes su licencia para operar en Londres. La Corte de Magistrados ha fallado a favor de la empresa, casi un año después de que el organismo regulador del transporte londinense, TFL (en sus siglas en inglés) rechazara la renovación del contrato. El motivo que justificó la prohibición fue un supuesto fraude por el que se detectaron hasta 14.000 viajes realizados por conductores sin el permiso preceptivo para operar. El modo de reconocer a la persona que realiza el servicio es la foto que aparece en la app. En todos esos casos, se había utilizado la identidad de conductores con licencia efectiva a la que se había cambiado la foto personalizada.
El magistrado ponente, Tan Ikran, ha asegurado en el fallo que el tribunal dispone ahora “de confianza suficiente en que Uber ya no supone un riesgo para la seguridad, a pesar de su pasado historial de infracciones”. La compañía, entienden los jueces, ha llevado a cabo un proceso de revisión y mejora de sus medidas de seguridad, para evitar posibles fraudes en los documentos de licencia o de seguro, “hasta el punto de situarse ahora a la vanguardia en hacer frente a los desafíos del sector del transporte”.
La nueva licencia tendrá una duración de 18 meses, pero el tribunal no ha especificado si se verá sujeta a nuevas condiciones. “En los últimos meses hemos trabajado muy duro para responder a las preocupaciones señaladas por TFL. Hemos puesto en marcha comprobaciones de identidad de los conductores en tiempo real y seguimos comprometidos a que nuestro transporte en esta ciudad se realice de un modo seguro”, ha dicho el director regional de Uber, Jamie Heywood, después conocer el fallo.
El alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, quien respaldó en su momento la denegación de la licencia, ha acatado la decisión y reconocido las mejoras llevadas a cabo por la compañía. “Puedo asegurar a los londinenses que TFL seguirá vigilando estrechamente a Uber, y no dudaremos en tomar medidas drásticas si incumplen las estrictas medidas de seguridad que existen para proteger la seguridad de los pasajeros”, ha dicho Khan.
Cerca de 45.000 conductores utilizan la aplicación de la compañía para ofrecer sus servicios en la metrópoli, según afirma Uber, que asegura que atiende a más de tres millones y medio de clientes. La Asociación de Taxistas con Licencia ha expresado su decepción con una sentencia que consideran un “desastre” para la ciudad de Londres. “Uber ha demostrado una y otra vez que no ofrece la suficiente confianza y antepone sus propios beneficios a la seguridad de los viajeros, sus conductores y otros usuarios de la vía pública. Desafortunadamente, la compañía es al parecer demasiado grande como para poder regularla de un modo eficaz, pero a la vez demasiado grande como para dejarla caer”, ha dicho la asociación en un comunicado público.
Los conductores de los famosos taxis negros londinenses han protagonizado en los últimos años cortes de carretera y protestas diversas en las principales arterias de la ciudad, en su intento por frenar la competencia de Uber. El sistema de selección para obtener una licencia oficial, conocido como The Knowledge (El conocimiento), es de especial dureza, y supone conocer hasta el último callejón de una urbe con más de 12 millones de habitantes. Puede llevar de dos a cuatro años aprobar el examen, y cualquier usuario de la ciudad ha podido comprobar cómo un taxista rara vez echa mano del gps o del navegador para llegar al destino requerido.
Uber, que ya ha sido vetada de ciudades como Barcelona y se ha enfrentado a la justicia de varios países, era acusada con regularidad en Londres de problemas de seguridad, como agresiones a sus usuarios o sus chóferes.
Esto contribuyó a ensombrecer una reputación también marcada por las polémicas sobre la insuficiente remuneración de sus conductores y una competencia que los taxistas tradicionales consideran desleal.
Londres es uno de los mayores mercados mundiales de Uber y si pierde aquí definitivamente su licencia tendría graves consecuencias para sus ya maltrechas finanzas.
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