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El mejor septiembre para el empleo no alivia la presión de la pandemia sobre el mercado laboral

El paro y la afiliación a la Seguridad Social registran sus mejores cifras para un mes de septiembre, pero aún no bastan para compensar la mitad del empleo perdido por la covid-19

Javier Salvatierra
Varias personas ante una oficina del INEM en Madrid.
Varias personas ante una oficina del INEM en Madrid.EFE

Pese a los rebrotes y la incertidumbre derivada de la pandemia de covid-19, el mes pasado resultó ser el mejor septiembre de la serie histórica para el mercado laboral, aunque ni de lejos llega para paliar los estragos causados por el virus. Tanto el paro, con un descenso de 26.329 personas, como la afiliación a la Seguridad Social, con un aumento de 84.013, registraron cifras históricas, las mejores de sus series, que arrancan en los 90. Pero el tirón no es suficiente para recuperar siquiera la mitad del empleo perdido a causa de la pandemia y hay que tener en cuenta que aún hay más de 700.000 personas en ERTE, que cuentan como afiliados. Y se frena el ritmo al que vuelven al trabajo.

En los últimos años, septiembre ha sido un mes relativamente bueno para el mercado laboral español. Después de los despidos de finales de agosto, cuando baja la actividad turística, con las consiguientes caídas de afiliación, al siguiente mes se daba un efecto rebote que empujaba al alza la afiliación, aunque no con la fuerza suficiente como para reducir el paro. En este caso, en medio de una pandemia que ha trastocado todo, con el refuerzo extra del profesorado debido al inicio del curso escolar más atípico, y gracias a la agricultura, sí ha sido así. Para Funcas, el empujón del empleo se debe a “una menor destrucción de empleos de temporada como consecuencia de una contratación muy inferior en los meses previos”.

Septiembre fue el quinto mes consecutivo de aumento en el número de afiliados a la Seguridad Social, gracias al tirón de la educación, que sumó 55.428 afiliados más, seguida de las actividades administrativas y servicios auxiliares, que sumaron otros 40.005, la agricultura, con 35.525 más, y la industria, con 13.359. Aunque en septiembre perdió casi 2.000 afiliados, el sector sanitario es uno de los que más empleo ha ganado en términos anuales, debido al refuerzo requerido desde marzo para hacer frente a la pandemia: en septiembre trabajaban 1.692.033 personas en este sector, 55.960 más que en septiembre de 2019.

En el otro lado, se siguen desangrando la hostelería y el comercio, que perdieron conjuntamente más de 67.000 cotizantes solo en septiembre. En términos anuales, la hostelería ha perdido más de 241.000 empleos (un 16,76% menos) y el comercio, 76.700 (-3,12%).

Con todo, los buenos datos de afiliación en septiembre no bastan para enjugar las pérdidas debidas a la pandemia, tras las debacles en el empleo de marzo y abril, cuando se destruyeron casi un millón de empleos. Desde mayo se han recuperado 447.367, menos de la mitad del empleo perdido. En términos anuales, los 18.876.389 afiliados de septiembre son 447.062 menos que hace un año. “Las cifras de septiembre son buenas, contribuyen a paliar el impacto de la crisis, pero aún estamos muy lejos de poder ver un escenario similar al de antes de la pandemia”, incidió, Valentín Bote, director de Randstad Research, en conversación con este periódico. “De hecho, los expertos en macroeconomía no ven una recuperación total hasta finales de 2022”, señaló, a lo que se añade la incertidumbre relativa a los rebrotes de contagios y las nuevas restricciones para atajarlos. Pese a ello, el secretario de Estado de Seguridad Social, Israel Arroyo, consideró probable recuperar los niveles de afiliación previos a la pandemia a lo largo de 2021.

Los trabajadores en ERTE cuentan como afiliados a la Seguridad Social, por lo que, sin este esquema, la caída del número de afiliados estaría por encima 1,2 millones desde marzo. “Queda por lo tanto, un largo camino por recorrer para recuperar los niveles de empleo anteriores a la crisis y la normalidad de la actividad en algunos sectores y territorios”, valoró, por su parte, la patronal CEOE.

En cuanto al paro, en septiembre se redujo en 26.329 personas (-0,69%), el mejor guarismo para ese mes desde que hay registros, gracias a las caídas en todos los sectores productivos. Así, en los tres últimos meses el paro se reduce en más de 86.000 personas. Insuficiente, en todo caso, para compensar el impacto de la pandemia. La cifra total de parados registrados asciende a 3.776.485 personas, casi 700.000 más que en septiembre de 2019 y 530.000 más que en marzo.

Además, en septiembre se firmaron 1,6 millones de contratos, un 22% menos que en el mismo mes de 2019, con lo que, en el acumulado del año se han producido un 31% menos de contrataciones (11,6 millones, medio millón menos). “Hay 7,5 millones de demandantes de empleo (suma de parados y personas que buscan empleo aunque estén ocupados), una cifra muy llamativa que se produce en un contexto con una caída del 31% de los contratos, lo que indica que hay menos oportunidades laborales. Eso dificulta que salgan del paro en los próximos meses”, estima Valentín Bote.

Trabajadores en ERTE

Otro dato para situar la situación del mercado laboral es el número de trabajadores en expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Al término del mes de septiembre, aún quedaban 728.909 personas en ERTE. Son 83.529 menos que un mes antes, pero se aprecia una ralentización del ritmo en el que los trabajadores se van reincorporando a sus puestos. La cifra representa una reducción del 10,3% respecto a los 812.438 trabajadores en ERTE del cierre de agosto. En ese mes, la reducción respecto a julio fue del 27,3% y la de julio respecto a junio, el 38,9%, como destacó la CEOE que, además, destacó el “comportamiento heterogéneo” de la recuperación y la mayor dificultad en regiones con mayor dependencia del turismo. A juicio de Israel Arroyo, secretario de Estado de Seguridad Social, el fin de la temporada turística explica en parte la ralentización, puesto que si una empresa turística no ha sacado del ERTE a determinados trabajadores, una vez que acaba la temporada ya no lo va a hacer. Los rebrotes registrados desde el mes de julio, ante los que algunos países dictaron cuarentenas a los viajeros procedentes de España, tampoco han ayudado.

De los trabajadores en ERTE, 605.861 están inmersos en ERTE por causas de fuerza mayor y 123.048, de otro tipo. Los servicios de alojamiento y restauración concentran la mayor parte de los trabajadores amparados por este sistema de protección del empleo, con más de 250.000 trabajadores, a los que se suman otros 62.000 del comercio, 24.000 de las agencias de viaje o 14.000 del transporte aéreo.

En abril, se llegó a 3,4 millones de trabajadores en ERTE, por lo que han salido de esa situación tres cuartas partes de los que estuvieron en ella a causa de la pandemia. Ese porcentaje se reduce en los destinos turísticos, castigados por la ausencia de viajeros. Así, los trabajadores en ERTE se han reducido menos en Baleares (-48,8%) y Canarias (-62,3%).

Según el Ministerio de Trabajo, el gasto en prestaciones por ERTE ascendió en agosto (septiembre aún no está contabilizado) a 867 millones de euros, con lo que el total gastado por el Estado en este concepto se acerca a los 11.000 millones desde abril. El pico mensual se alcanzó en mayo, con 3.426 millones de euros.

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