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AmRest (La Tagliatella) pierde 162 millones y su auditor duda de su continuidad

KPMG señala en su informe que la firma ha incumplido determinados compromisos financieros

Javier Salvatierra
Un restaurante de La Tagliatella.
Un restaurante de La Tagliatella.M. C.

La pandemia de covid-19 ha impactado particularmente en los negocios de hostelería y el grupo AmRest, propietario de cadenas como La Tagliatella, no es una excepción. Tanto es así que su auditor cuestiona incluso la continuidad de la empresa en una nota adjunta a los resultados semestrales, que arrojan pérdidas de 162 millones de euros en la primera mitad del año, con un descenso de la facturación del 26,2%, hasta 684 millones. Sus acciones caen en Bolsa cerca de un 7%

KPMG aclara que ha realizado una “revisión limitada” de los resultados de AmRest, que tiene “un alcance sustancialmente menor” que una auditoría. Pese a ello, introduce un párrafo de énfasis en el que afirma que como consecuencia de la pandemia, el grupo ha incumplido “determinados compromisos financieros” vinculados a un préstamo sindicado (con varias entidades). Por tanto, el préstamo pasa a estar clasificado como pasivo corriente (a corto plazo) y eso hace que este pasivo (que pasa de 498,9 millones a 1.106,9) supere en 770,8 millones al activo corriente (recursos de la empresa que se pueden convertir rápidamente en efectivo). Aunque los bancos han dado permiso a la empresa para ese incumplimiento, el auditor señala “la existencia de una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad del grupo para continuar como empresa en funcionamiento”.

El incumplimiento se refiere a la proporción que la empresa debe mantener entre su deuda neta y el Ebitda. Los bancos exigen que se mantenga en un ratio inferior a 3,5, es decir, que la deuda no supere las 3,5 veces el ebitda. Esa proporción, que se revisa trimestralmente, no se cumplía a 30 de junio. La ratio era de 5,37.

La empresa admite el incumplimiento en el informe semestral, pero explica que ha tomado medidas para “reforzar la posición de liquidez”, como disponer de un tramo del mencionado préstamo, pedir préstamos bancarios con garantía estatal en Francia y España por valor de 75 millones o renegociar contratos de alquiler o servirse de las ayudas al empleo y a los alquileres puestos en marcha por las autoridades. Con ello, el consejo de administración del grupo entiende que tiene “capacidad para continuar como empresa en funcionamiento durante el futuro próximo, es decir, durante un periodo de al menos (pero no limitado a) doce meses desde la fecha de cierre”.

La empresa cuenta con una posición de caja de 217,7 millones de euros en efectivo, más del doble que un año antes. Su deuda asciende a 827,1 millones, de los que 155,4 corresponden a deuda a largo plazo y 671,7 a la deuda a corto plazo, como consecuencia del paso del crédito mencionado al pasivo a corto plazo. A cierre del año pasado, la proporción de deuda a largo y corto plazo era básicamente la inversa.

Sea como sea, queda claro que la pandemia ha supuesto un baldón para la empresa, que, además de ser dueña de marcas como La Tagliatella o Sushi Shop, ejerce como masterfranquiciado de marcas como Burger King, KFC, Pizza Hut o Starbucks en España y 1 países más, sobre todo de Europa central y del este y China. En total, a 30 de junio de 2020, el grupo, creado en Holanda en 2000 y que cotiza en la bolsa española y la de Varsovia (Polonia), opera 2.318 restaurantes, entre propios (1.844) y franquiciados (474). En España opera 329 locales, más o menos a partes iguales entre propios y franquiciados.

Prácticamente ningún entorno se libró del virus. El grupo señala que “la prohibición de apertura o limitaciones importantes en la actividad de los restaurantes [por la pandemia] ha dado lugar a una disminución de la actividad y la demanda de los clientes y, por consiguiente, a una caída de los ingresos”. Los ingresos del grupo alcanzaron los 684 millones de euros entre enero y junio, un 26,2% inferiores a los 927,7 millones de euros logrados durante el primer semestre del pasado año, al tiempo que el resultado de explotación fue negativo en 140,1 millones de euros, frente a un beneficio de 35,2 millones de euros de un año antes.

Asimismo, las empresas de AmRest en España han tramitado ante la autoridad de trabajo un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), que afectó a 3.288 empleados. A 30 de junio de 2020 el ERTE cubre a 1.957 empleados. La empresa solicitó ayudas para mantener los empleos en todos los países en los que opera y obtuvo 19,5 millones de subvenciones para el pago de salarios (14,2 millones) y cotizaciones sociales (5,3 millones), que fueron clasificados como otros ingresos de explotación.

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