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Foro Tendencias 2021 | Un año marcado por el coronavirus

El impacto de la pandemia de covid-19 centra las intervenciones de líderes políticos y empresariales en el Foro organizado por EL PAÍS y Kreab

El País

Destacadas personalidades del ámbito político y empresarial debatieron este jueves en el Foro Tendencias 2021 sobre las grandes tendencias políticas y económicas que se esperan en los próximos meses, marcados indefectiblemente por la pandemia de coronavirus. El foro, organizado por EL PAÍS y la consultora de comunicación KREAB y patrocinado por Telefónica y Abertis, celebró su tercera edición en el espacio Fundación Telefónica y contó con la presencia del Rey Felipe VI. A continuación, un resumen de las principales intervenciones.

Charlotte Erkhammar, administradora delegada global de Kreab.

Erkhamar reflexionó sobre la sacudida que la pandemia está causando a escala global y los nuevos hábitos que se han impuesto a causa de las restricciones sanitarias. “La covid-19 ha golpeado el mundo y ha dejado un fuerte impacto en personas y empresas”, dijo. “Está cambiando la manera de hacer negocios, y creo que es una necesidad y una oportunidad para empresas y decisores políticos para cambiar la manera de planear, invertir y operar”. En su discurso de bienvenida, Erkhammar puso el acento sobre la incertidumbre que rodea esta crisis, cuya duración y evolución sigue siendo una gran incógnita. “Pero tampoco nos podemos olvidar de otros importantes temas que tendrán impacto en el futuro”, ha añadido la directiva, quien ha mencionado las relaciones de Europa con Rusia, EE UU y China, el Brexit y las dudas sobre qué pasará en Washington tras las elecciones.

Carmen Reinhart, economista jefa del Banco Mundial.

La economista estimó que, aunque la economía global va a rebotar con relativa rapidez de las simas a las que la pandemia de covid-19 le ha sumergido, la recuperación plena de la renta por habitante “va a ser difícil de ver antes de cinco años”. Reinhart no se atrevió a predecir con exactitud cuál va a ser la evolución de la economía global, recordando que “el nivel de incertidumbre que hay en esta situación es mucho mayor” que en la crisis de 2008. Para Reinhart, todo depende enormemente de cuán rápida sea la vacuna, cuán rápido se pueda hacer global el acceso, de si hay rebrotes y de cómo van a ser. Lo que sí da por hecho es que el impacto de la pandemia, que afecta a todos los países en mayor o menor medida, hará que, por primera vez en 20 años, la pobreza global aumente “en más de 100 millones de personas, y eso haciendo un cálculo conservador”. “Lo que hace esta crisis aún más perversa es su efecto regresivo, que amplía la desigualdad entre países y dentro de los países. Le pega más duro a los más pobres”, dijo. Para aliviar un tanto la crisis financiera que se va a producir, la economista jefe mencionó quitas en las deudas soberanas.

Arancha González Laya, ministra española de Exteriores.

La jefa de la diplomacia lamentó las restricciones fronterizas que imponen muchos países europeos a España por el recrudecimiento de la crisis sanitaria, que lastran la recuperación del país. La ministra criticó la “arbitrariedad” en la gestión de fronteras y en particular los cierres fronterizos entre países de la UE. “No vamos a matar moscas a cañonazos. Hay que ofrecer respuestas proporcionadas”, dijo, en conversación con el director de EL PAÍS, Javier Moreno. La ministra confía en que Bruselas recomiende en pocos días ampliar los datos que se toman como base para limitar los movimientos en la UE, más allá del número de infectados de coronavirus. En cuanto a las migraciones, González Laya pidió una respuesta solidaria para compartir la responsabilidad sobre los migrantes que llegan a los Estados con frontera exterior de la UE (España entre ellos), recordando, no obstante, que Europa necesita inmigrantes. Finalmente, se refirió a la situación en Venezuela y abogó por una posible misión de observación electoral europea como garantía de que las próximas elecciones legislativas sean democráticas.

José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica.

El directivo defendió el papel de servicio a la sociedad que llevó a cabo su compañía durante la pandemia, pero centró la intervención en la necesidad de modernizar los marcos regulatorios y de competencia de determinadas actividades para adecuarlos a la nueva realidad digital, tanto en España como en Europa. “La nueva economía exige nuevas reglas en todos los ámbitos”, dijo. “No se trata de regular más sino de desregular más”, subrayó, denunciando que “no pueden seguir jugando en el mismo campo compañías reguladas con otras que no lo están. No es justo. Y no es viable. De lo contrario, tecnologías como el 5G, clave para liderar el mundo digital, se perderán incluso antes de desarrollarse”. Como ejemplo, señaló que empresas como Telefónica debe competir, “además de con las OTT, con cientos de pequeñas operadoras de telecomunicaciones que nacen fuera de las dinámicas competitivas, amparados en una regulación obsoleta. Así no se puede competir”, sentenció. Europa, afirmó, debe ser un “jugador relevante” en esa nueva realidad, no “el terreno de juego”, y recuperar soberanía digital.

Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol.

Imaz advirtió con énfasis de que el teletrabajo no puede ser el futuro: “Mata la innovación, el trabajo conjunto de los equipos y el compartir experiencias”, sentenció, pese a reconocer que en los últimos meses “nos ha venido de maravilla para salir de una situación de crisis brutal”. Imaz, en ese sentido, alertó sobre la posibilidad de que las autoridades se planteen construir el futuro a través de la proyección de tendencias de corto plazo. Pero, sobre todo, expresó su gran preocupación por que "la gran perdedora de esta crisis vaya a ser la generación joven, la generación que nació entre el año 86 y el 95”, que ya recibió un primer “garrotazo” en sus primeros años de carrera laboral por la crisis de 2008 y ahora recibe otro con la pandemia. Para esta generación invocó “la responsabilidad que tenemos entre todos de hacer un proyecto de modernización de España”, con una “apuesta con mayúsculas por la industria, la tecnología, la ciencia y sectores industriales que generan buen empleo y aportan innovación, por políticas educativas dirigidas a la competitividad, por el empresariado y por la formación profesional”. También abogó “por una apuesta clara por Europa”.

José Aljaro, consejero delegado de Abertis.

Como Imaz, también afirmó que el trabajo continuo en casa no es bueno: “Somos personas y necesitamos interactuar”. En consecuencia, abogó por un sistema mixto. Además, afirmó que Europa en general y España en particular “debemos de reducir la dependencia de China y tenemos que incentivar más todo lo que es la producción y la tecnología". Reclamó asumir que la pandemia se ha instalado en la realidad y “hay que dejar de lamentarse y pasar a la acción” y “hacer cosas que no se han podido o querido hacer antes”. Ante la escasez de fondos en el sector público, Aljaro llamó a un “proceso concesional” en toda la red de autovías (“el 80% son gratis, y hay que mantenerlas”, recordó), que podría aportar al erario público hasta 100.000 millones por concesiones a 25 o 30 años, ademñas de cumplir el principio de que pago por uso.

Antonio Llardén, presidente de Enagás.

El presidente de la energética quiso mostrarse más optimista y afirmó que, pese a excepciones y en una situación muy difícil como la del confinamiento, “el país ha funcionado muy bien”. También se sumó a las reticencias sobre el teletrabajo, que no puede plantearse en el 50% de los trabajadores de su compañía. En un mensaje al Gobierno y al resto de partidos políticos afirmó que “es absolutamente imprescindible para el país tener un presupuesto” y un plan acordado para emplear de la mejor forma los fondos que vengan de Europa. De cara al futuro, anticipó que la pandemia puede derivar en mayor concentración empresarial. Se unió a la preocupación por los jóvenes que “han iniciado ahora sus primeros pasos profesionales, en los que los cinco o 10 primeros años son fundamentales”. “Puede haber una cohorte de personas que queden marginadas”, advirtió.

Nadia Calviño, ministra de Economía.

“Si hacer previsiones económicas es siempre complicado, en este contexto es un ejercicio de alto riesgo”, dijo la ministra de Economía, que estimó que “los próximos meses son claves para tomar el camino correcto”. Ese camino, incidió, "es un proyecto de país en el que tenemos que estar todos unidos”. En este sentido, describió que “hay un enorme consenso social y por parte de los agentes económicos de cuál es la situación de nuestro país, sus activos, los principales retos y las reformas que tenemos que impulsar” y llamó a que ese consenso social “se traslade también al arco parlamentario, y que se refleje en la acción política por parte del Gobierno y de todas las Administraciones públicas”. En cuanto a la recuperación, la ministra dijo que se ha iniciado y que “el crecimiento en el tercer trimestre superará el 10%”. No obstante, consideró fundamental para apuntalar ese crecimiento “seguir controlando los inevitables rebrotes”.

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