Funcas empeora sus previsiones y aleja la recuperación hasta 2024
El producto interior bruto se hundirá un 13% en 2020, según las previsiones del think tank de las antiguas cajas de ahorros
El retraso respecto a Europa es uno de los principales riesgos para la economía española y un auténtico quebradero de cabeza para el Gobierno de Sánchez. Funcas, el think tank de las antiguas cajas de ahorros, ha empeorado este martes sus previsiones en 3,2 puntos y ahora prevé un desplome del PIB del 13%, por encima de lo que se espera para el grueso de las economías avanzadas. Mientras que en Francia, Alemania o Estados Unidos se revisan ligeramente al alza los pronósticos, en España ha comenzado con Funcas una ronda de revisiones a la baja. Es más, el organismo considera que España no conseguirá recuperar los niveles de actividad precovid hasta 2023 o, incluso, 2024.
Dos terceras partes del empeoramiento se deben a la profundización en la crisis del turismo provocada por los rebrotes del virus. El tercio restante se explica por la mayor incertidumbre generada para los consumidores y las empresas, señala el documento. La reintroducción de restricciones en numerosos territorios frenó la recuperación en agosto, e incluso es posible que se haya producido una recaída, según se infiere de indicadores adelantados como los PMI, los índices de confianza a los pagos con tarjeta. Los rebrotes están afectando a todos los países pero en menor medida que a España e Italia, ha explicado el director de coyuntura de Funcas, Raymond Torres. Y para ello ha mostrado los datos del PMI, unas encuestas entre gestores que suelen adelantar con bastante acierto la evolución del PIB.
Por estos motivos, para evitar el riesgo de que se abra una brecha a largo plazo con el resto de Europa, los economistas de Funcas piden que España aproveche al máximo los fondos de recuperación europeos. Y en su opinión solo se logrará si se hacen antes las reformas organizativas y estructurales. En resumen, estos recursos comunitarios no deberían dedicarse tanto a políticas anticíclicas de gasto como a hacer reformas que de verdad aumenten la capacidad de crecimiento en el futuro, reduzcan el paro y la precariedad y eliminen desequilibrios como el agujero en las cuentas públicas.
En el tercer trimestre Funcas espera que la economía solo crezca en torno a un 11,5%. Esta tasa también supone un empeoramiento sustancial respecto al 15,2% de rebote que por ejemplo vaticinaba la Autoridad Fiscal a finales de agosto o la propia Funcas. Y eso fue hace tan solo veinte días. El deterioro ha sido muy pronunciado desde que otros Gobiernos europeos anunciaron restricciones a los viajes a España.
Con ese 11% de crecimiento en el tercer trimestre apenas se recuperaría un 40% de la actividad perdida por la pandemia, apunta Funcas. Gracias a los ERTE, el empleo aguantará mejor que la economía. Aun así, la tasa de paro se colocará en el cuarto trimestre en el 19,9%, una ratio mala pero mejor que en otras crisis, ha destacado Carlos Ocaña, director general de Funcas. Y el año que viene el PIB crecerá un 7.9%, una décima más que en la estimación anterior y un ritmo a todas luces insuficiente para recobrar lo perdido por la crisis del coronavirus. De hecho, a finales de 2021 todavía habrá 600.000 parados más que antes de la covid. Estas previsiones incluyen los fondos europeos y se basan en que se contienen los rebrotes y, en consecuencia, no hay un confinamiento generalizado con una progresiva vuelta a la normalidad en 2021 y la llegada de la vacuna a finales del año que viene.
Según los cálculos de Funcas, el déficit de las Administraciones Públicas cerrará este año en el 12% del PIB, fruto de una subida de los gastos en 26.000 millones de euros y de un hundimiento de los ingresos por valor de 72.000 millones, un desplome de recaudación similar al sufrido en la anterior crisis financiera. Al año siguiente la recuperación de la economía hará que el déficit descienda al 8% del PIB. Y la deuda pública se estancará en el 120% del PIB, sostiene el informe.
En estas circunstancias, Funcas advierte del riesgo de descuelgue de la economía española. “La contracción es una de las más acusadas debido al peso del turismo y otros servicios afectados”, recuerda. Y añade que representan el 28% del total, más que la industria, la construcción y el sector primario juntos. Además, el estrecho margen presupuestario ha hecho que España haya aprobado menos ayudas fiscales directas que sus pares europeos. Este año la inversión empresarial se hundirá en torno a un 18% y el consumo de los hogares caerá un 15,7%, el doble de lo hace la renta disponible, que resiste mejor gracias a los ERTE y las prestaciones a autónomos. En consecuencia, en medio de la incertidumbre la tasa de ahorro se disparará hasta un récord del 17%.
Funcas ha pedido además que se ataje el riesgo de quiebras en empresas viables y que se modulen los ERTE para evitar un aumento del paro de larga duración.
Por otra parte, el plan de recuperación europeo solo supondrá una ayuda limitada y momentánea, ha asegurado Carlos Ocaña. Y la cuantías que lleguen dependerán de la capacidad de las Administraciones para gestionarlo. Estos recursos tardarán y probablemente no se ejecute una cifra considerable hasta 2022, ha subrayado Ocaña. Pero para que estas ayudas tengan de verdad impacto y eviten que la economía española quede rezagada, Funcas opina que deberían ligarse a un paquete de reformas estructurales de calado en el mercado laboral, la educación o las pensiones.
A fin de ilustrar las diferencias entre tomar un camino u otro, entre hacer reformas o no hacerlas, Funcas traza dos escenarios a largo plazo: en uno no se adoptan las reformas y el crecimiento se estanca en una tasa del 1,6%. En el otro las reformas contribuyen a mejorar el crecimiento y el ritmo de avance se sitúa en el 1,9%, con incrementos de la productividad similares a los europeos. En el primero, el paro no recobraría el nivel precrisis hasta 2024 y la deuda pública se dispararía hasta el 133% en 2027. En el segundo, el desempleo bajaría al 10% en 2027 y el endeudamiento se situaría en el 124%.
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