Una casa fuera de la ciudad para el próximo confinamiento
El temor a un nuevo encierro por el coronavirus propicia la búsqueda de viviendas de mayor tamaño y lejos de las grandes urbes
Durante los 99 días en los que los españoles permanecieron en cuarentena —desde el 15 de marzo hasta el 21 de junio—, su vida transcurrió entre cuatro paredes, y no todos los hogares superaron las exigencias (logísticas) que requerían una repentina y forzosa conciliación laboral y familiar. Algo que, según ha detectado el sector inmobiliario, ha derivado en un cambio de paradigma en cuanto a la concepción de los requisitos de una vivienda. Esto, unido a la delicada situación sanitaria que vive hoy España y el temor a un nuevo encierro, ha propiciado un incremento sustancial de la búsqueda de inmuebles más espaciosos y alejados de las grandes ciudades. Los principales portales inmobiliarios califican este nuevo comportamiento como “una secuela más del coronavirus”.
“Al cierre del mes de julio, el incremento en el volumen de demanda de localizaciones fuera de las grandes ciudades, sobre todo en Madrid, Barcelona y Valencia, tres polos inmobiliarios importantes en España, había subido un 17% en conjunto”, apunta Emiliano Bermúdez, subdirector general de la red inmobiliaria Don Piso. “La gente está demandando un tipo de producto concreto pensando en un segundo confinamiento. Buscan viviendas con terraza o acceso a zonas comunitarias que les permitan tener una mayor libertad de movimiento y de espacio libre”, añade Bermúdez.
Otro indicador de que cada vez más personas quieren mudarse a destinos alejados de los centros urbanos es que, tras haber permanecido paralizadas durante el confinamiento, las mudanzas se han reactivado. “Ahora mismo está habiendo una desbandada bestial a nivel interprovincial”, ahonda Santiago Pérez, responsable de la empresa Portes 365 días. “Hay mucha gente que sabe que no va a tener trabajo de aquí a final de año y que tiene, por ejemplo, una casita en algún pueblo; se están yendo como locos allí a pasar lo que venga”, completa. Según Idealista, durante las 14 semanas de confinamiento, el porcentaje de búsquedas de vivienda en capitales de provincia bajó hasta el 38,8%, frente al 44,1% que había obtenido en el mes de enero. Sin embargo, una vez finalizado el estado de alarma el porcentaje fue del 40,4%.
“Hay un imprescindible sobre la mesa ahora mismo y es que la vivienda tenga balcón. Lo está siendo en más del 80% de los casos”, sostiene Lola Alcover, secretaria del Consejo General de los Colegios Oficiales de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de España (COAPI). “Se ha incrementado mucho el interés por la vivienda con parcela y jardín, en el extrarradio, en el cinturón cercano al núcleo urbano pero con suficiente distancia para permitir una zona relajada en cuanto a la presión de población”, detalla Alcover, que también destaca el auge de otra característica antes secundaria. “Hemos detectado un aumento de interés en la calificación energética de la vivienda. Era algo que estaba ahí, pero al que solo un porcentaje residual le daba importancia. Ahora la gente se ha pasado una temporada encerrada en sus casas 24 horas al día y ha descubierto no solo el gasto energético que supone calentar una vivienda, sino la importancia de un buen aislamiento acústico”, añade.
América Hernández acaba de tomar la decisión, junto a su marido Javier y sus dos hijos de nueve y ocho años, de dejar el piso en el que viven de alquiler en el céntrico barrio de Salamanca, en Madrid, para trasladarse a una vivienda mucho más grande en San Sebastián de los Reyes, a 18 kilómetros al norte de la capital. “Después de esta temporada en la que hemos estado metidos entre cuatro paredes nos hemos dado cuenta de que realmente el tener un bar o una tienda al lado de casa, si no tienes un espacio donde los niños puedan jugar y sentirse un poco más desahogados, no tiene ningún valor”, asegura. Decidirse por este cambio les llevó a una lucha feroz por encontrar una vivienda de estas características, ya que no fueron los únicos en pensarlo. “Nos hemos encontrado con que ha habido mucha gente que ha tenido la misma idea que nosotros, y notamos que casa que salía a la venta de estas características y en esta zona volaba. Antes de que cogiéramos esta nos quitaron tres”, confiesa.
Auge de fincas y chalés
La nueva lista de requisitos empuja a una obligada salida de las grandes urbes. “Las búsquedas con terraza o jardín se han incrementado un 40% respecto a antes de la pandemia y otras tipologías como fincas rústicas (46%), chalés (36%) y casas adosadas (24%) han crecido después del confinamiento. En el otro extremo, la búsqueda de un piso desciende un 14%”, refrenda Anaïs López, directora de Comunicación de Fotocasa, que también incide en otro cambio en la mentalidad del cliente. “Esta demanda se está notando, sobre todo, en el mercado del alquiler: si antes de la pandemia un 34% de los activos en el mercado inmobiliario buscaba vivienda para alquilar ahora lo hace un 39% y se iguala al porcentaje de españoles que buscan vivienda para comprar (39%)”, apunta. “Además, durante estos meses de confinamiento y desescalada, un 42% de los que viven de alquiler buscaban otra casa”, relata.
El resultado de este cambio de tendencia ha modificado el orden de los factores que llevaba a los compradores a decidirse por una vivienda. "El coronavirus ha provocado que los criterios habituales en la búsqueda de vivienda: precio, ubicación y características, se hayan modificado de orden en muchos casos. “El primer factor sigue siendo el precio, pero se han intercambiado de orden los otros”, incide Ferran Font, director de estudios de Pisos.com. “Durante y después del confinamiento, el 60% de las personas echó algo de menos en su vivienda: el 35% la terraza y el 20% el jardín”, explica.
El teletrabajo promueve el cambio
Una de las cartas que se ha incorporado a la baraja de la adquisición de una vivienda es la del teletrabajo, que ha eliminado para muchos interesados la barrera de la distancia. “La gente que puede teletrabajar y que está viendo que después de que pase la pandemia va a continuar teletrabajando lo considera un factor positivo más para salir de una gran ciudad”, mantiene Emiliano Bermúdez, de Don Piso. “Esta pandemia ha puesto encima de la mesa no solo la necesidad de más espacio dentro de una vivienda, sino un nuevo elemento que es el teletrabajo. Algo que hasta la fecha no lo teníamos tan instaurado y que posibilita que personas que necesitaban vivir dentro de la gran ciudad ahora puedan hacerlo fuera”, conviene Ferran Font, de Pisos.com. “El teletrabajo va a marcar mucho el sitio en el que vivamos, ya que no hará falta vivir cerca de la oficina y esto dará más libertad para salir de las ciudades e irse a vivir a zonas más alejadas. Además, el teletrabajo también está haciendo que muchas familias tengan que buscar una vivienda con más habitaciones, ya que ahora tener un espacio que haga de despacho va a ser más importante que nunca”, se suma Anaïs López, de Fotocasa.
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