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El plástico resiste a cualquier virus

El consumo de productos higiénicos y envases se dispara y el desplome de la demanda industrial solo afecta sensiblemente al material

María Fernández
Empresa de plásticos de Lianyungang, en la provincia china de Jiangsu.
Empresa de plásticos de Lianyungang, en la provincia china de Jiangsu.Costfoto/Getty Images (Barcroft Media via Getty Images)

El mundo cambia, el plástico se mantiene. Incluso con la covid, el rápido crecimiento de las compras online desatado durante la pandemia ha impulsado de tal modo la demanda de envases y los productos de higiene, que su crecimiento ha amortiguado la caída drástica de otros plásticos duraderos. Como refleja The Economist, “el planeta está inundado de plástico pandémico” porque gran parte de lo que se compra en Internet viene envuelto y porque los hogares se han entregado a esa fiebre de la comida para llevar. El consumo de plásticos de un solo uso puede haber crecido entre un 250% y un 300% solo en Estados Unidos, según los datos de la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA),

Desde 1950, fecha de la que se tienen los primeros registros, Statista contabiliza una producción anual creciente de este material que en siete décadas ha pasado de 1,5 millones de toneladas a los 359 millones de 2018, coincidiendo con una ola de protestas generalizadas contra su uso. Justo antes de que la pandemia estallara, la demanda global se estaba desacelerando —que no retrocediendo—, pero la capacidad de producción seguía creciendo de forma imparable —se estima que lo hará en más de un 5% entre 2020 y 2022—, según los cálculos de Bank of America. La covid también se ha aliado con los productores en otro aspecto importante: el desplome del precio del petróleo ha forzado la caída de la cotización del etileno, que se obtiene a partir de hidrocarburos, y eso a su vez ha hecho más asequible el polietileno, uno de los plásticos más comunes (como el HDPE y el LDPE, que se utilizan en envases).

“El aumento de la demanda de envases de plástico debería ayudar a compensar la menor demanda de otros sectores como la construcción (en particular, no residencial) y textiles, ayudando a mantener la demanda casi plana en 2020, incluso cuando la actividad económica mundial se contrae significativamente”, analiza Bank of America. “Mientras tanto, la capacidad global de producción seguirá aumentando este año debido principalmente a la expansión de China, que coincide con un aumento de la capacidad de producción de etileno”.

Capacidad de producción

de plástico

En kilo toneladas por año

140.000

120.000

100.000

80.000

60.000

40.000

20.000

0

2014

2015

2016

2017

2018

2019

2020

Fuente: Bank of America Global Research

EL PAÍS

Capacidad de producción

de plástico

En kilo toneladas por año

140.000

120.000

100.000

80.000

60.000

40.000

20.000

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2014

2015

2016

2017

2018

2019

2020

Fuente: Bank of America Global Research

EL PAÍS

Capacidad de producción de plástico

En kilo toneladas por año

140.000

120.000

100.000

80.000

60.000

40.000

20.000

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2014

2015

2016

2017

2018

2019

2020

Fuente: Bank of America Global Research

EL PAÍS

La búsqueda de autosuficiencia industrial del gigante asiático está obligando a otros países a frenar la producción o a desplazarla a nuevos territorios, y seguramente presionará los precios a la baja, creen los expertos.

Ignacio Duch, consejero delegado de la empresa española Kompuestos, que realiza formulaciones para la producción de plásticos y exporta el 70% de sus productos, cree que el mercado está teniendo un comportamiento muy desigual en este año tan extraño. “En nuestro caso suministramos material para industrias esenciales y hemos mantenido actividad al 100%, pero no a todos nuestros clientes. Ha habido un comportamiento muy desigual: mientras los envasadores de lejía o los de caretas de protección han aumentado, los de la industria de automoción han prácticamente desaparecido. Ahora parece que la actividad se ha ido recuperando”. Añade que varias fuerzas se combinan en el sector. “Por un lado hay precios más bajos y por otro está la presión social y regulatoria del uso del plástico”. Incluso hay una tercera fuerza: el hecho de que algunos Gobiernos hayan pensado en imponer la producción local para autoabastecerse. En cualquier caso, como resume Salvador Benedito, presidente de la patronal valenciana AVEP, “en esta situación, todos los análisis y comentarios sobre perspectivas hay que ponerlos en cuarentena” por lo incierto del momento en un año que, sin embargo, “arrancó bien” en enero y febrero.

¿Qué papel le espera a la industria mundial en la pospandemia? Antonio Balairón, presidente de la Asociación Nacional del Envase de PET (ANEP), analiza que el mercado de plásticos esta en una fase madura en el continente, “con evoluciones mínimas a nivel europeo y un desarrollo acelerado en países emergentes o en crecimiento”. Prueba de ello es que mientras en los últimos cinco años la producción mundial crece un 15,4%, “en Europa lo hace en un 4,7%”.

Benedito, por su parte, describe un mundo sumido en una disyuntiva a su juicio poco racional en la que, por una parte, el sector está recibiendo “ataques directos de los ecologistas”, y por otra, los productos están prestando una “enorme contribución a luchar contra la pandemia”, por ejemplo a través de los equipos de protección individual. Tubos, bolsas, envases de medicamentos, cree, “han demostrado su versatilidad y es difícil entender la sociedad moderna sin el plástico”, una industria que solo en España emplea a 900.000 personas en 3.000 empresas y que podría perder según él hasta 35.000 empleos directos.

De Europa sale el 16% de la fabricación global, un negocio de 360.000 millones y que, por ahora, arroja en el continente una balanza comercial positiva de 15.000 millones, en datos de la patronal PlasticsEurope. Asia encabeza la producción con el 51%, con China como actor destacado (el 30% procede del país). Dentro de Europa, el mercado principal está en manos de Alemania seguido de Francia y con España en cuarta posición.

Escaso reciclaje

La feria K de Düsseldorf, una de las mayores del ramo en el mundo, abría sus puertas hace unos años con el siguiente eslogan: “El plástico no contamina, contaminas tú”. Esa se ha vuelto la máxima en una industria que sabe que el reciclaje es la verdadera asignatura pendiente para conseguir cierta sostenibilidad, pese a que la pandemia le haya sentado bien a las cuentas de resultado de las multinacionales.

Pero la realidad es que en el continente, un alumno aventajado respecto al resto de países del globo, se reciclan unos 18 millones de toneladas anuales, apenas un 30% de lo que se genera. La legislación intenta acotar al máximo su uso en medio de las protestas de un sector que pide seguridad jurídica. Quizá, como expone Duch, la mayor presión hacia la búsqueda de alternativas llevará a un uso mucho más racional y eficiente. Aunque, con el coronavirus descontrolado, lo único cierto es que el mundo está más pendiente de seguir produciendo más y más plástico.

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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