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La revolución de los materiales saludables llega a las viviendas

El coronavirus ha dado impulso a productos como la ecopintura, los revestimientos o los paneles de ventilación

Cada vez aparecen más productos antibacterianos para las cocinas de las viviendas.
Cada vez aparecen más productos antibacterianos para las cocinas de las viviendas.

La crisis de la covid-19 ha cambiado el discurso. Ahora el debate de los arquitectos se centra en la manera de diseñar y construir hogares desde un enfoque no solo sostenible, sino también sanitario. Al coste, prestaciones y estética de los materiales constructivos se une hoy un nuevo factor decisorio: la salud. “La necesidad de espacios que fusionen salud y sostenibilidad está motivando un cambio de perspectiva tanto para vivienda nueva como para rehabilitación”, constata Alfredo Sanz, presidente del Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE). “Al igual que las demandas de sostenibilidad se han convertido en un factor diferencial para las promotoras, pasará lo mismo con la salubridad en los edificios”, cree.

El vector salud siempre ha estado presente en la arquitectura hospitalaria, aunque su incursión en la residencial es testimonial. Encontramos algunos ejemplos de vivienda unifamiliar o aislada en despachos que, como PMMT Arquitectura, tienen su origen en el ámbito sanitario. Este estudio ha sabido adaptarse y aplicar su metodología a otras tipologías: “Estamos trabajando en un proyecto con una visión disruptiva del residencial, que revolucionará el sector de la vivienda saludable, sostenible e industrializada”, asegura Rita Barata, directora de marketing de PMMT.

Desde el inicio de la pandemia, plataformas como Friendly Materials ganan cada vez más relevancia. Esta herramienta, que es el resultado de un proyecto de investigación desarrollado por PMMT en los últimos cuatro años, identifica aquellos factores de influencia decisivos para el diseño y la construcción de entornos objetivamente saludables. Entre ellos, maneja una base de datos de materiales, clasificados y puntuados para ayudar al consumidor final a tomar una decisión sobre la calidad del aire de su hogar.

“Durante el confinamiento, seguramente hayamos notado la sensación de ambiente cargado, noches mal dormidas y dificultad de concentración mientras teletrabajamos desde nuestras casas. Esta crisis ha puesto el foco en los espacios interiores y, teniendo en cuenta que vivimos en una época en que la conservación del medio ambiente, el ahorro energético y la sostenibilidad están en boga, la calidad del aire parece haber quedado olvidada”, se lamenta Barata.

La solución pasa, dicen los expertos, por confiar en materiales inertes, es decir, aquellos que no desprenden ni absorben sustancias o bacterias. Elegir pinturas con bajas emisiones de COV (compuestos orgánicos volátiles) o, idealmente, libres de emisiones, es una de las primeras decisiones que todo promotor o constructor debería tomar. La ecopintura Airlite, por ejemplo, se ha aplicado en más de dos millones de metros cuadrados en Europa, incluida España. “Los estudios realizados señalan su elevada eficacia en la eliminación de virus (como gripe y coronavirus), bacterias y hongos de las superficies pintadas y del aire”, destaca María Martín, socia directora de Airlite. Esta pintura 100% mineral y tiene varias certificaciones de construcción sostenible. Cuesta dos euros por metro cuadrado.

Cocinas y baños

Hablar de interiores saludables es referirse, principalmente, a la cocina y el baño. Para estas estancias existen materias primas antibacterianas como Krion, una superficie sólida de nueva generación, mayoritariamente mineral, desarrollada por Krion-Grupo Porcelanosa. Certificado por laboratorios como material libre de tóxicos, se ha instalado en más de un millón de metros cuadrados, afirma Ramir Gil, responsable de oficina técnica y prescripción de Krion. Y aunque no es un producto acabado en sí, sino que necesita de una manipulación para realizar múltiples diseños y acabados (para lavabos, fregaderos, bases de bañera y ducha), acelera la degradación de contaminantes presentes en el aire. Se pueden encontrar encimeras de baño a medida con lavabo desde 350 euros o con fregadero a partir de 900 euros.

También las cerámicas y gres Active, de Iris Cerámica Group, eliminan la práctica totalidad de las bacterias, se autolimpian en exteriores y mitigan los olores. Según Ramón Carneros, director comercial de Matimex, la delegación del grupo en España, “estos son los únicos materiales cerámicos fotocatalíticos [propiedad que descontamina el aire interior] que se activan con luces led”. Active está certificado como antiviral por una ISO. Su precio ronda los 14 euros por metro cuadrado.

Las bacterias también campan a sus anchas en otro tipo de superficies, como las cortinas, tapicerías o revestimientos de paredes, que al estar sujetos a un uso intensivo se deben limpiar regularmente. “Cada vez hay más promotores que utilizan nuestros revestimientos en zonas comunes de los edificios como las entradas, escaleras… ya que permiten una mejor limpieza —con desinfectantes a base de alcohol y cloro activo, entre otros— y durabilidad del material”, asegura Ignacio Roig, de Vescom, compañía que desarrolla y fabrica estos productos, cuyo coste inicial es de 25 euros por metro.

Tan importantes son los materiales que se ven como los que pasan inadvertidos al estar ocultos. La multinacional Knauf Insulation ofrece soluciones de aislamiento en lana mineral de vidrio y roca que contribuyen a mejorar la calidad interior de las viviendas gracias al ligante natural ETechnology, basada en materiales de origen natural renovables. “Estos aislamientos poseen el certificado internacional más exigente de calidad del aire interior, el Eurofins Gold”, mantiene Óscar del Río, director general de Knauf Insulation Iberia. Su precio oscila entre dos y cinco euros por metro.

La renovación del aire del interior de las viviendas se consigue bien a través de las ventanas, o cuando no sea posible, mediante conductos de aire exterior que sustituyan el interior más viciado. En este punto destacan paneles como los de la compañía Ursa para la fabricación de conductos de climatización, “que permiten modular el caudal de aire en función de las necesidades de cada estancia, mejorando la calidad del aire interior”, señala Ramón Ros, director general de Ursa. Cuestan entre 12 y 18 euros por metro cuadrado.


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