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Festín en la Bolsa cuando el resto de la economía va mal

Los expertos apuestan por las acciones, pese a que las ven caras, y aprovecharán la volatilidad para cazar oportunidades

Vista exterior de la sede del Banco Central Europeo en Fráncfort.
Vista exterior de la sede del Banco Central Europeo en Fráncfort.RONALD WITTEK (EFE)

Si nos preguntásemos cómo le ha ido al inversor en este primer semestre del año tras la paralizante crisis de la covid-19, no encontraríamos una respuesta unánime. La debacle de los bonos y las Bolsas está parcialmente solventada. Incluso el índice tecnológico Nasdaq de Estados Unidos se anota un alza del 16% y el S&P 500 tan solo ha bajado el 3,5%. La deuda pública española se mantiene igual que al principio del año, en el 0,46% (ni gana ni pierde), después de llegar al 1,26% de rentabilidad en los días más dramáticos de marzo. La cosa cambia cuando el foco se pone en las Bolsas europeas. La española es de las más castigadas, con una caída del Ibex 35 del 21% y el EuroStoxx 50 recoge una pérdida del 11%.

La explicación a que bonos y Bolsas se hayan recuperado, con EE UU como líder en las acciones, se encuentra en las medidas generosas de los bancos centrales de todo el mundo para poner freno a la sangría de un confinamiento que paralizó las economías.

Esta abundantísima liquidez que han inyectado los bancos centrales comprando deuda y bonos empresariales y prestando sin medida a las entidades financieras también será clave en el segundo semestre del año. Los expertos del banco suizo Julius Baer indican que “la relación entre el precio de las acciones y las ganancias empresariales actualmente es una función de la cantidad de exceso de liquidez en el sistema financiero”. Y añaden, “con 3.200 puntos, el índice S&P 500 parece haber descontado ya una recuperación económica duradera, pero este no es el caso, incluso si la intensidad esperada de la recesión ya no es tan fuerte”.

Francisco Palomino de Vega, asesor de inversiones en Renta 4, ve, incluso, que las Bolsas están caras, ya que explica que las valoraciones son muy exigentes y están disociadas de los resultados empresariales: “El S&P 500 cotiza a PER (número de veces que el precio contiene el beneficio por acción) a 12 meses de 21,5 veces contra un promedio de 17 veces en los últimos cinco años. Para el Euro­Stoxx el PER a un año vista es de 18,3 veces frente a las 14,6 veces de la media del último lustro.

Euforia y codicia aparecen ahora en otros índices que intentan medir el comportamiento de los inversores. Pero aunque resulte paradójico, la Bolsa es la opción preferida por los analistas para la segunda parte del año, alimentada por esa liquidez y con la esperanza de que los beneficios de las empresas se recuperen en 2021. Otro elemento clave que destacan los analistas es la inexistencia de refugios seguros para el dinero, por lo que no queda otra opción que arriesgarse. El oro se ha puesto en máximos desde 2012 y su altura provoca un cierto recelo.

Desde GVC Gaesco están convencidos de que el mercado tiene potencial para terminar el año en positivo. “Ahora estamos en la primera V, aún en la fase de reconstrucción de la cartera, por lo que hay que incrementar en las caídas y tomar beneficios parciales en las subidas”, asegura Víctor Peiró, director de análisis de esta firma. Por ser las más castigadas, las Bolsas europeas son las que ofrecen mayor potencial de subida.

Desde un enfoque de prudencia, Juan José Fernández-Figares, director de análisis de Link Securities, recomienda una exposición a la renta variable de entre un 40% y un 50%, y el resto en liquidez. “No vemos mal la opción de mantener un 10% en oro, por si las cosas van peor de lo esperado. De ese porcentaje, invertiríamos el 20% en Asia-Pacífico, región que creemos va a recuperarse antes de la crisis sanitaria y que presenta valoraciones atractivas; un 20% en la Bolsa estadounidense, con cierta sobreponderación en el sector tecnológico, y un 20% en compañías de la eurozona, apostando principalmente por empresas alemanas, de los Países Bajos y Francia”. Este experto no quiere renta fija porque apunta que sus valoraciones están distorsionadas por las políticas monetarias de los bancos centrales.

Resultados cantados

Dentro de una semana comenzarán a desfilar las empresas con sus resultados del semestre, que se esperan muy malos. “El riesgo de decepción permanece, especialmente cuando empiecen a conocerse los beneficios y podría haber cierta volatilidad con caídas, pero pensamos que serán suaves. Además, el rally se ha ido extendiendo no solo a los obvios ganadores, como podrían ser salud y tecnología, por lo que mantenemos una visión constructiva sobre las Bolsas en el medio plazo”, explica Esty Dwek, jefe de estrategia global de Natixis Investment Managers.

Roberto Scholtes Ruiz, responsable de inversión de UBS en España, cree, sin embargo, que estos beneficios tienen interés por las perspectivas que proporcionen las compañías sobre el ritmo de normalización de su actividad. Cree que vamos a vivir un verano para ver las cosas con perspectiva: “Ni para abrumarse por la calamidad pasada, ni para obsesionarse con que cada dato confirme la incipiente recuperación. Hay que invertir pensando en cómo será este nuevo ciclo, marcado por los tipos próximos al 0% y las enormes transformaciones estructurales”.

Francisco Palomino de Vega también prefiere la Bolsa sobre los bonos por la mejor relación entre rentabilidad y riesgo. “Mantenemos un sesgo prudente con vistas al segundo semestre y aprovecharemos potenciales caídas en las Bolsas para ir aumentando riesgo de forma gradual y con una visión de medio plazo, incrementando exposición poco a poco en recortes (comprando a mejores precios de entrada)”. Su apuesta es por EE UU debido a su crecimiento y gran influencia en el resto de mercados, y por Europa por haberse quedado relativamente más baja. Le gustan los sectores de tecnología, consumo defensivo y salud, que pueden salir como ganadores.

Los analistas de Barclays también favorecen la Bolsa sobre los bonos. “Dentro de la renta variable estadounidense, recomendamos industriales, asistencia sanitaria y tecnología. En Europa, estamos sobreponderados en los sectores financiero, tecnológico, servicios públicos y minero”.

No todo es covid-19

Encontrar una vacuna rápidamente y la incertidumbre sobre la intensidad de nuevos rebrotes de la covid-19 son las grandes incógnitas que apuntan los expertos sobre esta pandemia para final de año. Pero con frecuencia se olvidan otros riesgos que pesan sobre los mercados y que están ahí latentes, eclipsados por el virus.

Así, destacan las tensiones geopolíticas EE UU-China con el cruce de acusaciones por el origen del virus y problemas renovados por incumplimiento por parte de China de los acuerdos comerciales de la fase 1 por culpa del virus, explica el experto de Renta 4. También están en el horizonte las elecciones de noviembre en Estados Unidos, afectadas por la marcha de la recuperación de la economía y la gestión llevada a cabo de la pandemia. En este sentido, es posible una subida de impuestos a empresas si ganara el Partido Demócrata. Esto supondría revertir el recorte de impuestos de 2017. Y por último, sigue coleando la salida del Reino Unido de la Unión Europea sin avances relevantes en las últimas negociaciones, con la posibilidad de que la transición se alargue a finales de este año con repercusiones hasta 2022.

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