Financiar la reconstrucción
La salida de la crisis depende de una sola decisión del BCE, y de un plan estratégico
Uno de los puntos de coincidencia de todos los analistas, desde la Comisión Europea a la Airef y el propio Gobierno, es que el déficit público registrará un deterioro colosal tanto por el desplome de la recaudación como el incremento del gasto. También emerge un cierto consenso en considerar ese deterioro de las cuentas públicas como una necesidad ante la gravedad de la situación económica. La Comisión ha puesto en entredicho el plan de estabilidad, que obligaba a un déficit contenido en el 3%, hoy inalcanzable para nuestro país.
Otra cosa es cómo financiar ese agujero, que podría escalar hasta no menos de 120.000 millones para este año (cuatro veces más que en 2019). A lo que se añaden los vencimientos de deuda, en torno a 85.000 millones de aquí a finales del presente ejercicio. En este sentido, la sentencia de Tribunal Constitucional alemán, cuestionando la proporcionalidad del programa de deuda pública del BCE, no podía llegar en peor momento. Una consecuencia es el alza de las cargas financieras que soporta el Estado (una señal enviada desde los mercados), drenando unos recursos públicos mermados por la recesión.
El contexto se presta a todo tipo de conjeturas acerca de la sostenibilidad financiera de las medidas anti-crisis –algo que nos abocaría inexorablemente a una contracción de la economía aún más severa que previsto. Unas profecías que, sin embargo, no se cumplirán si se acierta con la política económica. Y es que en esta ocasión el BCE se muestra dispuesto a emplear toda la munición necesaria –que en teoría es infinita- para asegurar una financiación de la economía en condiciones razonables. Ya ha dado un paso concreto con el lanzamiento de un programa excepcional de compra de bonos para apoyar los esfuerzos de los Estados frente a la pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés), por un monto total de 750.000 millones, de los cuales ya ha comprometido la sexta parte.
Deuda pública española adquirida
por el BCE
Total acumulado desde marzo de 2015,
en miles de millones de euros
(programas PSPP y estimación Funcas del PEPP)
300
250
200
150
100
50
0
284,9
259
5,4
2015
2016
2017
2018
2019
20
Pasivos del Estado,
por comprador
Valor de los títulos de deuda del Estado en manos
de cada tenedor, en % del total
Media 2014
Febrero 2020
60
50
40
30
20
10
0
55,9
49,0
39,6
27,1
23,9
4,5
Sectores
residentes
BCE
(Banco de España)
No
residentes
Fuentes: BCE, Tesoro Público y estimación Funcas
para el programa PEPP.
EL PAÍS
Deuda pública española adquirida
por el BCE
Total acumulado desde marzo de 2015,
en miles de millones de euros
(programas PSPP y estimación Funcas del PEPP)
300
250
200
150
100
50
0
284,9
259
5,4
2015
2016
2017
2018
2019
20
Pasivos del Estado,
por comprador
Valor de los títulos de deuda del Estado en manos
de cada tenedor, en % del total
Media 2014
Febrero 2020
60
50
40
30
20
10
0
55,9
49,0
39,6
27,1
23,9
4,5
Sectores
residentes
BCE
(Banco de España)
No
residentes
Fuentes: BCE, Tesoro Público y estimación Funcas
para el programa PEPP.
EL PAÍS
Deuda pública española adquirida
por el BCE
Pasivos del Estado,
por comprador
Total acumulado desde marzo de 2015,
en miles de millones de euros
(programas PSPP y estimación Funcas del PEPP)
Valor de los títulos de deuda del Estado en manos
de cada tenedor, en % del total
Media 2014
Febrero 2020
300
250
200
150
100
50
0
284,9
60
50
40
30
20
10
0
55,9
259
49,0
39,6
27,1
23,9
4,5
5,4
Sectores
residentes
BCE
(Banco de España)
No
residentes
2015
2016
2017
2018
2019
20
Fuentes: BCE, Tesoro Público y estimación Funcas para el programa PEPP.
EL PAÍS
Si el BCE mantuviera sine die en cartera las compras de bonos realizadas en el marco de ese programa, los Estados no tendrían que soportar el peso de la deuda generada directamente por la pandemia. Tal decisión, si bien no exenta de riesgos, es la clave para no caer en una espiral recesiva ni en una crisis social, ni agravar las divergencias entre países europeos. Este es por tanto un mensaje que, junto con el aviso del Tribunal de Justicia de la UE reiterando su competencia exclusiva sobre el BCE, disiparía por completo las incertidumbres generadas por el Constitucional alemán.
Además, ante la parálisis de la actividad, el sector privado incrementa su ahorro, a la vez que el sector público reduce el suyo. Una simetría que puede aprovecharse trasladando confianza a unos mercados en busca de seguridad.
Ahora bien, el paraguas del BCE solo vale para financiar las medidas transitorias de respuesta a la crisis, y no compromisos recurrentes como el anunciado ingreso mínimo vital. En estos casos, cada país tendrá que prever recursos, o una reducción de otros gastos, para hacer frente a esos compromisos no transitorios. Asimismo, las medidas que se contemplen dentro de un plan de recuperación (inversiones, apoyo estructural a ciertos sectores como el turismo, lucha contra el cambio climático, etc.) tendrán que asentarse en recursos propios, emisiones de deuda que no calificarán para el programa excepcional del BCE, o un hipotético dispositivo europeo, del que todavía sabemos muy poco.
En definitiva, se trata de actuar aún con más contundencia para hacer frente a los costes transitorios de la pandemia, y no adentrarse así en una crisis de mayor gravedad de la que tenemos por delante. Y a la vez mostrarse responsable con respecto a compromisos permanentes, que tendrán que ser sufragados por nuestras arcas públicas, sin ayuda de otros. Sin duda, la línea divisoria entre ambas políticas es fina, y el dilema complejo. Pero este es el debate de fondo que convendría afrontar en los foros políticos, apartándose de cuestiones accesorias. Y así abrir un horizonte de recuperación para nuestra economía.
Actividad
El sector servicios está siendo el más afectado por la pandemia y las medidas de confinamiento. El índice PMI de gestores de compra se hundió en abril hasta un nivel insólito, mientras que las pernoctaciones y el tráfico aéreo de pasajeros caían, ya en marzo, un 46% y un 60% respectivamente con respecto a los niveles de enero-febrero. La contracción de la actividad industrial es también severa, aunque los índices PMI y de confianza correspondientes a abril aún se mantenían por encima de los mínimos de la anterior recesión.
Información sobre el coronavirus
- Aquí puede seguir la última hora sobre la evolución de la pandemia
- Así evoluciona la curva del coronavirus en España y en cada autonomía
- Preguntas y respuestas sobre el coronavirus
- Guía de actuación ante la enfermedad
- En caso de tener síntomas, estos son los teléfonos que se han habilitado en cada comunidad
- Pinche aquí para suscribirse a la newsletter diaria sobre la pandemia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.