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El ibérico atrapado en la dehesa por la crisis del coronavirus

El cierre de los restaurantes hunde las ventas y lleva a los productores a pedir el sacrificio de entre un 15% y 20% de cochinillos

Sector porcino
Una piara de cerdo ibérico en Cádiz.ASAJA CÁDIZ (Europa Press)

Son la estrella de los productos gourmet por calidad y por precio: el jamón y el lomo ibéricos. Productos que suelen tener una gran salida en los bares y los restaurantes, y también a precios altos. Por eso el parón impuesto a la hostelería ha llevado a todo el sector, desde los ganaderos de la dehesa a base de bellota a los criadores de cerdos de cebo en las granjas, a reclamar medidas que les ayuden a superar la crisis y atajar una grave situación que amenaza con extenderse en el tiempo y con colapsar la actividad a medio plazo en un mercado saturado por los excedentes.

El sector del porcino ibérico sacrifica anualmente unos 3,5 millones de cerdos. De estos, más de dos millones son animales cebados en granjas. A ellos hay que sumar los 732.000 animales de este año de la montanera. El resto son animales de cebo de campo que se crían en libertad, pero sin la alimentación de bellota.

Según los datos manejados por el sector, algo más de la mitad de las ventas corresponden al segmento de la restauración, con un peso importante de la demanda que provoca el turismo. Esa media la superan con mucho algunos grupos como Cinco Jotas, BEHER o Joselito, cuyas ventas en la restauración suponen el 90% de su facturación, señala el presidente de la última empresa, José Gómez. Esa dependencia agrava su situación.

El que los animales criados en las dehesas prácticamente hayan dejado de sacrificarse al declararse el estado de alarma ha supuesto un respiro para los ganaderos. Pero eso no ha reducido sus temores sobre el futuro por la caída de la demanda.

El presidente de la Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico, Antonio Prieto, ganadero extremeño, reclama medidas para superar la actual situación de excedentes que ya ha hundido las cotizaciones. Quieren, además, evitar que el problema se agrave a medio plazo. También se pide el sacrificio de entre un 15% y un 20% de los animales jóvenes para su almacenamiento y evitar así la sobreproducción.

Medios del sector señalan la venta de tostones de dehesa, animales pequeños, está a cinco euros y animales de 50 kilos a menos de 100 euros. Los ganaderos dicen preferir desprenderse de los animales y no engordarlos ante el aumento de los precios de las materias primas, pero no hallan compradores.

En el caso del cerdo ibérico criado en granjas, la organización sectorial Anprogapor, que agrupa a los principales productores de este subsector, apunta que la situación es igualmente grave. Señalan que los ganaderos se están viendo obligados a mantener en las explotaciones animales con un exceso de peso con difícil comercialización, además de la obtención de jamones y paletas que el mercado en este momento no demanda.

La Administración considera que una salida puntual para el sector del ibérico, además del almacenamiento, sería la exportación. Esto es lo que está haciéndose con éxito en el porcino de capa blanca con China como principal destino. Fuentes del sector no descartan que esta sea una posible salida para las carnes. No obstante, tienen dudas sobre su aceptación, ya que son carnes más grasas que las que se están exportando ahora al gigante asiático.

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