EE UU inyecta tres billones de dólares en su economía desde el inicio de la pandemia
El último plan de estímulos está dotado con 484.000 millones de dólares para ayudar a los hospitales y las pequeñas empresas
La Cámara de Representantes de Estados Unidos dio luz verde en la madrugada del viernes a un nuevo paquete de ayudas públicas alumbrado por el Gabinete de Donald Trump por importe de 484.000 millones de dólares (el equivalente a unos 450.000 millones de euros) para ayudar a sus hospitales y a las pequeñas y medianas empresas. Se trata del segundo paquete de ayudas aprobado por Estados Unidos desde que estalló la pandemia. En total, Washington ha movilizado casi tres billones de dólares en ayudas a familias y empresas.
La Gran Reclusión, como el FMI ha bautizado las medidas de confinamiento contra el coronavirus, está teniendo un impacto devastador en la economía estadounidense. Para mitigarlo, la Casa Blanca ha desplegado varios paquetes de ayuda que incluyen créditos, avales e incluso cheques directos para aliviar a los ciudadanos y empresas ante el golpe de la covid-19. Tras su aprobación en el Senado, el último arsenal de medidas recibió el jueves luz verde de la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas.
El nuevo plan de estímulos, dotado con 484.000 millones de dólares (más de 448.900 millones de euros) para ayudar a las pequeñas empresas y a los hospitales, recibió un apoyo abrumador de la cámara. La medida incluye financiación para extender las pruebas diagnósticas para detectar la covid-19 por todo el país, pero sobre todo supone una inyección adicional de préstamos para las empresas que más están sufriendo. Queda pendiente la firma definitiva del presidente Trump para que el plan sea efectivo, pero como impulsor de la medida ya anunció que lo firmaría el mismo viernes.
Se trata del segundo gran plan de ayudas lanzado por la Administración de EE UU para mitigar los efectos de la pandemia. Trump ha conseguido sacar adelante medidas por valor de casi tres billones de dólares. El republicano no pierde de vista que en noviembre se celebran elecciones presidenciales y está haciendo todo lo posible para evitar llegar a esa fecha con la economía gripada.
A finales de marzo, el Gobierno de EE UU logró sacar adelante un plan de rescate de 2,2 billones de dólares, el mayor plan de estímulos económicos lanzado por un país en la historia. El plan, denominado Cares (las siglas en inglés de Ayuda, Alivio y Seguridad económica ante el coronavirus) incluía una partida de 250.000 millones para cheques directos a los ciudadanos con sueldos de hasta 75.000 dólares. Los trabajadores que ganaran menos de esa cantidad reciben una ayuda de 1.200 euros más 500 euros adicionales por cada hijo menor de 17 años. El megaplan de rescate reservaba 350.000 millones para préstamos a pequeñas empresas y otros 250.000 millones para ampliar las prestaciones del seguro de desempleo. También recogía otros 150.000 millones de dólares para apoyar a las autoridades locales y estatales. Asimismo, se destinaron otros 130.000 millones para reforzar el sistema sanitario de las zonas más golpeadas por el virus. Además, se destinaban 500.000 millones para préstamos a empresas de sectores estratégicos como aerolíneas o el sector turístico.
Pero ni siquiera estos dos gigantescos rescates han sido suficientes para atenuar el zarpazo de la pandemia en EE UU. El país es el más afectado por la covid-19, con más de 873.000 casos positivos y casi 48.000 muertos. Su economía se enfrenta a una recesión sin precedentes desde los años treinta del siglo pasado. En las últimas cinco semanas más de 26 millones de trabajadores, uno de cada seis empleados de EE UU, se han apuntado al paro para cobrar la prestación.
Trump también ha anunciado otro desembolso de hasta 19.000 millones para ayudar a los agricultores, uno de los grupos de electores de los que recibió más apoyo. El plan contempla 16.000 millones en pagos directos a los trabajadores y los 3.000 millones restantes para compras en productos frescos, lácteos y carne que serán distribuidos a bancos de alimentos por todo el país.
Y no queda todo ahí. El presidente está decidido a aprobar un paquete de ayudas fiscales y un plan de inversiones para acelerar la recuperación.
A principios de esta semana Trump escribió en Twitter sus objetivos: “Después de firmar este proyecto de ley, comenzaremos el debate sobre la próxima iniciativa legislativa con alivio fiscal a los Gobiernos estatales y locales por la pérdida de ingresos de la covid-19, inversiones de infraestructura muy necesarias para puentes, túneles, banda ancha, incentivos fiscales para restaurantes, recortes de impuestos de entretenimiento, deportes y nóminas para impulsar el crecimiento”.
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