El Ibex sube un 6,41% tras el plan de estímulos en España y el veto a la compra de cotizadas por no europeos
El selectivo español acelera en el tramo final de una sesión marcada por la volatilidad y el mejor ánimo en Wall Street. El Gobierno anuncia 200.000 millones en estímulos públicos y privados
En plena depresión, las Bolsas necesitaban una mínima señal de respuesta por parte de las autoridades para atisbar en el horizonte una luz al final del oscuro túnel del coronavirus. Y ayer la tuvieron, por primera vez en semanas: a falta de una acción coordinada a escala europea, reclamado desde hace días por propios y extraños, los países de la Unión más golpeadas por el coronavirus van desgranando sus planes de choque fiscales: Italia, Francia y España han desvelado este martes programas individuales de estímulos de entre el 15% y el 20% del PIB, unos 200.000 millones de euros públicos y privados en el caso español. Además, el Gobierno de Pedro Sánchez ha anunciado una suerte de blindaje para evitar que inversores oportunistas no europeos se hagan con el control de grandes empresas españolas a precio de saldo, como el que hoy marca el mercado. Estas medidas, junto con el rebote de Wall Street y la intención de Donald Trump de enviar cheques -todo apunta a que de 1.000 dólares- a las familias para reactivar el consumo tras la debacle de estas semanas, ha dado alas a unas Bolsas instaladas en la volatilidad extrema. Tras cerrar el lunes una de las peores sesiones de su historia, el Ibex 35 zanjó la sesión con una subida del 6,41% aupado por valores como Telefónica, Mapfre o Másmóvil y, como en jornadas anteriores, con el grupo aéreo IAG en el farolillo rojo. El resto de grandes Bolsas europeas consolidaron el rebote en la recta final de la sesión con subidas, en todo caso, menores a las registradas en el selectivo español.
En el caso español, además, se suma un factor adicional que da aliento a la Bolsa: la prohibición de los cortos -apuestas bajistas sobre acciones-, a partir de este martes y durante un mes, decretada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Esta medida, que ya estuvo en vigor en la sesión del pasado viernes y que el supervisor del mercado dejó caer este lunes -algo inexplicable para muchos analistas- retira algo de presión sobre unos mercados que llevan varias semanas con el dedo sobre del botón del pánico de forma permanente. En los momentos más duros de la crisis financiera de la pasada década, prácticamente todos los mercados europeos tomaron medidas en el mismo sentido. Con todo, ampliando el foco, la recuperación de la Bolsa española este martes es una gota de optimismo en un oceáno de pérdidas: en solo un mes, el Ibex ha perdido más de la tercera parte de su valor.
Con algo menos de brío que el Ibex, los parqués francés (+2,8%), alemán (+2,25%), británico (+2,79%) e italiano (+2,23%) también pisaron el acelerador en el tramo final de la jornada. “La pieza clave para evitar un colapso es la acción fiscal concertada”, apunta en su análisis matutino para clientes Christian Gattiker, responsable del departamento de análisis del banco suizo Julius Baer. Pese a los claros síntomas de fatiga de la política monetaria, han tenido que ser los países, a título individual, los que han tenido que tomar el toro por los cuernos y sacar el bazooka del gasto público para evitar un colapso total de la economía en lo que dure el coronavirus.
Al otro lado del Atlántico, tanto el Dow Jones como el S&P 500 lograban subidas considerables a media sesión y revertían parcialmente las cuantiosas pérdidas de la jornada anterior aúpados por la expectativa de un contundente y multimillonario paquete de estímulos fiscales que incluirá el envío de cheques a los ciudadanos por parte del Gobierno para reactivar el crecimiento cuando terminen las restricciones para frenar la propagación del coronavirus. Ambos venían de haber registrado el lunes su mayor caída desde 1987: el primero se dejó un 12,9% y el segundo retrocedió casi un 12%. Los niveles actuales de cotización, no solo en Wall Street sino también en las Bolsas europeas, ya descuentan un desplome en los resultados empresariales y una recesión transitoria. Y algunos fondos de inversión empiezan a ver oportunidades de compra en unas valoraciones muy deprimidas: muchos están aprovechando el momento para reconstruir sus carteras a largo plazo. De ahí que, para tratar de atajar un problema que corre en paralelo -la opción de que un gran grupo no europeo lance una OPA sobre alguna cotizada española-, el Gobierno de Pedro Sánchez haya optado este martes por aplicar restricciones para que los extracomunitarios no se hagan con empresas radicadas en España el control de cotizadas a precios no vistos en muchos años.
En un momento como este, de máxima incertidumbre y sin precedentes a los que asirse -¿cuándo es la última vez que hemos visto a países replegarse sobre sí mismos?-, nadie se atreve hoy a prever siquiera el futuro más próximo. “Los políticos usan el lenguaje de guerra [en circunstancias como estas], pero en tiempos de guerra se maximiza la producción", apunta Paul Donovan, economista jefe del banco suizo UBS, en una referencia no explícita a las palabras del presidente francés, Emmanuel Macron, unas horas antes. “El cierre total, en cambio, la minimiza. Los desastres [naturales] pueden ofrecer una cierta guía, pero estamos en terreno desconocido”.
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