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El coronavirus obliga a parar las fábricas de Seat, Renault y Nissan

La falta de suministros y el parón del mercado fuerzan medidas traumáticas en la automoción

Dani Cordero
Una operaria en la planta de la zona franca de Nissan.
Una operaria en la planta de la zona franca de Nissan.Albert Garcia

La planta de Nissan en la Zona Franca ha parado este mediodía. Las dos fábricas de Renault en Palencia y Valladolid lo harán el lunes y el martes. Y la de Seat en Martorell (Barcelona) tampoco reiniciará su actividad el lunes, en este caso por tiempo indefinido. La crisis del coronavirus se está cebando sobre el sector de la automoción con la misma crudeza que con el resto de sectores, aunque en este convergen dos factores: el colapso de la cadena de suministro y la incertidumbre sobre cómo reaccionará cuando la economía remonte. China, el primer país que sufrió la Covid-19 sufrió el pasado mes un desplome de sus ventas de coches del 80%.

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De momento, la paralización de esas cuatro plantas de producción se realizará sin presentación de expedientes de regulación de empleo (ERE) y correrán a cargo de la flexibilización que contemplan los convenios colectivos. Pero tanto Nissan como Seat plantean la próxima semana abrir la negociación de regulaciones de empleo temporales, que se sumarán a la que ya tienen otros grupos, como Iveco, o el que plantea también Mercedes para su planta vasca.

La puntilla que ha originado los cierres de plantas tiene un epicentro: es la zona de confinamiento decretada este jueves por la Generalitat de Cataluña para los municipios de Igualada, Òdena, Santa Margarida de Montbui y Vilanova de Camí. En ellos residen casi 70.000 habitantes que no pueden salir del perímetro delimitado por el Gobierno autonómico, pero en Òdena, además, hay un polígono industrial en el que se encuentran cinco empresas auxiliares de automoción que sirven a Renault, Nissan y Seat y a las que no pueden llegar ni trabajadores ni materia prima.

Ese ha sido el motivo esgrimido por Nissan esta mañana para plantear la paralización de su maltrecha fábrica barcelonesa, que tras años de crisis opera a menos del 30% de su capacidad. Uno de sus proveedores, Trire, no le estaba sirviendo las ruedas que monta tanto en su furgoneta eléctrica como en las rancheras que salen de su planta de la Zona Franca, a un ritmo de 248 coches diarios, por lo que ha decidido paralizar producción y dejar en casa a unos 3.000 trabajadores

Trire también sirve a Seat las ruedas de uno de los modelos que ensambla en Martorell, el Audi A1. Pero hay otro proveedor de Òdena que también está generando problemas a Seat (entre otras), la empresa francesa de estampaciones Snop. Esa falta de suministros, más los problemas de movilidad han hecho decidir a Seat que lo mejor era dejar de producir, no ponerse de regreso y convocar el lunes al comité de empresa para negociar las condiciones de un ERTE que permita reducir el impacto un paro de actividad que afecta a unas 7.000 personas.

Snop también es la empresa que ha llevado a Renault a cerrar sus dos factorías españolas, en este caso solo el lunes y el martes. La multinacional francesa intenta ganar tiempo para buscar una alternativa a la captación de los suministros que ha perdido por el cconfinamiento. “Entre las existencias que hemos reservado y la búsqueda de nuevos proveedores esperamos poder volver a producir a partir del miércoles con normalidad”, han afirmado fuentes de la compañía.

Mientras tanto, la Generalitat intenta encontrar una fórmula que permita volver a la actividad a las empresas situadas en la zona de confinamiento. La consejera de Empresa, Àngels Chacón, ha pedido a las consejerías de Salud y de Interior que habiliten un corredor para que puedan acceder a las plantas trabajadores y camiones de suministros pero, de momento, no se ha tomado ninguna decisión.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Es integrante de la redacción de EL PAÍS en Barcelona, donde ha desempeñado diferentes roles durante más de diez años. Licenciado en Periodismo por la Universidad Ramon Llull, ha cursado el programa de desarrollo directivo del IESE y ha pasado por las redacciones de 'Ara', 'Público', 'El Mundo' y 'Expansión'. 

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