El Día Europeo de las Lenguas reivindica el entendimiento entre pueblos
El plurilingüismo fomenta el conocimiento y la cercanía con otras culturas, además de tener beneficios en el desarrollo cognitivo de los más jóvenes
Aprender inglés: ese viejo compañero de viaje que surge cada vez que hacemos una lista de propósitos para el año nuevo. Pero ¿cómo hablamos los españoles la lengua de Shakespeare? Menos de lo que podríamos pensar. En un continente con 225 lenguas autóctonas, España se sitúa en el puesto 23 a nivel europeo (y 32 mundial) en cuanto a nivel de inglés, según un reciente estudio de Education First. Es decir: queda mucho por hacer. El bilingüismo es cada vez más considerado como un requisito fundamental, pero la importancia de los idiomas no se circunscribe a uno solo ni tiene como finalidad exclusiva una mejora laboral, como destaca el Consejo de Europa con motivo del Día Europeo de las Lenguas, que se celebra este jueves, 26 de septiembre.
Es cierto: la gran mayoría de organizaciones considera fundamental poseer un buen nivel de inglés, según el estudio English at Work, que Cambridge Assessment English ha llevado a cabo entre más de 5.000 empresas en 38 países. En España, el 19 % de los empleadores afirma que sus trabajadores podrán beneficiarse de una mejor progresión en su empresa si cuentan con un buen dominio del inglés, y el mercado global de los servicios de traducción e interpretación alcanza un valor de 40.000 millones de dólares (de los cuales, el 48,75 % corresponde a Europa). Pero, más allá del ámbito laboral y económico, desarrollar competencias lingüísticas “ayuda a establecer lazos internacionales y a desarrollar una conciencia de ciudadanía europea”, defiende Luis Guerra, catedrático de Lengua Española de la Universidad Europea. Una idea que puede sonar algo marciana en medio de las tensiones territoriales que se viven en España, pero que tiene más vigencia que nunca.
Hacerlo a edades tempranas, además, “influye de forma positiva en el desarrollo del cerebro, reforzando e incluso cambiando la estructura de las conexiones neuronales que se van formando”, sostiene David Bradshaw, responsable de servicios de evaluación de Cambridge Assessment English para España y Portugal. “Hay estudios que indican que el manejo de dos o más idiomas, sobre todo cuando este uso conlleva trabajar con distintos alfabetos, conduce a niños con la mente más abierta respecto a otros puntos de vista”.
Comprender varias lenguas es posible
El objetivo es que cada ciudadano europeo pueda manejar diferentes lenguas en distinto grado. No se trata de desarrollar un nivel de C2 en todas ellas, sino de poder comunicarte con esos hablantes. “Un programa de plurilingüismo comprensivo facilitaría el que personas que hablan idiomas distintos pudieran entenderse hablando sus propias lenguas, lo que ayudaría a conocer y a respetar al otro”, explica Guerra. No hace falta extrapolarlo a la Europa de los 28. “Hacerlo con lenguas próximas a la nuestra no es tan difícil con un poco de entrenamiento: en la península Ibérica tenemos el portugués, el catalán y el resto de las lenguas cooficiales”. No en vano, entre los objetivos del Día Europeo de las Lenguas están el diversificar los idiomas que se aprenden y promover la riqueza lingüística y cultural de Europa.
“Lo ideal sería que yo pudiera ir, por ejemplo, a Cataluña hablando castellano todo el rato, y que le pareciera bien a todo el mundo; y que ellos me contestaran en catalán y que también me pareciera bien. Son lenguas similares con las que es fácil la mutua comprensión. Sería un proyecto interesante desde un punto de vista político”, algo que, afirma, provocaría que el castellano no se viera como una amenaza en los territorios bilingües, ni el gallego o el catalán con indiferencia en otras partes de España.
En este sentido, el programa europeo EuRom5 pretende ayudar a los hablantes de cinco lenguas románicas (el castellano, el catalán, el portugués, el italiano y el francés) para que puedan entender a los de las otras cuatro con un método razonablemente fácil, desarrollando competencias para que puedan comunicarse con ellas.
El Instituto Cervantes, mucho más que castellano
En este contexto, no mencionar el español sería imperdonable. Con 483 millones de hablantes nativos repartidos entre más de 20 países (y una comunidad global de 580 millones de hablantes), el castellano es el segundo idioma en hablantes nativos por detrás del chino mandarín (aunque este solo se habla en China). Casi 22 millones de estudiantes de todos los niveles están aprendiéndolo en algún lugar del mundo, sobre todo en Estados Unidos y Brasil, con algo más de ocho y seis millones de alumnos, respectivamente, seguidos de Francia, con 2,5. “En el Reino Unido, el British Council ha recomendado en su último informe que se estudie el español como segunda lengua, y eso está desplazando a otros idiomas como el francés. Y en Brasil, donde el español tuvo un momento de expansión notable, estamos trabajando para potenciarlo de nuevo como punto de referencia cultural”, cuenta Luis García Montero, director del Instituto Cervantes.
"El español es una lengua de seducción democrática, frente a otras supremacistas que intentan imponer los idiomas como banderas de identidades cerradas", dice García Montero
La institución española, presente en los cinco continentes a través de 87 centros repartidos por 44 países, se encarga no solo del castellano, sino de todas las culturas e idiomas del Estado. Allí se imparten clases de catalán, gallego y euskera, y se celebran actividades para divulgar tanto la cultura en español como la española (lo que incluye la catalana, la vasca y la gallega). Una labor que se toma muy en serio García Montero: “Quien ofende a un idioma materno, está ofendiendo mucho a la intimidad de las personas. Por eso queremos sacar a las lenguas de la crispación política; reivindicar que nuestro respeto democrático por la diversidad no solo no tiene nada que envidiar a otros países europeos, sino que es mucho más adelantado. Defendemos una riqueza que es de todos; y la ayuda y la consideración que tiene el Estado respecto a la variedad lingüística es muy superior, por ejemplo, a la del Estado francés sobre otras lenguas”.
Bajo el lema Poesía y Diversidad, el Instituto Cervantes celebrará el Día Europeo de las Lenguas con diversas actividades repartidas por sus sedes. Entre ellas destaca la velada organizada en el centro de París, en la que se celebrarán la riqueza y variedad lingüísticas con una lectura de poemas en castellano, catalán, gallego, euskera y asturiano, además de francés, corso y occitano, lenguas habladas en el país vecino.
Para García Montero, “hay que defender el bilingüismo y sentirse orgulloso de las posibilidades culturales y económicas del español, como una lengua de seducción democrática frente a otras lenguas supremacistas, donde se intentan imponer los idiomas como banderas de identidades cerradas. Eso lo estamos viendo en Estados Unidos, con Donald Trump”. Recientemente, en El Paso, Texas, un joven asesinó a 22 personas en un centro comercial al que acudió con la intención de matar “al mayor número de mexicanos posibles”.
Los migrantes, la faceta más humana
El papel de los idiomas resulta más dramático en la realidad diaria de los migrantes y refugiados. Personas que, debido a conflictos armados, desastres naturales o a la siempre legítima aspiración de conseguir un mejor futuro para los suyos, llegan hasta nuestros países sin conocimiento alguno del idioma y se enfrentan a enormes diferencias lingüísticas y culturales. “En estos casos, la urgencia es inmediata, porque son gente sin recursos, y cuando llegan, ni siquiera hay nadie que domine estos idiomas, porque no hay recursos económicos, técnicos ni humanos para atender a todas las lenguas minoritarias”, cuenta Celia Rico, catedrática de Tecnologías de la Traducción de la Universidad Europea. “Hay un problema de falta de voluntad política a la hora de contar con estas personas, porque en España hay asociaciones de traductores e intérpretes profesionales especializados en mediaciones culturales en situaciones de crisis”. En los centros de acogida, se clasifica a los refugiados según el país de origen, algo que puede no ayudar si en esos países se hablan idiomas muy diversos (en Nigeria, por ejemplo, hay 500 lenguas diferentes).
Los problemas de mediación alcanzan también el campo de la atención sanitaria, donde resulta fundamental la labor de traductores o intérpretes. “Cuando es necesaria un análisis o una donación de sangre, puede suceder que se nieguen porque para ellos tenga connotaciones religiosas. Y a la vez, en determinadas zonas la sangre es precisamente algo que se compra, y no se concibe que se pueda donar de forma altruista”, explica Rico. En el caso del Aquarius, el año pasado, hubo mujeres musulmanas que habían sido víctimas de abusos o violaciones, “pero no quisieron denunciarlo porque, culturalmente, se negaban a hablar con un hombre de cosas como esas. Y también ocurre en consultas ginecológicas”.
La lengua de signos, una asignatura pendiente
El pasado 23 de septiembre se celebró el Día Internacional de las Lenguas de Signos, una forma de comunicación que, según el Parlamento Europeo, utiliza de forma primaria una de cada 1.000 personas. En España, tanto la lengua de signos española como la catalana están reconocidas por medio de una ley nacional y una autonómica, y los estatutos de ocho comunidades (Andalucía, Aragón, Canarias, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura e Islas Baleares) las protegen de manera específica. "Poco a poco se van alcanzando mejores cotas de normalización, pero aún se han de garantizar unos mínimos que permitan a las personas sordas acceder, concurrir y competir en el mercado laboral en condiciones de igualdad. Esto supone ofrecer formación y capacitación profesional en lengua de signos, facilitar entornos accesibles...", afirman desde el Centro de Normalización Lingüística de la Lengua de Signos Española (CNLSE).
Para el CNLSE, aunque la lengua de signos tiene cada vez más presencia en el sistema educativo, la mayoría de las veces no tiene la entidad que debiera tener: "Las escasas experiencias bilingües que se llevan a cabo siguen siendo aisladas y están progresando de forma lenta por la falta de apoyos de las administraciones educativas". En lo respecta a los centros de investigación y las universidades, demandan "un tratamiento lingüístico y cultural en la vida académica equivalente al del resto de las lenguas orales del entorno", reivindicar su inclusión en los planes de estudios y fomentar la realización de materiales, estudios e investigaciones sobre las lenguas de signos "desde cualquier área del conocimiento, facilitando los recursos para este fin". Para el CNLSE, los avances en los medios de comunicación han sido también tímidos desde la primera emisión en lengua de signos en 1977.
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