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Análisis de Banca March
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

¿Es una buena noticia que los tipos de interés bajen?

Desgraciadamente, a pesar de sus buenas intenciones, los bancos centrales no siempre llegan a tiempo con las rebajas de tipos y en cinco de los ocho últimos ciclos actuaron tarde para evitar la recesión

Las renovadas desavenencias entre Trump y China y el miedo a una falta de acuerdo comercial en la próxima reunión del G20, han vuelto a propiciar declaraciones de estímulo por parte de los principales bancos centrales. Primero fue Jerome Powell, y hace pocos días, el BCE anunciaba el retraso de seis meses de la subida de tipos de interés, hasta mediados de 2020. Los mercados de renta fija se han apresurado a anticipar un escenario de agresivos recortes de tipos de interés. La curva norteamericana descuenta, con una probabilidad del 85%, una primera bajada para finales de julio y, prácticamente, otras tres reducciones adicionales antes de finales del próximo año.

Mientras, la Bolsa se ha recuperado con fuerza y, tras el rebote de los últimos días, los índices se sitúan a un 2%-3% de los máximos anuales (en el caso del S&P 500 de máximos históricos). Sin duda alguna, unos tipos de interés más bajos ayudarán a reducir el coste de financiación de los diferentes agentes económicos, estimulando el crecimiento y probablemente, “compensando” un potencial entorno de mayor incertidumbre comercial. Pero ¿debería concluir aquí el análisis? ¿Por qué no deberíamos ignorar las señales que nos están enviando las TIRs deprimidas de los bonos largos o los precios del petróleo que, en el último mes, han cedido un 16% anticipando una menor actividad?

La renta variable está interpretando que los bancos centrales, con políticas monetarias más expansivas, serán capaces de manejar la situación y evitar una recesión, tal y como ocurrió en 1984 y 1995. El problema es que la historia más reciente nos ha demostrado que la solución no siempre es tan sencilla. Las dos últimas ocasiones en que la Reserva Federal redujo las tasas de interés (en 2000 y 2007) supusieron la certificación del final de ciclo económico y, poco más de un año después, la economía entró en recesión y los mercados sufrieron fuertes caídas. En los últimos 50 años, de manera contraria a lo que muchos piensan, durante los siete periodos en los que la Reserva Federal ha subido los tipos de interés, las Bolsas siempre han subido, acompañadas por la recuperación de los beneficios empresariales. En el caso contrario, cuando han bajado los tipos, a pesar de apoyar unas condiciones más favorables de liquidez, el resultado no siempre ha sido tan benigno.

Desgraciadamente, a pesar de sus buenas intenciones, los bancos centrales no siempre llegan a tiempo y en cinco de los ocho últimos ciclos llegaron tarde. En el entorno actual, a pesar de la madurez del ciclo, es pronto para ponerse demasiado agorero, sobre todo mientras los diferenciales de crédito aguanten. Además, aunque hay buenas razones para ser cauteloso, posiblemente habrá “paz comercial”, al menos de manera temporal, y los tipos de interés en EE UU no bajarán tanto o tan rápido como las curvas descuentan. Ni tanto ni tan poco. Cuando se confirme la bajada, lejos de ser muy optimista, hay que ponerse en guardia.

Joan Bonet Majó es director de Estrategia de Mercados de Banca March

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