Un papel de usar y plantar
La madrileña Sheedo elabora hojas biodegradables y reciclables a partir de fibra de algodón reutilizada
Gala Freixa y Gonzalo Mestre, con 19 y 20 años respectivamente, comenzaron en 2014 una aventura empresarial como respuesta práctica al grado de liderazgo emprendedor e innovador que estudiaban en Madrid. Empezaron con una microempresa de venta de alpargatas, que no funcionó, pero que les llevó a la actual. “Mientras investigábamos sobre el packaging para las zapatillas, vimos que había un nicho de mercado interesante alrededor del papel. Aparcamos la anterior idea y empezamos a investigar posibilidades”, explica Gala Freixa, cofundadora de Sheedo. Para financiarse, montaron una campaña de crowdfounding en 2015, que no les reportó ingresos, pero que dio visibilidad a su idea y al producto: un papel de usar y plantar elaborado con fibra de algodón reutilizada de la industria textil. “Es artesanal y no se elabora con celulosa. Así que no es necesario talar árboles ni usar químicos para blanquearlo”, argumenta Freixa. El resultado es un papel 100% biodegradable que encierra un secreto. Incorpora semillas en su composición que le dan una segunda vida, ya que después de usarlo se puede plantar y de él germina una planta. Una forma de cerrar el ciclo del consumo.
Pero el camino hasta llegar aquí no fue tan bucólico como el papel que ahora comercializan. “Tuvimos que investigar largo tiempo hasta dar con lo que buscábamos. En el desarrollo nos ayudó una joven estudiante de biología con la que probamos qué tipo de semillas eran las que mejor germinaban, cuáles lo hacían todo el año, que no tardaran ni mucho ni poco, que no fueran pequeñas ni grandes, sobre las que se pudiera imprimir…”, explica. Tras estudiar pros y contras, concluyeron que la de manzanilla era la que reunía las mejores condiciones, aunque ahora también lo elaboran con semillas de tomate, eneldo, zanahoria y zinia. “Es una forma de ampliar la gama y dar opciones diversas a los clientes. Tan solo cambia la textura”, apunta.
Una vez superado este reto, el siguiente fue encontrar una empresa que lo produjera. Dieron vueltas por España y su principal problema fue que no había muchas papeleras dispuestas ni a probar ni a parar su producción, hasta que dieron con Sastres Paperers (Sastres Papeleros, en castellano) en Banyoles (Girona), que les dijo sí. “Estaban en un momento de transición y vieron una oportunidad de negocio. Ahora son parte del alma de este proyecto”. También tuvieron que subir un escalón más y buscar una imprenta que desarrollara una técnica que no dañara las semillas. “Encontramos a la madrileña Urex que desarrolló un sistema perfecto para este papel. Preferimos vender el producto ya impreso, pero existe la posibilidad de venderlo tal cual y que cada cliente lo haga por su cuenta. Eso sí, hay que seguir un protocolo para que quede bien”.
En 2017 pusieron su producto en el mercado y lo testaron “pateando la calle”. Lo ofrecieron en floristerías, porque les parecía un negocio parejo al suyo. Pero una vez más la iniciativa no cuajó.
Pese a todo, este vaivén no les frenó, más bien al contrario. Ese mismo año Freixa y Mestre formaron la sociedad con el nombre de Sheedo, que ahora cuenta con seis empleados. Su facturación durante el pasado año rondó los 200.000 euros, con un beneficio de un 10% aproximadamente, y sus previsiones apuntan a duplicar la primera cifra en 2019. Pese a sus números en positivo y a no buscar un socio financiero, Freixa expone que no se cierran a contar con un colaborador estratégico.
Sus productos tienen forma de tarjetas, invitaciones, etiquetas de ropa, catálogos o, incluso, portada de revista, con un precio que ronda los 100 euros para 500 tarjetas de visita. Grandes empresas como Coca Cola, Telefónica, Inditex o Vueling están en su lista de clientes, con unas ventas que representan el 80% de su facturación. Pero sin duda, una de sus vías de negocio al alza son las invitaciones de boda, que ahora suman el 20% de su caja.
Tienen en España su principal cliente y acaban de abrir mercado en Europa. Han llegado a Alemania de la mano de pequeñas empresas; a Francia, con BNP; a Holanda, con Heinz y a Inglaterra, con Google Play.
Entre sus proyectos contemplan hacer papel de colores (ahora solo lo hacen en un tono blanco roto), lanzarlo con nuevas semillas como albahaca y flores silvestres y completar su línea de merchandising sostenible, que ahora incluye un kit de siembra o semillas para plantar.
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