Four Seasons: dormir en el antiguo despacho de Mario Conde por más de 18.000 euros
La cadena hotelera canadiense, propiedad de Bill Gates, promete revitalizar el centro de Madrid y elevar los precios de las habitaciones
La empresa canadiense propiedad de Bill Gates y del príncipe saudí Al-Waleed bin Talal ya tiene representante en Madrid. Christoph Schmidinger (Viena, 1954) es el hombre elegido por Four Seasons para dirigir el hotel más emblemático que se está construyendo en España. Verá la luz en diciembre, adelanta, en el complejo Canalejas, que en su día albergó la sede de Banesto. En la primera entrevista tras su nombramiento, este veterano directivo de la lujosa cadena hotelera pasea como pez en el agua por unas gigantescas obras en las que es muy fácil perderse sin guía. Lo que más le motiva del proyecto, dice frente a una maqueta de los siete edificios que conforman el conjunto de 46.000 metros cuadrados, es que se están rejuveneciendo unos inmuebles históricos que han estado vacíos durante años para que la gente pueda disfrutarlos. “En cinco años, toda la zona será totalmente diferente, se habrá revitalizado”, prevé.
Porque cuando Four Seasons Hotel & Private Residences llega a sus nuevos destinos arrastra a una clientela fiel de alto poder adquisitivo (gastará unos 700 euros de media por día en su hotel en dos años, indica) que genera un importante impacto económico en ellos. No sabe cuantificarlo. Aunque sí exponer que la cadena va a contratar a 400 personas para dar servicio a sus huéspedes y a los propietarios de las 22 exclusivas viviendas (la mayoría ya vendidas), que son el secreto mejor guardado del reino. “Eso sin contar los empleos que generará la galería comercial y el resto de servicios, que podrían elevar esa cifra en otros 400 puestos de trabajo. Four Seasons brindará a Madrid nuevos negocios y posiblemente nueva clientela”, prosigue.
Los hoteleros tienen claro que este establecimiento de 200 habitaciones, el primer gran hotel que se construye en Madrid en los últimos 50 años, como se encarga de recordar Schmidinger, al igual que lo hace habitualmente su arquitecto, Carlos Lamela; contribuirá a que las tarifas de las habitaciones de la capital se incrementen. El ejecutivo también está convencido de ello: “Nuestra estructura dinámica de precios llevará a Madrid a un nivel superior del que tiene. No sabemos cuándo, pero los precios van a subir seguro”.
Y aquí es donde rápidamente aclara que su objetivo “no es elevar las tarifas en primera instancia, sino proveer a los clientes una experiencia en la ciudad”. “Somos el primer operador hotelero que tiene la mezcla perfecta: un edificio histórico, calidad, servicio, ubicación y tamaño. Y el primero que combina habitaciones, residencias, galería comercial, área gastronómica, de cócteles, eventos, spa y gimnasio. Esperamos que esta combinación sea atractiva no solo para los clientes internacionales sino también para los madrileños y los españoles”, asegura.
Por eso la estrategia inicial de Four Seasons en Madrid pasa por implementar unos precios “atractivos para los clientes y competitivos”. Sus habitaciones básicas (de 41 metros cuadrados de superficie) saldrán al mercado a entre 400 y 500 euros por noche (al estilo del Villa Magna, según Schmidinger). Aunque algunas suites, y no precisamente la presidencial (el antiguo despacho de Mario Conde), se comercializarán por 18.000 euros. “Hay que esperar dos años para que los precios suban. Porque no te conviertes en popular si eres carísimo”, expone.
La lujosa cadena pretende que el complejo de Canalejas se ponga de moda por su oferta gastronómica, comandada por Dani García. “Lo más importante para mí es que el hotel sea para los madrileños. Si les gusta a ellos, el resto de turistas vendrán”, afirma. Por eso el foco es preparar a los equipos en la filosofía canadiense del servicio, explica.
El objetivo de Schmidinger es que el Four Seasons Madrid tenga una ocupación de entre el 50% y el 60% en su primer año y facture unos 45 millones de euros, cifras que en 2021 espera lleguen a superar el 70% y los 60 millones, respectivamente. Como gestora hotelera que es, la compañía se lleva un porcentaje de los ingresos y otro de los beneficios, que no aclara.
Schmidinger está encantado con el promotor del complejo, OHL, que posee la mitad de la propiedad, cuya inversión inicial se cifró en 120 millones de euros. El ejecutivo asegura desconocer el aumento presupuestario de las obras que vigila a diario tras los problemas sufridos. Aunque varias estaciones de Metro colindantes permanecen cerradas al público desde enero. “Me preocupa que el ciudadano esté molesto. Lo sentimos. Pero el desarrollo que tendrá la zona merecerá la pena”. E igual de encantado que con OHL estará con el siguiente propietario (“pues el vínculo es con el edificio”), cuando el año que viene la constructora ponga en venta su participación en Canalejas para mitigar sus problemas financieros, tal y como ha anunciado.
Four Seasons tiene más planes en España. Tras Madrid, llegará su resort de Marbella, que espera la aprobación urbanística para arrancar. “Estamos muy atentos a las oportunidades que puedan surgir, si encontramos un resort en Barcelona, lo tomaremos”, asegura el ejecutivo. Los nuevos proyectos de la cadena de lujo, cerca de 40 en desarrollo, de los cuales nueve serán estrenados este año, pasan por combinar hotel y viviendas en un mismo espacio. “Porque suaviza la financiación del proyecto con la venta de las residencias, de la que nos beneficiamos con un porcentaje, y porque cada dueño está comprometido con la marca Four Seasons y los servicios que le ofrece, como hacerle la compra, llevarle la cena, hacer la limpieza... que tienen un índice de recurrencia muy alto”, explica el directivo austriaco que va a traer a Bill Gates y al príncipe saudí a Madrid “seguro”. Y puede que al resto de España.
Cronología de Four Seasons
1961. Isadore Sharp abre su primer hotel en Toronto.
1970. Entra en Londres e implanta el estandar de lujo que replicará después. La década acaba con 10 hoteles en Canadá y los primeros contratos de gestión en EE UU.
1980. Se expande en EE UU con 12 hoteles. Establece el modelo de gestión y entra en el segmento residencial.
1990. La época del crecimiento internacional tras consolidarse como marca de lujo en EE UU. Se enfoca en resorts en destinos exóticos.
2000. Ya tiene 50 hoteles y reconocimiento de marca.
2007. Con la crisis financiera, Bill Gates y el príncipe saudí Al-Waleed bin Talal compran el 47,5% cada uno de la cadena (por 3.800 millones de dólares) y Sharp se queda con el 5% restante. Dan el apoyo financiero a una marca que hoy tiene 118 hoteles en 48 países y 40 en proyecto, que han sacado de Bolsa y de la que no ofrecen resultados.
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