El gobernador del Banco de España pide un Gobierno estable que haga reformas de consenso
Hernández de Cos espera que la economía prolongue su fase de crecimiento y critica el funcionamiento del marco regulatorio
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, espera que "los resultados electorales cristalicen en un Gobierno de Estado", según ha manifestado en la clausura de la Asamblea Anual de la empresa familiar celebrada en la mañana de este martes en Madrid y en clara referencia a la formación de un Gobierno estable. Al tiempo, ha reclamado consenso entre las fuerzas políticas para abordar reformas estructurales que considera imprescindibles y "que no deben cambiar cuando cambia el Gobierno". En ese sentido, señaló como prioritarias la educación, la innovación, el mercado laboral y la consolidación fiscal. "Es bastante fácil separar el factor ideológico para alcanzar consensos", ha incidido ante la evidencia de las dificultades que se producen entre las fuerzas políticas.
En este punto coincidió con las demandas de los empresarios y que comentó el presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), Francisco Riberas. "Esperamos un Gobierno que se ponga rápidamente a tomar decisiones; es el momento de dialogar y crear consensos, de que las decisiones sean a largo plazo y con altura de miras", dijo Riberas al tiempo que ofrecía la colaboración de la empresa familiar.
En un largo y didáctico discurso destacó que se espera que la economía española prolongue su fase de expansión los próximos tres años con un crecimiento potencial del 1,5% según las previsiones macroeconómicas del Banco de España. Después el gobernador puso en conocimiento de los empresarios familiares las tareas que deben abordar el Ejecutivo y los grupos parlamentarios. A su juicio, se deben centrar en mejorar la productividad como "único factor determinante del crecimiento". Y, en ese sentido, ha señalado la mejora de la competitividad, el reforzamiento de la situación patrimonial de las empresas, la prolongación expansiva de las políticas presupuestaria y la política monetaria.
Para Hernández de Cos existen varios retos a los que debe enfrentarse para apuntalar el crecimiento. Entre ellos, además d ela productividad, ha destacado la necesidad de reducir la deuda pública y exterior, que tiene un componente estructural muy elevado, y aplicar una política presupuestaria que revise la composición de los gastos y los ingresos. En ese sentido, ha subrayado que "existe margen para aumentar la eficiencia del gasto público y reorientar su composición hacia aquellas partidas con mayor incidencia sobre la acumulación de capital físico, tecnológico y humano como para redefinit la estructura de la cesta de impuestos para favorecer el crecimiento".
Otro reto es el problema del progresivo envejecimiento, medido en la evolución de la tasa de dependencia entre la población con más de 66 años y la trabajadora. Hoy esa tasa es del 25% y se estima que en mitad de siglo sea del 50%, por lo que propone una estrategia multidisciplinar que acompase las políticas migratorias y la educación y la capacitación profesional.
Tamaño empresarial
Asimismo, el gobernador ha reclamado medidas para recortar la tasa de temporalidad, que a su juicio es muy alta y genera pocos incentivos para mejorar la formación, y ha recomendado a las entidades financieras que aceleren la reducción de los activos improductivos y refuercen el capital para afrontar los retos regulatorios, así como mejorar en tecnología y la reputación.
Cos también ha destacado que la dinámica empresarial está en el origen de la productividad y, en ese sentido, ha recordado que en España está por debajo de la media europea en parte porque la productividad de las empresas nuevas es muy reducida. Para Cos, los retos empresariales pasan por mejorar la calidad el capital humano y nivel educativo de los empresarios.
El gobernador ha terminado con una crítica fuerte al funcionamiento de la Administración por la disparidad de regulaciones municipales y autonómicas, otras regulaciones (fiscales o laborales) destinadas a favorecer a las pymes que, sin embargo, pueden desincentivar su crecimiento porque "artificialmente se quedan en tamaños inmediatamente anteriores a ciertos umbrales regulatorios, lo que indicaría la necesidad de adaptar la normativa existente para evitar estos desincentivos al crecimiento empresarial", y las deficiencias del marco institucional, que también marcan las diferencias con otros países y desincentivan a las empresas.
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