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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La modernización del sistema fiscal ante los retos del futuro

Se pueden reducir los impuestos a los que ya pagan demasiado, y hacerlo compatible con la consolidación fiscal y el mantenimiento y mejora del Estado del bienestar

Trabajadoras sanitarias de un hospital valenciano.
Trabajadoras sanitarias de un hospital valenciano.Mònica Torres (EL PAÍS)

Los impuestos son necesarios y permiten financiar el gasto público, pero también son instrumentos de la política económica, o deberían serlo. Porque los impuestos tienen, nos guste o no, efectos económicos. Estos efectos económicos son especialmente negativos cuando no están bien diseñados, y especialmente cuando no forman parte de un sistema fiscal. De hecho, incluso los anuncios de establecer nuevos impuestos tienen consecuencias negativas.

Tenemos, cada vez más, un conjunto deslavazado de impuestos mucho más que un sistema. En los últimos meses, esto se ha acentuado. Primero, a medida que el gobierno de Sánchez y Podemos entraban en un campeonato de subidas de impuestos. Teóricamente, estos nuevos impuestos buscaban recaudar, pero en realidad su finalidad era y es expiatoria, castigar a los malos: los especuladores financieros, los ricos (o los que considerase Pablo Iglesias ricos en cada momento), las grandes empresas, las multinacionales tecnológicas o los bancos.

Pero en los últimos días también hemos comprobado que tenemos algunos impuestos vetustos, y con normas poco claras. El caso paradigmático ha sido el impuesto de las hipotecas. En la cuestión capital de quién tiene que pagar el impuesto, el Tribunal Supremo ha cambiado dos veces de criterio en quince días. A continuación, Pedro Sánchez, vía decreto ley, cambió nuevamente el contribuyente del impuesto, a través de una norma chapucera y de dudosa constitucionalidad, que desde Ciudadanos nos vimos obligados a corregir mediante su enmienda en la ponencia de la ley de crédito inmobiliario.

En España sólo podremos hacer frente a los retos del Estado del bienestar, como las pensiones, la financiación de una excelente sanidad para pacientes cada vez más longevos o a la educación del futuro, si mejoramos sustancialmente nuestro sistema fiscal. La primera clave para hacerlo posible es reformar un mercado de trabajo que no funciona. Si seguimos teniendo más paro y precariedad que casi toda Europa, tendremos problemas sociales, pero, además recaudaremos menos.

Además es imprescindible mejorar la lucha contra el fraude fiscal y la economía sumergida. Ciudadanos consiguió, en sus acuerdos presupuestarios con el PP, acabar con los sistemáticos recortes en las plantillas de la Agencia Tributaria, la inspección de trabajo y la intervención general de la Administración del Estado, que hicieron los gobiernos del PP y el PSOE. Y no podemos renunciar a medidas anti-fraude modernas como el derecho de los consumidores a pagar con tarjeta o móvil. También tenemos que reducir el gasto superfluo y las duplicidades.

En este sentido, la revisión sistemática de la eficiencia del gasto público (Spending Review), que desde Ciudadanos conseguimos que se encargase a la Airef, es el inicio de una vía inexplorada por los gobiernos del PP y el PSOE.

Por encima de todo, hay que abordar la revisión global del sistema fiscal, para que en primer lugar sea un auténtico sistema y no un conjunto deslavazado de impuestos. Hay que modernizar los impuestos, clarificarlos, y garantizar la unidad de mercado. El ejercicio de las competencias fiscales de las Comunidades Autónomas, y de los regímenes forales de País Vasco y Navarra no puede crear continuos obstáculos a la unidad de mercado.

Con todo ello, desde Ciudadanos creemos que se pueden reducir los impuestos a los que ya pagan demasiado, y hacerlo compatible con la consolidación fiscal y el mantenimiento y mejora del Estado del Bienestar. No es fácil, y hay que sacar la calculadora, pero esa es la esencia de nuestro proyecto en el ámbito fiscal: lo que no son cuentas, son cuentos, populismo y demagogia, de izquierdas y de derecha.

Francisco de la Torre es diputado y responsable de Hacienda de Ciudadanos.

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