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Fedea calcula un déficit anual de más del 3% del PIB si se deroga la reforma de pensiones de 2013

Los investigadores piden que se tomen medidas alternativas para evitar la situación

Manuel V. Gómez
Manifestación de pensionistas en las puertas del Congreso
Manifestación de pensionistas en las puertas del CongresoRafael Martínez (EFE)

Derogar la reforma de pensiones de 2013 sin más supone un déficit anual medio que se situaría entre el 3% y el 3,6% del PIB, según un estudio de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea).  "No sería prudente", ha expuesto su director ejecutivo, Ángel de la Fuente, quien ha apuntado que de llevarse a cabo finalmente los planes del Pacto de Toledo, debería haber un plan "alternativo, claro y bien estudiado".

La comisión parlamentaria que debate el tema de pensiones, el Pacto de Toledo, ha acordado proponer la derogación de la revalorización de estas prestaciones según la situación financiera de la Seguridad Social. Es un paso más en lo acordado por el Gobierno anterior, el de PP, y el PNV para suspender este sistema de actualización y demorar la entrada en vigor del factor de sostenibilidad que vinculaba la pensión inicial de los jubilados a la esperanza de vida. Ambas medidas formaban parte de la reforma de pensiones de 2013.

El estudio de Fedea básicamente analiza lo que sucedería si desaparecieran esas medidas sin subir la recaudación pública para pensiones o hacer ajustes en las pensiones. Los tres investigadores de la Fundación calculan que con ese déficit anual medio, entre el 3% y el 3,6%, lo que se traduciría hasta 2070 en una montaña de deuda equivalente al 125% o el 150% del PIB, a sumar a la deuda que ya tiene España, que ya ronda el 100%. 

La solución para Ángel de la Fuente, Miguel Ángel García, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos y hasta hace meses era el director general de Ordenación de la Seguridad Social, y Alfonso Sánchez, pasa por una combinación de sacrificios presentes y futuros. En los presentes entran un aumento de impuestos y algunos ajustes en las prestaciones que perciben los pensionistas. Los futuros consisten en una reducción en la "generosidad" de las prestaciones, es decir, que sean menores respecto al último salario o el salario medio. Esto, teóricamente, no tiene por qué traducirse en pensiones más bajas si las remuneraciones de los trabajadores suben.

El reparto de sacrificios entre generaciones presentes y futuras busca, explican los autores, que no sean solo los jóvenes quienes tienen que asumir la carga bien sea por la deuda, que tendrán que pagar, o bien sea por los mayores impuestos y cotizaciones que tendrán que soportar. "La carga sobre esta gente puede ser demasiado alta e injusta en términos de reparto generacional", ha añadido De la Fuente.

Según ha explicado este economista, la situación también podría mejorar si llegara una gran cantidad de inmigrante "bien cualificados" e hispanohablantes o si subiera mucho la productividad. Pero los autores creen que esta situación es "poco probable" que se dé, o no, al menos, en la medida necesaria para que fueran necesarios sacrificios en el futuro, cuando se espera que las pensiones a pagar en España pasen de los 10,5 millones actuales a 15 millones. "La experiencia reciente no nos sugiere que sea muy probable que tengamos un milagro de productividad en los próximos años, especialmente si no hacemos nada", ha resaltado.

Entre las propuestas de Fedea, "ninguna indolora", está que las mínimas suban según el IPC, pero que el resto se actualicen con un índice que, además de los precios, también tenga en cuenta la situación financiera del sistema.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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