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Calviño se opone a que la actualización de las pensiones se vincule solo al IPC

La ministra apuesta por acelerar la reducción de la deuda pública ante la crisis italiana con Bruselas

Lluís Pellicer
La ministra Nadia Calviño con el vicepresidente de la Comisión Europea Valdis Dombrovskis este martes en Luxemburgo.
La ministra Nadia Calviño con el vicepresidente de la Comisión Europea Valdis Dombrovskis este martes en Luxemburgo.JULIEN WARNAND (EFE)

La ministra de Economía, Nadia Calviño, no ve claro que las pensiones se actualicen cada año teniendo en cuenta solo el IPC. "Siempre he dicho, y es la posición del Gobierno, que se trata de un asunto en el que no podemos fijarnos solo en un parámetro, como, por ejemplo, la actualización de las pensiones al IPC", ha explicado al acabar la reunión de ministros de finanzas de la Unión Europea, Ecofin, este martes. 

Estas palabras llegan apenas una semana después de que el Pacto de Toledo pactara recomendar justo eso, que la revisión anual de las pensiones debe hacerse"en base al IPC" cada año. Se suma así a lo que dijo el mismo secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, horas antes de que anunciara ese acuerdo. Granado pidió que las pensiones se revalorizaran a partir de 2020 con un nuevo índice que debería estar vinculado a la marcha de la economía, a los ingresos del Estado, de las cotizaciones a la Seguridad Social y a los precios. La actualización, según dijo, no debería depender cada año de un solo indicador. "Las indexaciones a largo plazo siempre causan problemas, tienen efectos perversos", dijo Granado.

Apuntando en una dirección parecida, Calviño ve necesario analizar la sostenibilidad de las pensiones teniendo en cuenta "toda una serie de variables", como la evolución demográfica, el empleo, el nivel salarial, el número de años de cotización y las características y la tasa de reposición de las pensiones. Según ella, esta visión es  "más amplia" que la del Pacto de Toledo. "Es un terreno en el que es imprescindible garantizar unas pensiones dignas ahora, pero también garantizar que seguirán siendo dignas dentro de 20 o 40 años, y ese es el objetivo del Gobierno", ha zanjado.

Calviño lanzó estas palabras en Luxemburgo y va en la línea de apuntar que España no es como Italia. Ese el mensaje en el que ha hecho hincapié tras el primer asalto que ayer libraron sin fisuras los titulares de Finanzas de la zona euro contra los planes de expansión que llevó al Eurogrupo el ministro italiano Giovanni Tria. “El Gobierno español está tomando todas las medidas posibles para evitar el efecto contagio”, ha sostenido Calviño. Las principales actuaciones, ha sostenido, pasan por seguir reduciendo el déficit de las cuentas del sector público, dando prioridad al gasto social, y “acelerar” el proceso de reducción de deuda pública. La ministra cerró filas con la Comisión Europea y coincidió con el resto de sus colegas en que “las reglas” deben aplicarse “por igual a todos los países”.

España no es Italia

A falta de conocer todos los detalles del presupuesto del gobierno de Giuseppe Conte, Calviño ha señalado que la principal diferencia entre uno y otro ejecutivo es su estrategia respecto a la deuda pública: mientras los planes italianos, a su juicio, llevarían a una “senda de no reducirla”, Calviño apuesta por pisar el acelerador en la rebaja del peso de las obligaciones españolas respecto al Producto Interior Bruto (PIB). “Estoy relativamente tranquila porque no observamos un efecto contagio. Los inversores internacionales confían en España”, ha zanjado la ministra.

Calviño ha desgranado su receta para poder rebajar el nivel de endeudamiento español, que al cierre del primer semestre era del 98,1% del PIB. Al respecto, la ministra abogó por obtener un “superávit primario” en las cuentas públicas, lo cual dijo que llegará “por primera vez” desde la Gran Recesión en 2019 tras efectuar el ajuste estructural anunciado en las cuentas públicas equivalente al 0,4% del PIB. Marcando de nuevo diferencias con el ejecutivo italiano, ha insistido en el compromiso del gobierno de Pedro Sánchez con “la disciplina presupuestaria”.

“El marco con el que trabaja el gobierno español para 2019 incluye un ajuste estructural del 0,4% y por lo tanto no se trata de unos presupuestos expansivos”, ha concluido. Por ejemplo, ha apostado por reducir el “coste de mantenimiento de la deuda”, mediante amortizaciones anticipadas como la devolución de 3.000 millones de euros al fondo de rescate (MEDE) el pasado mes de septiembre “aprovechando el buen momento de los mercados financieros”.

Por último, Calviño explicó que también se está trabajando en una mejora de la “gestión de la tesorería” para hacerla “más eficiente y reducir, de ese modo, las necesidades de emisión de deuda pública.

En su comparecencia tras la reunión de ministros Finanzas de los Veintiocho en Luxemburgo, Calviño ha querido señalar las diferencias entre la economía española y la italiana que, de momento, están parando el temido efecto contagio. La ministra ha puesto énfasis en la mejora de las estructuras económica y presupuestaria española, pero en especial en el “saneamiento de los balances bancarios” y la menor “interconexión” entre el sector público y las entidades financieras.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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