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Eduardo Madina apuesta por la oleada feminista como dique de contención contra el populismo

Moisés Naím alerta en un acto organizado por EL PAÍS y Kreab sobre el riesgo de que la revolución tecnológica genere un desempleo masivo

Montserrat Domínguez, subdirectora de EL PAÍS, con Moisés Naím y Eduadro Madina, el jueves en el Foro Tendencias  España 2019.
Montserrat Domínguez, subdirectora de EL PAÍS, con Moisés Naím y Eduadro Madina, el jueves en el Foro Tendencias España 2019. Jaime Villanueva (EL PAÍS)

Globalización. Disrupción tecnológica. Cambio climático. Populismos. Desaceleración del crecimiento económico… El Foro Tendencias España 2019 aborda en la mañana del jueves en Madrid estos y otros aspectos relacionados con el futuro inmediato. Eduardo Madina, antiguo dirigente socialista y actual director de Kreab Research Unit, apuntó a la oleada feminista que llenó de mujeres las calles el pasado 8 de marzo como uno de los factores de esperanza ante los riesgos que rodean a Europa y el resto de sociedades occidentales. Ante los crecientes riesgos del populismo que encarnan líderes europeos como el húngaro Viktor Orbán, el italiano Matteo Salvini o el agitador estadounidense Steve Bannon, Madina cree que solo el movimiento feminista puede servir de contrapeso. “Si hay una esperanza mundial de recuperar mucho de lo perdido son las mujeres”, aseguró.

Madina compartió mesa de debate con el escritor y columnista Moisés Naím. Ambos debatieron sobre el mundo que viene en este acto organizado en el Antiguo Casino de Madrid por EL PAÍS y la consultora Kreab y patrocinado por Ferrovial y Telefónica. Habían inaugurado el acto Manuel Polanco, presidente de PRISA (empresa editora de EL PAÍS) y Charlotte Erkhammer, consejera delegada global de Kreab.

“Vivimos un periódico histórico de cambios profundos. Globalización, disrupción tecnología y cambios demográficos ponen en cuestión el periodo de mayor prosperidad de nuestra historia reciente. Y ahora, tras la mayor crisis económica, nos enfrentamos a populismos, xenofobia desigualdad”, dijo Polanco como bienvenida. “La mayor parte de la gente dirá que el mundo ahora está peor que antes. Pero la verdad es que hay menos pobreza, menos mortalidad infantil y más igualdad de género que nunca. Hay una tendencia a notar solo lo malo”, apuntó Erkhammer.

La intervención de Naím giró en torno a una cuestión fundamental: ¿va a acabar la actual revolución tecnológica con un elevado número de puestos de trabajo, generando una gran masa de desempleados a la que llamó “la clase innecesaria”? La duda es si ahora ya no funciona la ley por la cual una tecnología contribuía a acabar con un gran puesto de empleos, pero contribuía a crear otros tantos, lo que el economista austriaco Joseph Schumpeter llamó “destrucción creativa”. “¿Ha muerto Schumpeter?”, se preguntó en varias ocasiones Naím, en cuyo caso habría que buscar respuestas a la existencia de un paro tecnológico masivo. “A ver si la muerte de Schumpeter se lleve al panteón de filósofos con el que se creó la UE y nos va a dejar a solas con Víktor Orbán”, alertó irónico Madina.

Una de las respuestas a este posible paro masivo sería el establecimiento de una renta básica universal que garantice la subsistencia a todos los ciudadanos por el mero hecho de serlo. Es esta una “idea espinosa”, admitió Naím, pero también señaló que es un camino hacia el que nuestras sociedades están caminando. “Habrá que ver qué se puede hacer para que sea costeable”, añadió.

Ambos intervinientes coincidieron en señalar la distancia entre los temas habituales en el debate público español y los retos que de verdad marcarán el futuro, donde la sociedad de verdad se la juega. Madina reclamó reformas que garanticen una economía de alto valor añadido y reclamó las medidas que garanticen una sociedad cohesionada. “Por la muralla de la desigualdad entra el caballo de Troya de los populismos”, dijo el hombre que en 2014 se presentó como candidato a liderar el PSOE, que también reclamó una “sociedad generosa”, que va a tener que acostumbrarse a convivir con personas “de otros colores, con otros dioses, otros lenguajes y otros sentimientos”.

Cerraron la mesa con un doble aviso. Naím alertó sobre la calidad de las universidades españolas, de la que dijo que, atendiendo a su clasificación en los ránkings internacionales, “no son del primer mundo”. Y Madina, por su parte, lanzó una advertencia a su propia generación, la de que hoy está en la cuarentena. “Estamos especializados en criticar la obra de nuestros padres. Pero es mejor que lo hagamos cuando hayamos hecho algo que pueda ser criticado. España es un modelo de éxito que ha recorrido en 40 años lo que otros hicieron en 80”, concluyó.

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