Borrell dice que la democracia española está más desarrollada que la belga
El ministro de Exteriores asegura en Nueva York que cerrar las heridas en Cataluña llevará dos décadas
El ministro de Exteriores, Josep Borrell, ha asegurado este viernes en Nueva York que en el extranjero no se entiende el problema catalán. “Piensan que en España Franco sigue vivo”, aseguró. Y añadió que eso “merece una respuesta”: explicar que España está entre las 20 democracias más desarrolladas según el Banco Mundial, “por encima de Bélgica”. El ministro también defendió el multilateralismo. “La respuesta a 'América primero' [el lema de Trump] es Europa unida”, dijo.
Borrell se mostró preocupado por la dimensión internacional que ha alcanzado el independentismo y afirmó que ha generado una narrativa, ayudada por el medio televisivo, en la que se habla de presos políticos y de exilio. “Tenemos un problema político, pero en España no hay presos políticos, es una democracia completa con un estado de derecho”, afirmó. “Tenemos que explicar al mundo que España está entre los 20 países que están considerados democracias plenas. Nuestra democracia está clasificada por encima de la belga por ejemplo”, señaló. Y añadió: “También por encima de la francesa y no soy yo quien lo dice sino la Unidad de Inteligencia de The Economist y el Banco Mundial”.
El ministro participaba en una conversación con Javier Moreno, director de la edición América de El PAÍS, en el marco de las jornadas América Latina, Estados Unidos y España en la economía global, organizadas por EL PAÍS y la Cámara de Comercio de EE UU y España.
Durante la charla, el político catalán reveló que uno de los principales motivos por los que aceptó ser ministro de Exteriores en el Gobierno de Pedro Sánchez fue hacer pedagogía contraria al secesionismo. Defendió la voluntad de “tender puentes” con la Generalitat y acusó a Rajoy de cometer “grandes errores”. Por ejemplo, volvió a afirmar que era una “misión imposible” utilizar solo la policía nacional para prevenir el referéndum ilegal de independencia del pasado octubre y sugirió que una posibilidad podría haber sido permitir la votación pero no considerarla válida: “Quizá deberíamos haber hecho como en Canadá. Hubo un referéndum, no fue considerado ilegal pero no acorde... En el sentido de haced lo que queráis pero no consideraremos el resultado”.
Durante las jornadas, patrocinadas por Iberia, BBVA, Telefónica, PwC y Baker McKenzie, Borrell también repasó la actualidad internacional. Se declaró “preocupado por el abandono de las herramientas del multilateralismo” por parte de Washington, exhibida en la salida de los acuerdos de París contra el cambio climático y de reducción del programa nuclear iraní.También subrayó que Europa debe acostumbrarse a vivir menos bajo el paraguas estadounidense y promover sus propias “alianzas estratégicas”, así como impulsar la internacionalización del euro, en línea con las posiciones de otros líderes, como la canciller alemana Angela Merkel.
El ministro sostuvo que Europa deberá impulsar mecanismos de multilateralismo con países del sureste asiático, África y América Latina. “Si los estadounidenses no quieren estar allí, tendremos que tomar nuestro camino sin ellos”, aseguró.
Antes de su intervención, Borrell restó importancia a la sugerencia de Trump sobre la construcción de un muro fronterizo en el Sáhara para frenar la inmigración. Tres días después de afirmar que el republicano le recomendó “construir un muro en el Sáhara”, puntualizó que nunca fue una “propuesta formal” e ironizó con que en cualquier caso no sería necesario. “El Mediterráneo es un verdadero muro, ya tenemos el muro, no nos hace falta construir otro”, señaló.
En una conferencia previa durante su visita a Nueva York, Borrell dijo que llevará dos décadas resolver la ruptura emocional que provocó en la sociedad catalana el referéndum del 1 de octubre, "si hay éxito". Afirmó que no cree que el problema sea entre España y Cataluña, sino que la sociedad catalana quedó dividida: "Hay una confrontación entre la gente”. La única manera de evitar que las cosas vayan a peor, dijo, “es con más diálogo” y tratando de tender puentes.
El ministro insistió en que solo votó el 47% de los catalanes y que ningún Gobierno del mundo reconocerá una declaración unilateral de independencia. “Cataluña no es colonia, ni está militarmente ocupada, ni sufre una violación sistemática de los derechos humanos”, aclaró. Por eso dejó claro en la conferencia que “si la única propuesta es que quieren independencia, eso no va a ser aceptado”.
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