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Muere en su yate en Ibiza el millonario portugués Pedro Queiroz Pereira

La séptima fortuna de Portugal se cayó en el yate donde disfrutaba de sus vacaciones

El empresario Pedro Queiroz Pereira, la séptima fortuna de Portugal, falleció la noche del sábado al domingo en aguas de Ibiza después de sufrir un infarto en su yate. Según fuentes policiales, que han abierto una investigación, el empresario, de 69 años de edad, sufrió un ataque de corazón y después se cayó por las escalerillas de la embarcación.

Pedro Queiroz Pereira.
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La muerte de Pedro Queiroz se produjo la madrugada de este domingo tras sufrir un infarto, según han confirmado fuentes policiales a EL PAÍS. El empresario se encontraba en ese momento en el yate que tenía amarrado en la marina Ibiza Magna de la isla pitiusa cuando le sobrevino un infarto que le llevó a precipitarse por el hueco de la escalera del interior de la embarcación, de unos 30 metros de eslora.

Sobre las dos y media de la madrugada del domingo, los agentes de la Policía Nacional que se habían desplazado al lugar de los hechos tras recibir un aviso requirieron la asistencia de los bomberos para colaborar en el traslado del cuerpo al Instituto de Medicina Legal. La Policía Nacional abrió una investigación para esclarecer las circunstancias del fallecimiento y este lunes fuentes policiales han confirmado que éste se produjo por un infarto.

La fortuna de Queiroz Pereira estaba evaluada en cerca de 800 millones de euros. Él y su familia eran los accionistas mayoritarios de la cementera Secil y del fabricante de pasta de papel y de papel Navigator, entre otros muchos negocios. Aficionado a los coches (corrió en Fórmula 2), era discreto en su vida pública, y apenas realizaba declaraciones periodísticas, aunque cuando las hacía provocaba el escándalo.

Vinculado a los negocios bancarios

Hace cuatro años se quedó viudo. Su imperio patrimonial queda ahora en manos de sus tres hijas, Mafalda, Lua y Filipa, tal como había quedado previsto testamentariamente hace un año, cuando Pedro Queiroz Pereira se apartó de la primera línea ejecutiva del grupo.

Durante muchos años sus intereses y los de la familia Espírito Santo marcharon juntos, hasta que a comienzos de siglo rompieron por una operación empresarial. Según PQP, los Espírito Santo intentaron hacerse con el control de su grupo Semapa a través de su hermana. A partir de ahí, Queiroz Pereira se convirtió en uno de los principales denunciantes de las prácticas de los Espírito Santo.

En su comparecencia en la Asamblea de la República para hablar sobre la bancarrota del banco Espírito Santo, Queiroz Pereira desveló algunas de las prácticas habituales del banco, aunque criticó también a los reguladores. Es célebre su frase: "Aquello era un castillo de naipes con los reguladores poniendo cara de póker".

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