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La nueva vida de las petroleras

Repsol y Cepsa, como otros grupos europeos, se lanzan al mercado eléctrico como apuesta de futuro

Miguel Ángel Noceda
Sede de Repsol en Madrid.
Sede de Repsol en Madrid.

Repsol ya no es solo una empresa petrolera. Y Cepsa, tampoco. Ni tampoco BP, Shell o Total… Los tiempos cambian y el negocio del crudo empieza a emitir señales urgentes de revisión. Ahora toca convertir las firmas petroleras en energéticas, es decir, además de petroleras, eléctricas y gasistas; y hacerlo dentro de los parámetros de descarbonización y cambio climático que marcan los tiempos mdoernos.

En esas, el grupo Repsol, que adoptó el nombre de una marca de lubricantes de una firma pública llamada Repesa (Refinería de Petróleo de Escombreras SA) para aglutinar todos los activos en el sector controlados por el Estado y luego llevar a cabo su privatización allá por los años ochenta del siglo XX (hace solo 30 años, pero parecen más), quiere competir en el sector eléctrico. A ello responde la adquisición de 2.350 megavatios (MW) a Viesgo, así como la comercializadora de esta. Es decir, con un golpe de chequera de 750 millones de euros se ha hecho con una cuota de mercado del 2% del mercado eléctrico español, lo que no está nada mal para empezar.

En concreto, ha adquirido tres centrales hidroeléctricas (Navia y Picos, en Asturias, y Aguayo, en Cantabria) con una capacidad instalada de 700 MW y dos centrales de ciclo combinado, en Algeciras (Cádiz) y Escatrón (Zaragoza), que suman 1.650 MW. Repsol ya tenía plantas de cogeneración, de 600 MW, con lo que alcanza 2.900 MW de producción en España.

Pero esta operación no será la última, según las perspectivas. El objetivo de Repsol es superar el 5% de cuota de mercado a corto plazo y contar con 2,5 millones de clientes en el mercado minorista de gas y electricidad. De momento, la incorporación de los activos de Viesgo ha supuesto 750.000 clientes. La inversión prevista para seguir creciendo es de 2.500 millones en el periodo 2018-2020 en negocios de baja intensidad en carbono y alcanzar los 4.500 MW. En gas el objetivo es alcanzar el 15% en 2025 en el mercado mayorista.

La empresa que preside Antonio Brufau, que ingresó 3.816 millones por la venta de su participación en Gas Natural, cuenta con una liquidez de 9.000 millones. Una cifra más que suficiente como para seguir haciendo cosas, como la ampliación de la citada central de Aguayo, que le permitiría aumentar la potencia a 1.000 MW. Esta acometida, por la que además está muy interesado el Gobierno de Cantabria, supondría una inversión estimada de 600 millones.

“Se juntan dos factores, la electrificación de la economía, que viene para quedarse, y la necesidad de dar al cliente una oferta más integral”, aduce María Victoria Zingoni, directora general de Downstream de Repsol, para explicar la fuerte apuesta del grupo por la electricidad. Hay que contar con que, a futuro, todo el mercado estará descarbonizado.

De esta forma, la radiografía de Repsol en breve plazo será la de una empresa que, además de vender todo lo derivado del petróleo, también lo hará en los mercados de gas y electricidad. “Partimos del concepto de ser proveedor energético cubriendo las necesidades de las personas y las pymes”, añade Zingoni. Tiene una explicación: “Jugar en un mundo descarbonizado y jugar al cliente final. A partir de ahí empezamos a construir aguas arriba”. “Estamos entrando en el comercio de todo, ser proveedor de las necesidades energéticas del cliente final: gasolina, coche eléctrico, lubricante y aviación indirectamente”, incide.

Esta empresa tiene acceso a cuatro millones de hogares que usan bombonas de butano; tiene cinco millones de clientes en las 3.400 estaciones de servicios; ocho millones clientes de GLP (de ellos, cuatro se solapan con los de estaciones de servicio) y dos millones de ventas directas (uno se solapa con los anteriores. Es decir, 10 millones netos en total, lo que le da una plataforma muy interesante para predecir que la aventura tiene un comienzo esperanzador.

La apuesta de Repsol no es única. También lo está haciendo Cepsa, en España, y oras petroleras, como BP, Total y Shell, en el mundo. Las estadounidenses no están siendo tan activas en este sentido. Cepsa, que no ha hecho ninguna adquisición, ha captado 10.000 clientes para suministro eléctrico. Esta empresa acumula una experiencia de casi 30 años en generación de energía eléctrica. “En nuestros principales centros industriales generamos electricidad a través de tres plantas de cogeneración y un ciclo combinado, que empleamos para autoabastecernos, lo que nos ha permitido aumentar la eficiencia energética y reducir la emisión de miles de toneladas de CO2”, informa una fuente de la empresa controlada por el emirato de Abu Dabi a través de Mubadala.

A esta apuesta responde el acuerdo de colaboración con la plataforma de innovación de startups Plug and Play, con sede en Silicon Valley (Estados Unidos), con el objetivo de abordar juntos los futuros retos del sector de la energía: digitalización de la cadena de valor de la energía, la movilidad y las soluciones energéticas para el hogar, entre otros.

Cepsa cuenta con plantas de cogeneración en Palos (150 MW), san Roque (155 MW) y Tarragona (14MW), así como 388MW en ciclo combinado en San Roque. Asimismo tiene el parque eólico de Jerez de la Frontera, con 11 turbinas y 2.625 MW en construcción, su puesta en marcha está prevista para principios de 2019.

Las fuentes consultadas subrayan que la empresa comercializa desde 2004 energía eléctrica 100% renovable para empresas y grandes clientes industriales, incluidas algunas de sus fábricas. Asimismo, desde 2002, la representación de plantas renovables y de cogeneración a través del centro de control (despacho eléctrico) ha permitido estar a la vanguardia de los desarrollos normativos y tecnológicos de los últimos años, ya que fue el primer centro de control de energías renovables independiente (no de una empresa eléctrica) y la primera zona de regulación, también independiente. Y desde este año comercializa a hogares, aunando en una misma oferta luz, gas y combustible.

Los ciclos combinados están valorados de forma conservadora, teniendo en cuenta que van a ser claves como energía de repuesto cuando se vaya reduciendo el carbón. Se han pagado por ellos menos de los que ha valorado Naturgy

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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