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Nadia Calviño / Ministra de Economía

“Es importante la confianza de los mercados, y también la de los ciudadanos”

"Hay que encontrar la forma de que el crecimiento llegue a los españoles", afirma la nueva titular de Economía

Nadia Calviño, ministra de Economía.Vídeo: Álvaro García | EPV

Veinte segundos. Un elocuente silencio de 20 segundos. La nueva ministra de Economía, Nadia Calviño (A Coruña, 1968), se toma su tiempo para contestar la segunda pregunta de esta entrevista: con ese silencio marcará el ritmo, el fraseo, el tono de toda la conversación; quién sabe si quizá también el de su mandato. La economía solía ser una suerte de coche escoba de la política: el Ministerio de Economía, en plena resaca de la Gran Crisis, es una especie de caja negra para los Gobiernos europeos. Calviño esconde alguna de sus cartas —sobre la mejora que pide Bruselas de la reforma laboral, sobre cómo financiar las subidas de pensiones—, pero expone a las claras las ideas sobre las que pivota su política económica, clave en el devenir del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Una: crecimiento sólido, pero también sostenible y justo. Dos: estabilidad presupuestaria, herencia del pedigrí europeo de Calviño. Y tres: un modelo de crecimiento “que no puede estar basado en bajar salarios y destruir empleo de forma masiva cada vez que llega una crisis”. Esa es la idea. Queda lo más difícil: pasar de las musas al teatro.

Pregunta. ¿Qué herencia económica recibe el Gobierno?

Respuesta. España tiene un crecimiento sólido y las perspectivas son relativamente positivas. Se está creando empleo y tenemos una serie de elementos que permiten que sobre ellos vayamos construyendo el nuevo proyecto político y económico que quiere llevar a cabo este Gobierno. Afortunadamente, podemos construir sobre lo ya conseguido.

P. ¿Es mejor herencia que la que dejó el anterior Gobierno socialista al PP?

"Es necesario negociar un nuevo marco laboral con consenso social"

R. La crisis económica que ha sufrido España en los últimos años no tiene comparación con ningún otro momento de nuestra historia democrática. Los Gobiernos tienen que reaccionar sobre la base de lo que se encuentran, pero la clave es centrarnos en qué queremos construir en el futuro.

P. Con el mayor déficit de Europa, ¿se pueden bajar los impuestos y subir las pensiones como dice el Presupuesto que pactó Rajoy, o es jugar con fuego?

R. La ministra de Hacienda está preparando los mimbres con los que se construirán los Presupuestos del año próximo. Y seguimos de cerca la ejecución presupuestaria de 2018: las cuentas públicas de este año ni siquiera se han aprobado formalmente, con lo cual resulta prematuro juzgar si hay que tomar decisiones en un sentido u otro. Con el marco que nos dan las recomendaciones europeas y la ejecución presupuestaria, habrá que establecer un techo de gasto y decidirlo en otoño.

“Hay tiempo” para completar la venta de Bankia

Los compromisos europeos apuntan a que Bankia debería privatizarse al 100% antes de 2019. "Por las ayudas públicas recibidas, Bankia se convirtió en un símbolo de las dificultades por las que ha atravesado España; ahora es una entidad gestionada con criterios absolutamente profesionales y presenta resultados muy correctos. Existe un calendario para su privatización, pero tenemos tiempo: más importante que darse prisa es hacer las cosas bien; el objetivo es maximizar la recuperación de las ayudas públicas", matiza la ministra. Nadia Calviño explica que la nueva ley hipotecaria es "uno de los asuntos más urgentes" para el nuevo Ejecutivo, ante la posibilidad de una multa europea al respecto, y apunta que el trámite parlamentario "está avanzado". "Hemos recibido unas 200 enmiendas; estamos analizándolas para lograr una negociación lo más fluida posible para evitar una decisión negativa por parte de la justicia europea", que podría imponer una multa diaria muy abultada. La titular de Economía, además, tomará una decisión "en breve" sobre la posibilidad de trocear la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia y el resto de organismos reguladores. "Vamos a analizar las diferentes opciones que existen dentro de la agenda de regeneración democrática que ha lanzado el presidente del Gobierno", cierra.

P. ¿No corren riesgo entonces las subidas de pensiones?

R. No tengo ninguna razón para pensar que nada de eso vaya a cambiar.

P. Venimos de crecer al 3%, pero con el petróleo barato y el BCE muy expansivo. Los vientos de cola desaparecen: ¿mantiene el escenario macroeconómico, con un crecimiento del 2,7% este año?

R. Las estimaciones del Banco de España, la Comisión Europea y el FMI están alineadas con las del Ministerio. Veremos si hay que ajustarlas a la vista de que existen incertidumbres derivadas del entorno económico y político global.

P. ¿España crece al 3% gracias al incumplimiento sistemático las reglas fiscales europeas?

R. El PIB español sufrió una caída significativa en el entorno de la crisis financiera, económica y política de los 10 últimos años. Pero se ha recuperado y mantiene niveles de crecimiento importantes: básicamente, por el esfuerzo realizado por los españoles en términos de ajuste salarial y crecimientos de la productividad.

"El modelo económico no puede basarse en caídas salariales"

P. El PIB ha salido de la crisis; los españoles, quizá no tanto.

R. Hay que establecer un marco para el crecimiento futuro que sea robusto, pero también sostenible y justo. Se puede crecer de otra manera. Nuestra aspiración no puede ser un modelo de crecimiento basado en caídas salariales y crecimientos de la productividad por la pura destrucción de empleo. Hace falta un crecimiento sólido, pero también compatible con unos salarios adecuados y empleo de calidad.

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P. ¿Es partidaria de derogar la reforma laboral? ¿O de mejorarla, como pide Bruselas?

R. Más que derogar o ajustar la reforma laboral, hay que negociar un nuevo marco laboral del siglo XXI con consenso social.

P. ¿Eso se traduce en cambios legales en la negociación colectiva o en la temporalidad?

R. Eso se traduce en diálogo con todos los agentes sociales. Vamos a analizar si es necesario revisar elementos de la normativa. Pero insisto en que no es tan importante cambiar lo que existe como comenzar a trabajar en el diseño del marco laboral que se corresponda con la España del futuro. La economía ha cambiado, la sociedad ha cambiado, hay nuevas formas de trabajo y las normas, las reglas, las convenciones que rigen las relaciones laborales tienen que adecuarse a la nueva realidad política y social.

P. ¿Es partidaria de la flexiseguridad de los países nórdicos? ¿Cuál es su modelo?

R. Lo importante es tener claro hacia dónde uno no quiere ir. Nuestra aspiración no puede ser un modelo que resulte en caídas salariales y en una enorme destrucción de empleo cada vez que haya una crisis seria. Una vez tengamos esto claro lo que tenemos que construir es un entorno que garantice salarios adecuados y empleo de calidad. Cómo conseguir eso es algo que tenemos que decidir en los próximos meses.

P. La posible subida de los tipos de interés nos llega con una deuda pública y privada muy abultada. ¿Vienen problemas por ahí?

R. Las noticias que llegan del BCE son tranquilizadoras: hasta el verano de 2019 no habrá subidas de tipos. Y la reacción de los mercados esta semana es positiva. Ha habido una colocación de letras con unos tipos de interés récord a la baja. El escenario es de bastante tranquilidad. Hay que seguir con la senda de reducción de la deuda. Y no hay dudas en el mercado sobre la sostenibilidad de la deuda en ningún escenario, tanto a nivel nacional como internacional.

P. El Presupuesto contempla un déficit del 2,2%. Con los aumentos en pensiones y otras partidas, ¿teme que Bruselas puede exigir algún esfuerzo adicional?

R. La previsión del 2,2% no cambia; estamos evaluando cómo va la ejecución presupuestaria en 2018 y en este momento no hay ninguna indicación de que tengamos que modificar esa senda.

P. Pues Bruselas cree que el déficit se irá al 2,7% y pide un ajuste estructural de 6.000 millones.

R. Esa es la recomendación que he encontrado sobre mi mesa al llegar. A partir de ahí, hay que analizar el escenario macroeconómico y de ejecución presupuestaria con miras a la negociación del presupuesto en otoño.

P. La Seguridad Social tuvo un déficit de 18.000 millones en 2017. ¿Cómo se financian las subidas de pensiones partiendo de esa base? ¿Va a mantener el impuesto digital de Rajoy? ¿Prefiere el impuesto a la banca del que habló Pedro Sánchez?

R. Estamos en fase de elaboración del techo de gasto: sería prematuro hablar de medidas impositivas. Pero las pensiones son un asunto fundamental: tenemos que fijar un marco que permita garantizar pensiones dignas ahora y en 20 años.

P. En estos presupuestos, precisamente, se retrasa el factor de sostenibilidad de las pensiones.

R. El equilibrio del sistema de pensiones depende de una multiplicidad de variables. Una de ellas es la demografía, pero también el nivel de empleo, el nivel salarial, los tipos de interés… Son muchas variables. Y tenemos que realizar esa reflexión dentro del marco del Pacto de Toledo.

P. ¿Qué política económica defiende la ministra Nadia Calviño?

R. Necesitamos un crecimiento robusto, sostenible y justo: este Gobierno tiene que tener mucha cabeza, pero también corazón. Tenemos que encontrar la forma de que el crecimiento llegue a todos los ciudadanos. Hacer compatible el compromiso con la estabilidad presupuestaria con un reparto justo de la mejoría económica para que nadie se quede atrás. Y reflexionar para ver dónde hay que hacer reformas y dónde tenemos que hacer un esfuerzo inversor para sentar las bases para el futuro.

P. ¿Cómo se traduce eso en términos europeos? Luis de Guindos se alineó con las políticas económicas alemanas. ¿Dónde se ve usted, más cerca de Francia, incluso de Portugal, que de Alemania?

R. La idea central de que hay que combinar la estabilidad presupuestaria con una reducción de la desigualdad que nos ha legado la crisis está alineada con lo que recomienda la Comisión. Y la comparte el Consejo. Creo que no será difícil encontrar países que compartan nuestra visión.

P. ¿Tiene este Gobierno la confianza de los mercados?

R. No me cabe ninguna duda. No hay incertidumbres. Y no me sorprende, porque el compromiso con la estabilidad presupuestaria es claro e inequívoco. La reacción de los mercados desde la toma de posesión de este Gobierno ha sido positiva.

P. ¿Hasta qué punto es importante tener esa confianza para el Gobierno de Pedro Sánchez?

R. Es indudable que en el contexto actual es importante tener la confianza de los mercados, pero también la de los ciudadanos. Y en ese sentido me parece que este Gobierno ha conseguido devolver la ilusión a muchos ciudadanos. Ese impulso, junto con la confianza de los mercados, es imprescindible para diseñar un modelo que nos permita crecer de otra manera.

P. ¿España tiene colchones fiscales suficientes por si viene otra crisis? ¿Ha hecho los deberes?

R. Gracias a los esfuerzos de la ciudadanía estamos en una senda de crecimiento y creación de empleo. El modelo económico ya no presenta los desequilibrios que quizá nos hacían más vulnerables en el pasado, como por ejemplo el déficit exterior. En términos de déficit público, la situación es también positiva con respecto a los años más duros. Nuestra economía está en una situación relativamente fuerte.

P. ¿En quién piensa como número dos del Banco de España?

R. En alguien que tenga excelencia profesional, independencia, respeto y la capacidad para trabajar en buena sintonía con el equipo que existe tanto en el Banco de España como en el Ministerio de Economía.

P. ¿David Vegara?

R. No me voy a pronunciar sobre nombres.

“El compromiso de España con la estabilidad presupuestaria es inequívoco”

Un estrecho colaborador del jefe de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, define al nuevo Ejecutivo español como "macronista con un ligero toque socialdemócrata". Más allá de la boutade, el equipo de Pedro Sánchez concentra veteranía y renovación, aderezadas con una dosis de tecnocracia y unas discretas gotas de ideología: todos los elementos que llevan a Bruselas a hablar de España como "la anti Italia". Nadia Calviño le da caché europeo; la nueva ministra, exdirectora general de la Comisión, se estrena esta semana en Europa en las reuniones del Eurogrupo y el Ecofin en Luxemburgo, claves para dar la señal política de la reestructuración de la deuda griega y para sentar las bases de la reforma del euro que discutirán los líderes en la cumbre a finales de junio. Calviño se desmarca —a medias— de la extraña alianza entre Luis de Guindos y el halcón Wolfgang Schäuble, y deja entrever que su visión europea busca dar a España la posibilidad de jugar un papel de bisagra en el eje francoalemán.

Pregunta. ¿Se ve más cerca del ministro francés Bruno Le Maire o del alemán Olaf Scholz?

Respuesta. En unos días voy tener contactos con el ministro italiano, Giovanni Tria, con Le Maire y con Scholz, y también con el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno. Permítame fijar una posición tras esos contactos.

P. ¿Le preocupa Italia tras el amago de contagio que vimos?

P. No me preocupa especialmente por dos razones. Una, porque la Unión Económica y Monetaria (UEM) se ha reforzado en los últimos años: tenemos mecanismos que no estaban disponibles cuando empezó la crisis. Y, en segundo lugar, porque no cabe ninguna duda de que en el caso de España este Gobierno está absolutamente comprometido con la estabilidad presupuestaria. No solo por las declaraciones del presidente del Gobierno, sino también porque ha puesto al frente del Ministerio de Hacienda a una persona que ha hecho bandera del rigor y la disciplina presupuestaria sin olvidar por ello las políticas sociales. El mensaje de España es inequívoco.

P. En apenas unos días se estrena en el Eurogrupo con el debate sobre la reforma del euro. ¿Comparte la tímida propuesta de su antecesor, Román Escolano? ¿O va a ser más ambiciosa?

R. España es un país proeuropeo que ha tenido siempre Gobiernos proeuropeos: apoyamos todo aquello que signifique mayor integración económica, social y política. Estamos a favor de las propuestas que refuercen los mecanismos de cooperación y los instrumentos para dotar de mayor estabilidad al euro. España presentó su posición en abril y desde entonces ha habido nuevas propuestas de la Comisión: la idea es llevar al Eurogrupo y el Ecofin un mensaje de apoyo a las propuestas más ambiciosas.

P. ¿Está a favor de los eurobonos y de un Fondo Monetario Europeo?

R. Creo que existe consenso sobre la necesidad de profundizar en la unión fiscal. Esperamos avances en determinados elementos para desarrollar la Unión Monetaria, con un cortafuegos para el Fondo de Resolución Bancaria, una agenda para la puesta en marcha del fondo de garantía de depósitos y una redefinición del papel del Mede, el mecanismo de estabilidad. Los eurobonos aún no están sobre la mesa. Pero hay que lograr avances claros y un calendario lo más concreto posible para reforzar la zona euro.

P. ¿Entiende las reticencias alemanas sobre la unión bancaria? ¿No ve insuficientes los 30.000 millones del presupuesto anticrisis que propone Bruselas?

R. Me parece evidente que no podemos tener una unión bancaria completa si la supervisión es europea, los mecanismos de resolución son europeos, pero las consecuencias potenciales en términos de protección de los depositantes se mantienen en el nivel nacional. Por tanto, el desarrollo de este fondo común de protección de depósitos es un elemento imprescindible para completar la unión. Está claro que habrá que tener en cuenta el riesgo relativo de los distintos bancos si queremos un sistema efectivo para toda la UE. Con respecto al presupuesto de la zona euro, con la salida del Reino Unido un 85% del PIB comunitario es la zona euro: de ahí la propuesta de la Comisión, que abarca a toda la UE y no solo a la eurozona.

P. Se alinea más entonces con Jean-Claude Juncker que con Emmanuel Macron.

R. Esa conclusión es suya.

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