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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Burbuja 4.0

La codicia de los inversores es mayor que su memoria

José Carlos Díez

EE UU anunció en 1973 que abandonaba el sistema de tipos de cambio fijo acordado en Bretton Woods. Muchos países optaron por tipos de cambio flexibles y se perdió buena parte de la coordinación de políticas monetarias mundiales. Desde entonces hemos vivido una hiperactividad financiera, y los niveles de deuda y de operaciones en los mercados financieros están en máximos históricos.

Si los mercados siguieran una distribución de probabilidad normal, como la definió Carl Friedrich Gauss, se debería producir una crisis financiera cada 25 años. La realidad es que la frecuencia de crisis es mucho más corta y sus efectos negativos sobre el empleo son mayores, siendo el principal foco de inestabilidad económica mundial.

En 2008 los excesos financieros derivaron en la peor crisis económica en 80 años. El comercio mundial colapsó tras la quiebra de Lehman Brothers y tuvo una caída más intensa que en 1929. Los gobiernos y los bancos centrales sobrerreaccionaron y evitaron otra gran depresión.

Pero la codicia de los inversores es mayor que su memoria. Desde 2008 hemos visto varias crisis financieras, principalmente en Europa en 2012 y en países emergentes desde 2015, la última en Argentina, y el temor a un Varoufakis italiano asusta a los inversores. Cuando la Reserva Federal bajó los tipos al 0% y evitó la Gran Depresión los inversores siguieron fielmente la hipótesis de inestabilidad financiera de Hyman Misnky: con menor rentabilidad, aumentaron los riesgos asumidos.

Diez años después vemos burbujas de nuevo en varios países, lo cual confirma que el problema es sistémico. Los precios de la vivienda en las principales ciudades de EE UU han superado ya los niveles de 2007, la deuda de las familias también y algunas empaquetadoras de hipotecas empiezan a declararse en quiebra.

La Bolsa de EE UU está en máximos de sobrevaloración similares a 2007, según el índice del Nobel Robert Shiller. El índice Russell 3000 de empresas de mediana capitalización en la bolsa de EE UU cotiza al doble que en sus máximos de 2007. Los bonos más especulativos alcanzaron diferenciales con la deuda pública mínimos históricos, especialmente en empresas tecnológicas. Sin esta burbuja financiera sería imposible explicar que Elon Musk pierda en Tesla 1.000 millones de dólares al trimestre. En el primer cuatrimestre de 2018 la emisión de bonos de empresas tecnológicas se ha desplomado un 80%. Si no aumentan las emisiones, muchas empresas quebrarán y Tesla tiene todas las papeletas.

En Europa la Bolsa británica, francesa y alemana también están sobrevaloradas. La Bolsa española y portuguesa siguen infravaloradas, pero si la bolsa de EE UU cae también caerán. Los precios de la vivienda en Madrid ya están en niveles de 2007. Pablo Iglesias e Irene Montero con un contrato que acaba en dos años se han sobreendeudado a 30 años con crédito por encima del 80% del precio de la vivienda. Y de nuevo un Gobierno del PP dice que la hipoteca de Iglesias indica que España va bien.

¿Cuánto tardarán en pincharse? La economía mundial necesita un nuevo Bretton Woods, pero con Donald Trump en la Casa Blanca no puede ser y además es imposible.

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