“Nos gusta la volatilidad, es cuando hacemos negocio”
Los terremotos y huracanes han hecho perder a la aseguradora Hiscox 225 millones de dólares este año
El año pasado, Hiscox se sintió como un niño escondido entre las ramas de un sicomoro durante una tormenta. Zarandeado. La aseguradora (un gigante en su sector con una facturación de 2.549 millones de libras) ha vivido la fragilidad del hombre frente a la naturaleza. Los desastres naturales en México, Caribe y Estados Unidos dejaron reclamaciones por valor de 225 millones de dólares (183 millones de euros al cambio actual).
El impacto en los beneficios antes de impuestos fue directo. Cayeron un 91%. De 354 millones de libras en 2016 a 30,8 millones. Pero no hay tiempo para lamentaciones. “Nuestro mercado así. Hemos ganado durante muchos años, ahora tenemos que pagar. No pasa nada, nos gusta la volatilidad. Es cuando hacemos negocio”, observa Bronek Masojada (Sudáfrica, 1962), consejero delegado de Hiscox. Un negocio singular porque cubren riesgos inusuales. Secuestros, terrorismo, chantaje, repatriación de zonas de guerra, desaparición de trabajadores, ciberataques. ¿Quién dijo que los seguros eran aburridos? ¿Quién dijo que la naturaleza era dócil y callada?
Pregunta. El pasado año ha sido histórico para los desastres naturales. ¿Cómo ha afectado a los beneficios de la empresa?
Respuesta. En 2016 ganamos 200 millones de libras y el año siguiente, 100 millones. Pero las reclamaciones por catástrofes durante 2017 han sido millonarias. No es una buena noticia para la cuenta de resultados pero esa es la razón por la que los clientes suscriben pólizas. Tenemos una demanda, entonces extendemos un cheque. Es así. Aunque ha sido un año duro.
P. ¿Pensaron en algún momento que el cambio climático iba a hacer tanto daño a la compañía?
R. El calentamiento global genera más volatilidad. Hay más subidas y bajadas de temperaturas. Pero si entendemos cómo ha sucedido sabremos ajustar mejor nuestros precios pensando en el cliente. Cuanta más volatilidad hay mayores son los beneficios para la industria aseguradora. Las empresas deben adaptarse al cambio climático. El otro desafío es que cada vez más personas viven en la costa, sobre todo en Estados Unidos. Un lugar propicio para los terremotos (California) y los huracanes (Florida).
P. La sacudida de la tierra en México, incendios en Estados Unidos, huracanes en el Caribe. El año pasado fue catastrófico. ¿Cuánto les ha costado en reclamaciones?
R. Unos 225 millones de dólares.
P. Una cantidad muy alta.
R. Es mucho dinero. Pero para eso tenemos un negocio muy diversificado que nos lleva a España, Francia, Alemania, Holanda, Reino Unido.
P. Sin embargo ¿quién asume las pérdidas? ¿los clientes a través de subidas en sus pólizas?
R. A corto plazo, las aseguradoras, pero a largo son los clientes.
P. ¿Cuáles son los tres grandes riesgos que afrontan hoy las empresas?
R. Uno es, desde luego, el cambio climático. Otro son los riesgos profesionales, cuando alguien denuncia tu negocio o tu práctica. Y también aquellos que afectan a la parte física de las propiedades.
P. Hiscox cubre riesgos tan inusuales como el terrorismo o los secuestros. De hecho, controla dos terceras partes de esta última industria. ¿Cómo funciona este mundo?
R. Somos un peso pesado en este segmento, pero es un mercado muy pequeño. Hablamos de unos 250 millones de dólares en primas. Además, los secuestros, por ejemplo, son poco frecuentes. Resulta más habitual evacuar personas de una zona en conflicto o de una guerra civil. Hemos repatriado civiles del norte de África (Egipto, Libia) durante la Primavera Árabe. Y también buscamos a gente perdida en el extranjero o que simplemente desaparece. Los secuestros son muy “sexys” pero resulta más importante, desde el punto de vista del negocio, cubrir los riesgos de seguridad que puede afrontar una empresa: espionaje corporativo, chantaje, desaparición de trabajadores. Es una parte muy interesante de nuestra actividad, aunque solo representa el 5% de los ingresos.
P. ¿Esta clase de riesgos está aumentando?
R. Sobre todo en el caso de personas que viajan a algunas regiones del mundo y no vuelven. Aunque, en líneas generales, el riesgo no es mayor. Pero la gente se siente más nerviosa por las tensiones geopolíticas que tenemos en el mundo.
P. ¿Qué tipo de clientes suscriben estas pólizas?
R. De toda clase. Las grandes corporaciones, empresas medianas, pymes, familias ricas… Muchas compañías envían a trabajar a sus empleados a regiones del planeta muy complicadas. África, Oriente Medio, América del Sur. Esta clase de productos resulta bastante útil para una empresa que opera en territorios que desconoce.
P. Está dirigiendo los objetivos de la compañía más allá de las líneas de negocio clásicas, como catástrofes. ¿Hacia dónde?
R. Para nosotros, la estrategia más importante es crecer en la rama de pequeños negocios [incluye, entre otros, tecnología, comercios, responsabilidades profesionales, ciberseguridad, errores y omisiones]. Este segmento supuso unos ingresos el año pasado de 972 millones de libras. Es nuestra principal línea de negocio. Comenzamos con ella en 1994 y ha crecido todos los ejercicios.
P. ¿Qué riesgo emergente es el gran objetivo de Hiscox?
R. Uno de ellos es la ciberserguridad. Aunque también los seguros que cubren la actividad profesional.
P. La gran dificultad para una empresa como la suya es fijar el precio adecuado y los límites que cubren productos que deben asumir riesgos enormes. ¿Cómo lo gestionan?
R. Con mucho análisis, mucha información y ajustándonos a lo que creemos que sucederá mañana. Por eso entre los perfiles profesionales tenemos matemáticos, físicos, analistas de datos… Con todos esos elementos calculamos la posibilidad de que algo suceda y a partir de ahí fijamos las primas.
P. ¿Están las compañías suscribiendo seguros para protegerse de un ‘Brexit duro’?
R. No cubrimos decisiones políticas. Como empresa estamos preparados para la salida de Inglaterra de la Unión Europea. Hemos abierto una sede en Luxemburgo y a partir de ahí aseguramos España, Alemania, Francia, Bélgica, Holanda.
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