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El cierre ruso de fronteras sigue lastrando al sector hortofrutícola

Los productores reclaman la apertura de nuevos mercados y compensaciones por una crisis de origen político

Han pasado unos tres años desde el cierre de las fronteras rusas a la entrada de productos alimentarios de la Unión Europea, y el sector de frutas y hortalizas todavía arrastra una situación de crisis no solventada con las medidas comunitarias. En volumen se ha producido un fuerte recorte de ventas, no solo en España, sino también en otros exportadores como Polonia, Países Bajos, Francia o Italia, provocando excedentes que se han traducido en bajadas de precios en toda la UE.

Trabajadores de una finca de naranjas en la localidad sevillana de Lora del Río.
Trabajadores de una finca de naranjas en la localidad sevillana de Lora del Río.PACO PUENTES

Esta situación se ha agravado con el aumento de las importaciones procedentes de países del norte de Africa, sobre todo de Marruecos, así como por el incremento de la producción de frutas y hortalizas en países del norte. Mientras sectores como el porcino han sido capaces de buscar mercados alternativos como China, en el caso de las frutas y hortalizas, por el tipo de productos y su transporte, existen mayores dificultades así como barreras fitosanitarias.

La Federación Española de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas (FEPEX) reclama a las autoridades europeas más esfuerzos para la apertura de nuevos mercados, muy especialmente en los países asiáticos y en todo el continente americano, así como la aplicación de ayudas compensatorias ante los efectos de un cierre provocado por causas políticas al margen del sector.

Las exportaciones españolas de frutas y hortalizas se mantienen en los últimos años estabilizadas en volumen, con una media ligeramente a la baja en el entorno de los 12,6-12,7 millones de toneladas, de las que una media del 92% se comercializan en el resto de países comunitarios, fundamentalmente en Alemania, Reino Unido, Países Bajos, Francia e Italia. Las ventas en Europa fuera de la UE hasta el año 2014, cuando Rusia cerró sus fronteras, se situaban en una media de 530.000 toneladas. De esa cifra, unas 230.000 se correspondían con ventas directas de España al mercado ruso, a las que se sumaba un volumen similar de productos españoles vendidos oficialmente a otros países comunitarios como Países Bajos o Polonia, pero cuyo destino final era en realidad Rusia. Para España, esto supone perder un mercado de 500.000 toneladas de frutas y hortalizas.

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Este nuevo escenario ha obligado a los operadores españoles a la búsqueda de nuevos destinos. Las ventas en países de Europa fuera de la UE se han estabilizado en solo unas 270.000 toneladas. En el caso de terceros países, se ha registrado un incremento pasando de unas 300.000 a poco más de 500.000 toneladas. El principal incremento se ha dirigido hacia otros países comunitarios aumentando la oferta, con la consiguiente caída de precios en unos mercados donde media docena de grandes grupos de la distribución son los nuevos intermediarios con capacidad para imponer sus precios. Estos son empresas como Socomo del grupo Carrefour, Zenalco de Auchan-Alcampo, Lidl, Telgemnan, Edeka y, solo en España, Mercadona. 

Desde el sector se reclama a las autoridades comunitarias que impulsen con un mayor interés los acuerdos con terceros países que tengan un gran potencial de demanda y a buenos precios, de forma que se pueda dar salida a unas producciones en aumento. En 2016, entre las ventas más importantes a terceros países destacan las 75.000 toneladas a Brasil, 65.000 a Marruecos, 33.000 y en aumento a Canadá, 27.000 y a la baja a Estados Unidos, y cifras bajas como las 14.000 toneladas a China donde hay una gran restricción a la entrada de productos comunitarios, 3.000 en Hong Kong, y solo unas 1.000 toneladas en Japón.

En 2017, las cifras provisionales apuntan a una exportación de 12,6 millones de toneladas, un volumen similar al de 2016 por valor de unos 13.000 millones de euros, con un incremento del 3%. Por otra parte, las importaciones se situaron en 2,5 millones de toneladas con un aumento del 5,5%, por valor de 2.098 millones de euros que suponen un alza del 8,6%. Francia se halla a la cabeza con 800.000 toneladas, seguida de Marruecos con casi 300.000 toneladas, Portugal con 213.000, Países Bajos con 200.000 e Italia con 156.000 toneladas.

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