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La telefonía que conecta el norte

La vasca Euskaltel se convierte en la operadora dominante en cinco comunidades

Mikel Ormazabal
Una de las tiendas de Euskatel, compañía líder en el norte del Estado.
Una de las tiendas de Euskatel, compañía líder en el norte del Estado. FERNANDO DOMINGO-ALDAMA

Este pasado mes de julio se cumplieron dos años de la salida a Bolsa de Euskaltel, considerada por los ejecutivos del operador vasco de telecomunicaciones como un “hito histórico” al que han seguido dos operaciones relevantes para el futuro de la compañía: la compra de la gallega de cable R y la adquisición de la asturiana Telecable. Con la integración de ambas, Euskaltel se erigirá en la teleco dominante del mercado en el norte de España y podría dar el salto de facturar 573 millones en 2016 a ingresar 750 millones. De los 715.000 clientes a los que da servicio ahora en hogares y empresas, pasaría a rozar los 900.000.

El grupo Euskaltel se presenta a sí mismo como “el operador convergente de telecomunicaciones líder en el norte del Estado”. La incorporación de R y de Telecable, que aporta músculo a la compañía naranja en un mercado cambiante, muy competitivo y cada vez más concentrado, le confiere una mayor fortaleza para dar continuidad a su expansión geográfica en zonas limítrofes como Cantabria, La Rioja y Castilla y León. Con estas operaciones ya figura entre las cinco principales compañías de telefonía de España, gracias en parte a la desaparición de la clasificación de Jazztel y Ono, que han pasado a manos de Orange y Vodafone, respectivamente.

La telefónica vasca se constituyó en julio de 1995 aunque no tuvo vía libre para empezar a prestar servicio telefónico hasta que, un año después, el PP de Aznar y el PNV de Arzalluz sellaron un acuerdo político de gran calado. Los nacionalistas votaron a favor de la investidura del dirigente popular a cambio de, entre otras concesiones, autorizar al Gobierno vasco la puesta en marcha de la compañía, que en su origen tuvo en el accionariado al propio Ejecutivo autónomo, las tres cajas vascas (hoy fusionadas en Kutxabank) como mayoritarias, las eléctricas Endesa e Iberdrola y a la Corporación Mondragón. Siempre catalogada como una compañía sujeta a la tutela política y al amparo del poder público, Euskaltel logró en 2012 hacerse con la red de fibra óptica propiedad del Gobierno vasco tras abonar 68 millones de euros.

A aquella operación le siguió ese mismo año la entrada en el accionariado de Trilantic e Invesindustrial, dos fondos de inversión dirigidos por antiguos ejecutivos de Lehman Brothers que hicieron un negocio redondo en Euskadi. En diciembre de 2012 abonaron 200 millones por hacerse con el 48,1% del capital que estaba en manos del Gobierno vasco, el grupo Mondragón y Endesa. Años después se demostró que su interés por la compañía vasca era especulativo. Poco después de la salida a Bolsa, vendieron su participación por casi 700 millones, beneficiándose de que Euskaltel había triplicado su valoración hasta los 1.202 millones.

Salida a Bolsa

La entrada en el mercado continuo —la acción salió a un precio de 9,5 euros— fue muy destacada por el presidente de la firma, Alberto García Erauzkin: “El elevado interés demostrado por la comunidad inversora es una prueba de nuestra posición de liderazgo en el mercado y nuestro potencial de crecimiento futuro. Este hecho también nos enorgullece porque refrenda el compromiso de Euskaltel con Euskadi, apuntalando no sólo el propio desarrollo de la compañía y sus servicios, sino también por ser tractor de inversiones internacionales en el país”.

Euskaltel dio un paso al frente ese mismo año con la decisión de comprar todas las acciones de R Cable por 1.190 millones, incluidos 300 de la deuda de la compañía gallega, la mayor operación realizada en los 20 años de existencia de la firma vasca. Así pasó a controlar un espectro de cinco millones de personas con más de 715.000 clientes residenciales y empresas en su haber. La apuesta expansiva reportó un buen resultado económico en 2015, pero aún mayor el año pasado, el primer ejercicio consolidado tras la salida a Bolsa y la compra de R. Euskaltel ingresó 573 millones y obtuvo un beneficio neto de 62,1 millones, con un incremento del 8% en la captación de clientes de telefonía móvil y de servicios de televisión de pago.

A mediados de este año dio luz verde a tomar el control exclusivo de Telecable, la operadora asturiana, cuya propietaria era la británica Zegona, que pasa a formar parte del accionariado del grupo con el 15% del capital, tras Kutxabank, que sigue siendo el de referencia con el 21,3% de las acciones. Corporación Financiera Alba, del grupo March, se queda con el 9,35%, y Abanca, heredera de las cajas de ahorro gallegas, con el 4,48%. La adquisición se materializa en 686 millones, incluidos 245 millones de deuda neta de Telecable, que se formalizará con el pago en metálico de 186,5 millones, y el resto, mediante acciones que suscribe Zegona. Euskaltel prevé que la facturación del grupo resultante se elevará a 711 millones (un 24% más), con un resultado de explotación de 346 millones (23%).

Euskaltel, que ha repartido 54,6 millones en dividendos (36 céntimos por acción), considera su posición comercial dominante en Euskadi, Galicia y Asturias, donde los integrantes del grupo mantendrán su “carácter local” con la continuidad de sus marcas y equipos de gestión. A mediados de este curso, sin contabilizar el efecto Telecable en sus resultados, ha congelado las ventas en 279,3 millones y el beneficio menguó hasta los 29,6 millones, frente a los 30,2 obtenidos en el mismo periodo del pasado ejercicio.

Euskaltel ve asentada su posición en la franja norte de España en un entorno de durísima competencia en el sector de las telecomunicaciones desde 2006, principalmente por la aparición de operadores móviles virtuales y la guerra de tarifas, pese a lo cual se mantiene entre las cinco principales compañías de telefonía de España, tanto en fija como en móvil. El grupo ha añadido 35.500 nuevas líneas de móvil y 10.000 productos de televisión de pago en lo que va de año. Recientemente, ha lanzado al mercado “el primer decodificador con Android TV del Estado”, que aúna la última tecnología de visión 4K e Internet en la pantalla del hogar.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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