El fabricante chino de coches Great Wall quiere comprar Fiat Chrysler
El valor de la compañía italoestadounidense se dispara en Wall Street pese a no haber una oferta concreta
Sergio Marchionne, el patrón de Fiat Chrysler Automobiles, lleva dos años buscando pretendiente. Lo que no esperaba el ejecutivo es que le llegara de China. El fabricante de automóviles Great Wall, uno de los mayores grupos privados del sector en el país y líder en el segmento de los todocaminos, aspira a hacerse con parte o la totalidad del grupo italoestadounidense, lo que disparó un 6,5% sus acciones.
Así lo confirmó un portavoz de la empresa china a la agencia Reuters, que sin embargo no detalló cuándo se podría presentar una oferta. "Tenemos intención de adquirir ", aseguró el grupo chino. Fiat Chrysler es dueña por su parte de la marca Jeep, especializada como Great Wall en los llamados SUV, todoterrenos urbanos muy apreciados entre los clientes del gigante asiático y con fuertes perspectivas de crecimiento.
Great Wall es el séptimo fabricante de automóviles del país y vendió el año pasado 1,07 millones de unidades, un 80% de las cuales son SUV. Fiat Chrysler, por su parte, emitió una nota dejando claro que no recibió oferta de compra alguna por parte del rival chino. Pero cada vez gana peso que el grupo FCA necesita unirse a otro fabricante para reducir costes operativos y así poder mejorar su rentabilidad.
Marchionne planteó en el pasado la posibilidad de unir fuerza con General Motors, el mayor fabricante de coches de Detroit. Es una opción que circula desde hace dos años pero que se está haciendo más urgente durante los últimos meses, conforme las ventas de utilitarios en Estados Unidos tocaron techo en 2016 y empezaron a moderarse este año. Se espera que este año se contraigan un 7%.
La caída en el mercado estadounidense se está viendo, de momento, compensada por el negocio internacional. FCA logró, entre tanto, duplicar el beneficio en los primeros seis meses del año, hasta los 1.800 millones de euros y espera superar los 3.000 millones en el conjunto del ejercicio, de acuerdo con la última guía que ofreció a los inversores en sus resultados. Otra cosa distinta es cuánto va a durar.
Fiat Chrysler tienen en este momento el atractivo de que va con ventaja en el mercado de los SUV y de las camionetas pickup, los modelos con mayor margen de beneficio. Una eventual fusión con Great Wall no es del todo descabellada, porque le permitiría ganar eficiencias y escala para competir mejor contra Toyota, Nissan-Renault-Mitsubishi, Volkswagen, General Motors y Hyundai-Kia.
FCA, dueña también de Dodge, ya tiene una alianza con el fabricante chino GAC Group para comercializar sus vehículos en ese mercado tan lucrativo para las marcas occidentales. Marchionne, en paralelo, forjó alianzas con la matriz de Google y con el fabricante de procesadores Intel para el desarrollo del coche autónomo. También trabaja con LG y Samsung para las baterías de sus utilitarios híbridos.
No sería tampoco la primera vez que una compañía china se embarcaría en una operación similar. Ford Motor vendió hace unos años su filial sueca Volvo al grupo Zhejiang Geely, con la que se convirtió en un competidor global en la industria del motor. Lo que es difícil de imaginar es que Marchionne llegue a desprenderse de Jeep y cómo podría cuajar una operación similar con el clima político actual.
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