El inversor quiere asumir más riesgos

Han tenido que pasar varios años con tipos de interés casi negativos para que el ahorrador español tome consciencia de que, en el contexto de mercado actual, es necesario asumir algo más de riesgo con su dinero si quiere obtener algo de rentabilidad. La última oleada de la encuesta de confianza que elabora JP Morgan AM, y que publica en exclusiva EL PAÍS, atestigua este cambio de mentalidad.

En esta menor aversión al riego ha jugado también un papel importante el buen comportamiento de la Bolsa. De hecho, los ahorradores encuestados creen que la subida de la renta variable continuará en los próximos semestres. El 32,1% de las 1.363 personas entrevistadas ven “probable” o “muy probable” que el mercado repunte aún más en los próximos seis meses. Por su parte, el grupo de los más pesimistas —prevén caídas en las Bolsas— sigue adelgazando y ya solo representa al 16,6% del total. Estas respuestas hacen que el índice de confianza del inversor español suba un trimestre más y ya alcance 1,73 puntos, su nivel más alto en una década.

La encuesta de la gestora de fondos estadounidense también incluye una pregunta sobre qué mercados guardan mayor potencial de revalorización, según los ahorradores. La renta variable europea se mantiene como la primera opción, aunque aumentan las preferencias por la Bolsa española, que se sitúa en segundo lugar en esta oleada, correspondiente al segundo trimestre del año. Por su parte, los inversores creen que las acciones estadounidenses han agotado casi todo su potencial.

El mayor apetito por el riesgo también queda patenten en la respuesta que dan los ahorradores acerca de qué es lo que más valoran a la hora de invertir. Desde hace año y medio crece de forma paulatina el grupo de personas que asegura que su principal objetivo es lograr la “máxima rentabilidad”, y ya representan el 22,8% del total. En la peor fase de la crisis (2012) esa respuesta solo la daban el 8,4% del total. A pesar de esta mejoría, el colectivo más representado sigue siendo, con el 47,8%, el de aquellos que dicen que su aspiración es “no perder dinero”.

El paulatino gusto por el riesgo en las carteras también tiene su reflejo en los productos de inversión favoritos. En esta oleada solo el 46,3% del total de encuestados dice que invertirá en un depósito o en una cuenta remunerada, cuando a finales de 2016 eran el 65%. El dinero que sale de los activos más conservadores irá a parar a los fondos de inversión (el 8,7% de los encuestados tiene previsto adquirir participaciones en uno), planes de pensiones (17,8%), y en la compra directa de acciones (9,1%).

Los inversores perciben que lo peor de la crisis económica ha quedado definitivamente atrás. Si hace un año casi el 60% de los ahorradores españoles señalaban que el fin de la crisis aun tardaría más de cuatro años en llegar, actualmente el grupo de los más pesimistas ha descendido hasta representar al 38,2%.