El precio de la energía y la logística frenan las inversiones de Basf en España

La facturación de la filial española de la química Basf volvió al terreno positivo el año pasado, con 1.164 millones de euros. Se trata de un 1% más con respecto a los resultados de 2015, cuando las ventas cayeron un 3%. Una cifra que podía ser mayor si España fuera más competitiva en términos logísticos y del precio de la energía, según ha explicado el director general de Basf España, Carles Navarro. Estos dos aspectos, ha dicho el directivo, ha impedido que el país no reciba más inversiones por parte de la matriz alemana.

Este año, Basf invertirá 40 millones de euros en España. La mitad de esta cantidad irá para la planta que tiene en La Canonja (Tarragona). Otros 10 millones se destinarán a la factoría de Marchamalo (Guadalajara), donde se fabrican recubrimientos para la industria del automóvil, un sector que se quiere reforzar. Se trata, sin embargo, de inyecciones de capital que buscan mejorar las instalaciones pero no de desarrollo de nuevas actividades. Anne Berg, directora de los centros de producción de la filial, ha explicado que España es competitiva frente a otros centros para lograr inversiones para producir especialidades químicas pero no para productos de más volumen o de química intermedia.

“Con mejores conexiones ferroviarias y energía más barata podríamos entrar a competir para que nos asignaran inversiones más variadas, pero por ahora en algunos elementos no somos competitivos”, ha sentenciado Navarro. Un ejemplo es la planta de producción de propileno en Tarragona. El negocio de este tipo de plástico va bien, ha explicado el directivo, pero si no existiera y Basf tuviera que evaluar dónde implantarlo, España no estaría en la lista de posibilidades. Basf calcula que el precio de la energía en España es un 20% más caro frente a otros países europeos.

Navarro ha recordado que Basf tiene el 25% del Combi Terminal Catalonia, un consorcio para construir una terminal intermodal y que costaría 30 millones de euros. El proyecto está supeditado a la implantación del ancho mixto (europeo e ibérico) desde Castellbisbal hasta Vila-seca, parte del Corredor Mediterráneo. “Hasta ahora los plazos que nos han dado no se han cumplido. Esperamos que las inversiones anunciadas por el Gobierno nos permitan trabajar con el horizonte del 2020”, ha dicho Navarro.

Por otro lado, este año se puso en marcha la planta de formulación de fungicidas en Tarragona, que implicó una inversión de 21 millones de euros y que va en la línea de los productos a los que la filial sí puede aspirar de una manera más clara. "Hemos conseguido desarrollar el proyecto dentro del calendario y el presupuesto previsto", ha dicho Berg. La planta ya se encuentra a pleno rendimiento, algo que Navarro ha asegurado se debe a que se ha sabido aprovechar una oportunidad de mercado.

Dos tercios de la producción de Basf en España terminaron en mercados exteriores, por un valor de más de 1.000 millones de euros. Los principales destinos son Alemania, Italia, Francia y Portugal. Navarro también ha desvinculado la política industrial del clima político catalán: “no hay ningún indicio de que vaya a presentarse un cambio de política por lo que está sucediendo en España”, ha dicho. Y también ha criticado “la falta de política industrial” del Gobierno de Mariano Rajoy.