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Uber aparta al ingeniero clave del coche autónomo

Anthony Levandowski ha sido acusado de llevarse planos y documentos de Google, empresa donde trabajó

Anthony Levandowski presentando el modelo de coche autónomo de Uber.
Anthony Levandowski presentando el modelo de coche autónomo de Uber.Eric Risberg (AP)

Uber ha relevado de su puesto de manera temporal a Anthony Levandowski, ahora mismo, el hombre más buscado en Silicon Valley. Exempleado de Google, dejó la división del coche sin conductor de Google, Waymo, para crear su propia empresa, Otto, teóricamente dedicada a hacer camiones autónomos, que pocas semanas después vendió a Uber por una cantidad cercana a los 250 millones de dólares. En febrero Google descubrió que se había llevado consigo planos y documentos. Lo supo gracias a los proveedores. No se trataba de diseños intrascendentes, sino de la posibilidad de construir el LiDAR, el sensor láser clave para monitorizar lo que sucede alrededor del vehículo.

Nada aplacó la ira de los de Mountain View, salvo llevarlo al juzgado. Este lunes Uber ha apartado de su puesto a Levandowski, en principio hasta que el juicio comience en otoño. William Alsup, juez a cargo del caso, considera que hay pruebas para alejar al ingeniero estrella: "Waymo L.LC. ha mostrado evidencias de que Anthony Levandowski se descargó 14.000 ficheros confidenciales justo antes de dejar de ser empleado". El máximo rival del taxi aparca así sus sueños del coche autónomo. Hace solo dos semanas buscó una alternativa, conquistar los cielos con miniaviones urbanos.

Uber y Google luchan desde hace dos años por llevar el coche sin conductor a las calles de Estados Unidos. En su momento contaron con el apoyo del presidente Obama. Hoy siguen en la indiferencia institucional, sumidos en una pelea encarnizada. Google puso 250 millones de su fondo de capital riesgo, Google Ventures, cuando Travis Kalanick daba los primeros pasos. Seis años después, no solo se sienten traicionados, sino que los acusan de robo de patentes y secretos industriales. Mientras que Google fue la primera en mostrarlo, Uber se adelantó a la hora de llevarlo al gran público. Primero en Pittsburg, después, en diciembre en San Francisco.

Tras descubrirse que Uber carecía de permisos para hacer circular el vehículo autónomo, se mudaron al Estado de Arizona. Hicieron un segundo intento por volver a California, pero tuvieron que dejar de ofrecer el servicio al consumidor tras un espectacular accidente. Google, en cambio, decidió crear Waymo, una división que han metido dentro de Alphabet, para explorar este sistema. Su primer experimento con clientes reales se ha realizado en la ciudad de Phoenix (Arizona), pero en ningún caso con el modelo sin volante ni frenos que tienen en su cuartel general de Mountain View. En este campus hacen circular el vehículo para sumar más y más kilómetros y sumar así experiencia que entre a su sistema de inteligencia artificial.

Google ha dado un paso más. Ha creado una alianza con Lyft, una empresa nacida en San Francisco que compite con Uber. Lyft no ha salido de Estados Unidos y su valoración está en 7.500 millones de dólares, muy lejos de los más de 60.000 que ostenta Uber.

A través de un comunicado, la start-up con sede en el sur de San Francisco celebra la alianza: "Waymo tiene la mejor tecnología para el coche autónomo. Colaborar con ellos acelera nuestra visión de mejorar nuestras vidas buscando la mejor forma de transporte". Google, en la misma línea, aprecia el compromiso de Lyft, cuya imagen es mucho más positiva que la de Uber: "Gracias a ellos vamos a llegar a más gente, a muchos más lugares".

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