Los extranjeros compran más viviendas que nunca en España
Los foráneos adquieren en 2016 más de 53.000 casas, el grueso en la costa, y ocho de cada diez son de segunda mano
El idilio entre la costa española y el comprador extranjero sigue vivo. Esta relación, buena para el despegue del mercado inmobiliario español, también está dando alegrías a los propietarios de segundas residencias que cuelgan el cartel de se vende en busca de comprador.
Porque los extranjeros lo tienen claro. El 83,7% de las más de 53.000 compraventas cerradas por este demandante en 2016 fueron de segunda mano, frente a un 16,3% que optó por una casa nueva, según recoge el Anuario 2016 de la Estadística Registral Inmobiliaria. De hecho, las usadas tienen más peso entre los foráneos que entre los nacionales (81,2%). Una preferencia que se debe, por una parte, a la ausencia de promociones de nuevo cuño; y, por otra, al poder adquisitivo. Así, los que más compran viviendas de segunda mano son irlandeses, franceses e italianos. Por el contrario, prefieren la obra nueva los noruegos, belgas, holandeses y suecos.
Aunque cada nacionalidad busca una tipología de viviendas distinta. Mientras los daneses, holandeses, suizos, noruegos, británicos y alemanes se decantan en mayor grado por las casas de más de 100 metros cuadrados, los italianos, franceses y suecos prefieren superficies de entre 40 y 60 metros cuadrados.
Este comprador ha demostrado su fidelidad en los últimos años. "Cuando las transacciones de compraventa se encontraban en mínimos, el comprador no residente —principalmente europeos menos afectados por la crisis económica en sus países de origen— puso su interés en la vivienda vacacional", señala José Peral, director de Comercialización y Marketing de Solvia. Una fidelidad muy marcada por los bajos tipos de interés y el intenso ajuste en los precios que ha sufrido la costa española. "La crisis inmobiliaria ha provocado una bajada muy significativa del precio de las viviendas que ha incidido especialmente en zonas turísticas, tradicionales puntos de compra extranjera, que han podido beneficiarse de un importante stock que se ha comercializado con grandes descuentos sobre los precios anteriores a la crisis", afirma Beatriz Corredor, directora de Relaciones Institucionales del Colegio de Registradores de España y exministra socialista. En marzo, la caída acumulada en los precios desde los máximos de 2007 en la costa Mediterránea era del 45,5%. Para Baleares y Canarias el descenso es del 24,2%, según Tinsa.
El pasado año los extranjeros compraron un total de 53.495 viviendas en España, frente a las 46.730 de 2015. Esto significa que el 13,2% de las casas que se vendieron en el país fueron adquiridas por foráneos, un porcentaje nunca antes registrado. Desde el mínimo histórico del 4,2% de 2009, se acumulan siete años consecutivos de crecimiento, habiéndose triplicado el peso porcentual. El 88% de todas esas adquisiciones tuvieron una finalidad: sol y playa. "Unas 47.000 viviendas se compraron en provincias españolas que disponen de playas en el Mediterráneo o Atlántico", según Corredor.
En Canarias y Baleares protagonizaron una de cada tres operaciones y en la Comunidad Valenciana sus compras representan el 26% del total. A cierta distancia, pero con tasas igualmente de dos dígitos, se encuentran Murcia (18,57%), Andalucía (15,06%) y Cataluña (12,80%). Por provincias, Alicante encabeza la clasificación: el 43% de las viviendas que se vendieron las compraron extranjeros, seguida de Tenerife (40%), Málaga (34%), Baleares, (32,9) y Girona (30%).
Además de una segunda residencia, muchos de estos extranjeros buscan "una vivienda permanente para jubilarse, y cada vez más inversores tipo Golden Visa buscan una o dos casas que sumen 500.000 euros o más y que sean fáciles de gestionar y alquilar", apunta Mark Stucklin, director de Shario.org. Porque, "cada vez más foráneos compran en España como inversión porque ven que en algunas zonas de la costa se puede sacar una buena rentabilidad con el alquiler de la vivienda vacacional", añade.
El 'Brexit' frena
Pese al Brexit, que ha hecho que los británicos compren menos —su peso fue del 19% en 2016, por debajo del 21,3% de 2015— todavía se colocan como la nacionalidad extranjera que mayor peso tiene. Así, británicos, franceses y alemanes siguen siendo los más fieles a la costa española. Después, los suecos, belgas e italianos son los demandantes que más se dejan sus ahorros. "El descenso en el peso de los británicos en las compras de vivienda por extranjeros (-11% en 2016 con relación a 2015) está siendo sustituido de forma paulatina por los incrementos de algunos países europeos, tales como Alemania (4,9%), Suecia(14,09%), Italia(15,6%) y Holanda (15,5%)", indica Corredor.
En la red de agencias de Engel & Völkers, han observado "un aumento de los franceses, belgas, holandeses y escandinavos interesados en tener una casa unifamiliar en la costa, aunque la alemana sigue siendo la nacionalidad predominante en Baleares y Cataluña", asevera Constanza Maya, directora general de franquicias de la firma para España, Portugal y Andorra.
A diferencia de años anteriores, los británicos han frenado la compra de casas por dos motivos. "La depreciación que experimentó la libra en los meses posteriores al resultado del referéndum y la incertidumbre asociada a todo el proceso, que habría podido condicionar la materialización de algunas operaciones", según el servicio de estudios de BBVA. No obstante, en Solvia son optimistas sobre la evolución del comprador británico. "En el caso de que la libra se devaluase por un hipotético debilitamiento de la economía británica, hay que recordar que no es la primera vez que esto ocurre. Por ejemplo, el PIB de Reino Unido registró una fuerte bajada en 2009 y, sin embargo, ese año los británicos encabezaron la compra de viviendas por parte de extranjeros en España (el 31,5%)", concluye Peral. La previsión de Solvia es que en 2017 las ventas de viviendas a extranjeros aumenten un 13%, hasta superar las 100.000 unidades.
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