El primer maquinista de la historia del AVE
El primer conductor del tren de alta velocidad repasa los 25 años de un tren que ha llevado a España a la modernidad


Alfredo Durán estaba predestinado a ser parte de la historia del tren. Hijo y nieto de ferroviarios, nació hace 56 años a escasos metros de la vía de la estación de Pola de Lena (Asturias) mientras, en mitad de la nevada, su padre maniobraba con una máquina de vapor. Hace 25 años tuvo el privilegio de conducir el primer tren comercial de alta velocidad (AVE) entre Madrid y Sevilla. Con ese gesto, el mapa de infraestructuras, las ciudades por las que pasa, la gente a la que lleva (20,4 millones de viajeros anuales) y hasta la ingeniería española han viajado de forma irreversible hacia la modernidad.
Durán, como no podía ser de otra forma con sus antecedentes familiares, entró en Renfe con 18 años. Siendo “maquinista normal”, el Gobierno decidió acabar con el paso ferroviario de Despeñaperros, un estrangulamiento que condenaba al tren en la región y hacía que ir de Madrid a Sevilla supusiera unas siete horas de viaje como mínimo. De ahí, y tras la experiencia de Japón, Francia y Alemania, se decide apostar por la alta velocidad. “Nadie era capaz entonces de dimensionar lo que ocurrió después. Fue un salto tecnológico de siglos”, recuerda Durán, que fue jefe de operaciones del tren que empezó a pilotar junto a otros 17 compañeros hace 25 años y del que ahora es director de negocio.
Los primeros 500 kilómetros, que recorrían seis trenes por sentido en un tiempo medio de tres horas hace un cuarto de siglo, se han convertido en 3.000 kilómetros y tres veces más unidades. Ahora, el trayecto entre Sevilla y Madrid se ha acortado en 40 minutos.
La clave no es solo el tren, cuyas primeras unidades siguen trabajando. Los elementos fundamentales del éxito son los trabajadores, que conforman un engranaje humano que roza la perfección (entre el 98% y 99% de puntualidad); la ingeniería, que permite mantener una infraestructura modélica; y los viajeros, que confirman año a año la confianza en este medio de transporte. Incluso el incidente de la pasada Semana Santa, con una avería que causó demoras de más de 30 minutos, no puede empañar una impresionante hoja de servicios de 25 años.
Durán recuerda que su incorporación como “maquinista AVE jefe de tren”, que era el cargo, fue progresivo. “Cuando coges un Ferrari, se empieza despacio, comprobando la estabilidad, la velocidad, las infraestructura. Todo es fundamental”, recuerda.
A las siete de la mañana del 21 de abril, tras los viajes protocolarios inaugurales, Durán arrancó en Madrid y abrió paso a una nueva era. Recuerda que el entusiasmo de los pasajeros le contagió y que sintió una enorme responsabilidad. Y así hasta la fecha. “Hemos demostrado que sabemos hacer las cosas bien. En 25 años no es cuestión de suerte o casualidad. Los viajeros ya dan por inherentes al tren los aspectos de seguridad y puntualidad. Nos puntúan por otros aspectos”, afirma orgulloso.
Ese entusiasmo de los viajeros con su AVE es su mejor recuerdo de estos años. Y el peor, el 11 de marzo de 2004, cuando, como director de operaciones, tuvo que ordenar la paralización de todas las unidades para permitir la asistencia a las víctimas del atentado de Atocha.
También recuerda el nacimiento del hijo de una inmigrante por Ciudad Real -el padre del niño ha terminado en los servicios ferroviarios de Málaga- o cómo, en los primeros viajes, numerosas personas acudían a las cercanías de las vías a ver pasar y aplaudir al tren.
En estos 25 años, la tecnología ha permitido acortar los tiempos de los trayectos y hacer más eficientes algunos procesos. Pero el “pupitre”, como llama Durán al panel de mandos del tren no ha cambiado mucho. La pieza básica de esa cabina es el maquinista, capaz de identificar por los ruidos cualquier incidencia a lo largo del tren, independientemente de que los monitores diagnostican cada segundo el estado general de toda la unidad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Más información
Archivado En
Últimas noticias
Análisis de ajedrez | Joya rápida de David Antón en Catar
¿Repetir o pasar de curso? Algunos daños colaterales
Detenido en Chiapas Yoel Alter, integrante de la secta Lev Tahor, por presunta trata de menores para matrimonios forzados
Ayuso aprueba un gasto extra de 106 millones de euros para el “reequilibrio” económico de tres hospitales de Quirón en 2025
Lo más visto
- Maisa Hens, cantante: “Gracias al anuncio de El Almendro no tuve que volver a hacer un ‘casting”
- De celebrar el Gordo a temer no cobrarlo: la comisión de fiestas de Villamanín se dejó en casa un talonario vendido antes del sorteo
- Los socialistas valencianos reclaman a Feijóo que entregue a la jueza de la dana la conversación íntegra con Mazón
- “Un jardín con casa, no una casa con jardín”: así es la premiada vivienda de 146 metros cuadrados que se camufla con la vegetación
- Víctor Bermúdez, profesor de Filosofía: “Hemos perdido el control del proceso educativo, lo que damos en clase es en gran medida un simulacro”

































































