Cómo financiarte si eres una pyme
Mientras el crédito concedido por el ICO sigue a la baja, recurrir a un banco es la segunda opción más utilizada. Las posibilidades, sin embargo, son muchas más
La financiación de las pymes por parte del Instituto de Crédito Oficial (ICO), que llegó a su máximo en 2014, sigue menguando. Si en 2015 la concesión de crédito había disminuido un 55%, hasta 9.671 millones de euros, el año pasado esta cifra alcanzó apenas 4.681 millones de euros, otro 51,2% menos. Con este importe se financiaron más de 81.000 operaciones, según el mismo Instituto. Si a esta cifra se añade la operación firmada con CAF, a través de la Línea ICO Canal Internacional, por importe de 272 millones de euros, el total es de 4.953 millones de euros. Es la cuantía más baja después de 2004, cuando el ICO concedió crédito por 3.653 millones de euros. Esto se debe, explican en el Instituto, a la naturaleza anticíclica de sus actuaciones: durante la crisis, el Instituto “palió, en la medida de lo posible, las dificultades que encontraban las empresas para acceder al crédito privado, pero ahora, una vez que las entidades financieras han normalizado su oferta de crédito y las empresas disponen de mayor liquidez, está volviendo a sus volúmenes habituales de financiación”.
Así, en esta fase, el ICO se centra en la financiación con amortización a largo plazo, de hasta 20 años con hasta dos de carencia, y el fomento de la internacionalización de las empresas. “Un modelo propio de una economía en fase de consolidación del crecimiento”, subrayan. Sus líneas de mediación, es decir, líneas que funcionan en colaboración con entidades de crédito, conforman dos grandes grupos: por un lado, las que están dedicadas a financiar proyectos de inversión y necesidad de liquidez de autónomos y empresas y a las que tienen acceso también particulares y comunidades de propietarios para la rehabilitación de viviendas; por otro, las que sirven para apoyar a las empresas españolas en su actividad exportadora y su proceso de internacionalización.
El ICO es solo una de las muchas opciones de financiación de las pymes, un tipo de empresa que representa el 45,4% del tejido empresarial español, según datos del Ministerio de Economía, una cuota que alcanza el 99,8% si se incluyen los autónomos sin asalariados. De hecho, la última encuesta de la asociación de las sociedades de garantía recíproca, Cesgar, señala que, desde marzo hasta septiembre de 2016, recurrieron al ICO solo el 5,1% de las pymes, frente al 10,1% del semestre anterior. La forma más frecuente de obtener crédito sigue siendo la deuda con los proveedores, lo que equivale a aplazamientos en los pagos, una financiación que, entre el segundo y el tercer trimestre del año pasado utilizó el 34,4% de las pymes, frente al 33,1% del semestre anterior. En una escala de 1 a 10, la valoración media de este instrumento por parte de las empresas encuestada fue de 8,8, la más alta de todas.
El ‘crowdlending’, infrautilizado
En términos relativos de utilización, dos de los instrumentos más novedosos de los últimos años, el crowdlending y el equity crowdfunding –es decir, el préstamo o la participación en el capital por parte de muchos particulares–, no tienen casi relevancia. En el primer caso, la pyme pide en una plataforma web –como Loanbook Capital, Arboribus, Grow.ly, Socilen o MytripleA– una cierta cantidad de dinero para financiar un proyecto concreto de desarrollo y los inversores participan en una subasta en la que prestan una cuota del importe total requerido.
De esta forma, la empresa obtiene la liquidez que necesita con cierta rapidez y agilidad, y el inversor, en un marco de tipos de interés muy bajos como el actual, rentabilidades mucho más altas que en los canales tradicionales. A diferencia del equity crowdfunding, en el que los particulares invierten en el capital de una empresa –muchas veces una start up en el ámbito social– a cambio de una participación en sus beneficios, si los hay, al inversor del crowdlending se le devuelve el capital prestado más un interés, excepto en los casos de morosidad. Un riesgo que, aseguran los operadores del sector, se puede minimizar diversificando mucho la cartera.
Cuando el juego se pone duro
Entre marzo y septiembre del año pasado, una de cada cinco pymes (725.000, en términos absolutos) tuvo necesidades de financiación, 8,9 puntos menos que en el semestre anterior. Aunque el circulante sigue siendo de lejos el destino potencial principal de la financiación, éste perdió peso relativo frente a la inversión en equipo productivo, innovación, inmuebles o en la misma creación de la empresa.
Cuando los proyectos por los que las empresas piden financiación se consideran de alto riesgo, una forma de obtener crédito puede ser acudir a un business angel, versión moderna del mecenas, o a una sociedad de capital riesgo. Se trata de una empresa que, al aportar capital a la pyme, adquiere una participación minoritaria en la misma y se involucra directamente en sus decisiones estratégicas a través de los miembros que nombra en el consejo de administración. Un porcentaje ínfimo de pymes utiliza estas opciones, según la encuesta de Cesgar.
Y los bancos, ¿qué?
Después de la deuda con los proveedores, la forma más clásica de financiación que utilizan las pymes españolas es a través de las entidades bancarias, a las que entre marzo y septiembre de 2016 acudió el 31,4% de ellas, para solicitar préstamos o líneas de crédito. El informe de Cesgar indica que en el semestre de 2016 analizado, el porcentaje de pymes que ha obtenido financiación bancaria cayó del 83,9% del semestre anterior al 71,3%. Por el contrario, aumentaron los porcentajes de pymes a las que se ha denegado la petición (del 5,9% al 9,6%), que no han llegado a solicitarla por algún motivo (del 5,5% al 10%), y que estaban en espera de respuesta (del 4,5% al 8,9%). Se registró asimismo un endurecimiento de las condiciones de acceso a la financiación bancaria.
Entre los productos en el mercado en este momento, el comparador bancario de iAhorro señala Negocios de ING Direct, un préstamo de 3.000 a 60.000 euros para autónomos y hasta 100.000 euros para empresas, una cantidad que se deberá amortizar en un plazo de tres a 60 meses, con un TAE invariable del 7,4% en el caso de un autónomo y del 5,28% en el caso de una pyme. Se pueden amortizar cuotas por adelantado sin pagar comisiones y la cancelación anticipada es gratuita, pero hay que abonar un 0,50% por la apertura.
Esta misma entidad financiera propone también Crédito Negocios 10’, con el que se puede solicitar rápidamente, online, sin aval del notario, desde 3.000 hasta 100.000 euros, a devolver en un plazo de un año, aunque está permitido amortizar la totalidad del préstamo en cualquier momento sin tener que pagar comisión. Su TAE es del 7,1% y la comisión de apertura asciende al 1%. Se precisa tener una cuenta de ING Direct para que ingresen el dinero.
Otros préstamos bancarios
Hasta 50.000 euros puede llegar el préstamo online para empresas de Laboral Kutxa, a devolver en un plazo de tres meses, con un TAE del 7,19%. Su comisión de apertura es del 1,15%. Deutsche Bank propone un préstamo para el pago de impuestos, con el que se pueden solicitar hasta 30.000 euros con un TAE del 11,05%, tras abonar una comisión de apertura del 2%. El plazo para amortizar el importe prestado es de tres a seis meses y no hay comisión por cancelación.
Especialmente diseñado para autónomos, el Préstamo Autónomo de Bankia concede una financiación mínima de 5.000 euros a devolver en un plazo de 60 meses a un TAE del 6,16%. No presenta comisión de apertura y, si el cliente tiene domiciliados los seguros sociales en la entidad, obtiene un seguro de accidentes gratuito con una cobertura de hasta 7.500 euros por fallecimiento o invalidez absoluta y permanente.
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