Aqualia riega los ingresos de FCC
La filial de gestión de agua de la firma española dobla su cartera y se refuerza en América Latina
La Organización de las Naciones Unidas ha hecho un llamamiento a sus Estados miembros para garantizar el acceso al agua potable y el saneamiento de todos los ciudadanos. La respuesta a esa iniciativa ha dado un impulso notable a la industria de las plantas potabilizadoras, depuradoras y desaladoras; máxime cuando los países en desarrollo no solo compran tecnología, sino también gestión.
Es un mercado en auge que Aqualia, la filial de servicios y gestión del agua de la constructora FCC, ha aprovechado para doblar su cartera de negocio en 10 años, hasta 15.000 millones de euros (15 veces sus ingresos), y crecer en facturación y Ebitda (beneficio antes de amortización e impuestos) en los últimos años a pesar de la crisis. Y el plan es que esa expansión vaya a continuar con fuerza, como explicó Carlos Jarque, el consejero delegado de FCC, en la junta de accionistas del año pasado.
Y el fulcro de esa expansión es América, de donde ya viene una cuarta parte de los ingresos exteriores de la firma. Durante la junta, Jarque indicó que Aqualia debe crecer en México (donde ya estaba), Brasil, Colombia (país en el que entró en 2016, junto con Ecuador) y Perú, así como los Estados norteamericanos de Florida, California y Texas, con 100 millones de habitantes, pocos operadores de agua y la promesa del presidente Donald Trump de grandes infraestructuras hidráulicas.
Aqualia tiene contratos en 22 países de América, Europa, Oriente Próximo y norte de África. Fuera del continente americano, los países preferidos del consejero delegado son Portugal, Polonia y República Checa, además de España, donde ve oportunidades de negocio por sus infraestructuras obsoletas.
El impacto real de Carlos Slim
El pasado mes de julio, Carlos Slim (la cuarta fortuna del mundo) se hacía con el 61,1% que le faltaba del accionariado de FCC. Dos años antes, había acabado con más de medio siglo de control de la familia Koplowitz para evitar un concurso de acreedores y reflotar la histórica constructora. En 2016, la empresa cerró su quinto año consecutivo de pérdidas, pese a unos ingresos de 5.952 millones de euros. "Las constructoras recortaron su actividad tradicional en todo el mundo por la crisis, y potenciaron los negocios de agua y del medio ambiente. Así ha hecho FCC, y esperamos conocer el impacto real de la toma de control de Carlos Slim en la empresa para ver cómo potenciará estos cambios. Está centrado en mejorar las condiciones de la deuda", explica Carolina Morcos, de Renta 4.
Además, Aqualia está construyendo la mayor depuradora africana, Abu Rawash, en El Cairo (Egipto). "Tratará 1,6 millones de metros cúbicos al día, para 5,5 millones de personas; es un reto tecnológico", explica Luis de Lope, director de Aqualia Internacional.
Dentro de la empresa, no hay duda de que el músculo político y económico del que ha llegado a ser el hombre más rico del mundo ha sido importantísimo para impulsar el negocio de Aqualia en el continente. "Su llegada ha supuesto una mejor posición de la empresa en América Latina en colaboración con el Grupo Carso [de Slim]", asegura una fuente.
Pero el respaldo del magnate mexicano no es la única fortaleza de la empresa. "El agua es uno de los negocios de futuro de las constructoras, y las obras en estas infraestructuras tienen ingresos estables cuando conllevan la gestión del servicio posterior. Aqualia ha tenido una evolución muy positiva de ingresos en Oriente Próximo, África y Europa del Este, y está incorporando buenos proyectos en Latinoamérica", asegura Carolina Morcos, analista de Renta 4, que valora "muy positivamente la presencia de la empresa en Estados Unidos, por el plan económico de Trump".
Aqualia salió al exterior en 2006, supliendo la actividad que realizaba Veolia, la multinacional francesa de medio ambiente y agua que salió de FCC dos años antes. Hoy, el exterior supone la cuarta parte de la facturación de Aqualia, y los contratos internacionales superan el 41% de su cartera de negocio.
Gracias a ello, la cartera de Aqualia es casi la mitad de la cartera del grupo FCC, a pesar de que la empresa de agua factura casi seis veces menos que su matriz. "Aqualia dio un beneficio neto de 144 millones de euros en 2016, y contribuyó a reducir las pérdidas de la matriz. La actividad de la filial de agua es un 17% de las ventas y un 28% del Ebitda", asegura Carolina Morcos. "Al contrario, la construcción es el 28% de las ventas de FCC, solo aporta un 7% al Ebitda del grupo, y da pérdidas".
El negocio preferido
Dos tercios del negocio exterior de Aqualia proceden de la gestión de infraestructuras, el negocio preferido por la empresa, que atiende los servicios de agua de 22,5 millones de personas en 1.100 municipios de 22 países. En el índice Global Water Intelligence 2015 (el último publicado), Aqualia es la séptima empresa privada mundial por habitantes atendidos por servicios de agua, la tercera europea (tras Suez Environnement, que engloba a Suez España, y Veolia) y la primera española.
Ese énfasis en la administración es lo que, según Luis de Lope, director de Internacional de la firma, distingue a Aqualia de sus rivales. "Nosotros incidimos más en la gestión de los servicios que nuestros competidores españoles, aunque España sea líder mundial en ingeniería y diseño", explica. "Preferimos los contratos de construcción de infraestructuras que sumen las concesiones de los servicios posteriores a largo plazo, para tener flujos de caja estables".
La capacidad de responder contratos de asociación público-privada con inversión y diseño propios es una de las fortalezas de Aqualia. "Los mayores contratos de agua mundiales piden a las empresas privadas sistemas integrados para realizar las infraestructuras, con inversión, y operación del posterior servicio de 10 a 20 años, antes de devolverlo a las Administraciones públicas", explica Fernando Morcillo, presidente de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento.
La oferta comercial es otro de los puntos destacados de la oferta comercial de Aqualia. "España es un país complicado de abastecer, un banco de pruebas que nos ha obligado a ser punteros en todas las tecnologías para responder. Por eso construimos todo tipo de infraestructuras en todo el mundo", asegura Frank Rogalla, director de Innovación y Tecnología de la compañía.
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