Los españoles usan ya más la tarjeta que el cajero automático
La subida de las comisiones y el pago por el móvil desplazan el uso del efectivo en favor del dinero de plástico
En medios de pago, los usos de los españoles están cambiando. Por primera vez, en 2016 se ha pagado más con tarjeta en los comercios (124.406 millones) que el efectivo que se ha sacado de los cajeros (118.275 millones). La mejora económica, la subida de comisiones en los cajeros y los avances tecnológicos (como el pago sin contacto o por el móvil), han ayudado al cambio. Pese a todo, España sigue retrasada en el uso de medios de pago respecto a la Unión Europea “tanto en volúmenes totales como en importes per cápita”, apunta el Banco de España. Sin embargo, la tendencia a reducir el uso del efectivo es imparable.
Todos los datos apuntan a un mayor uso del dinero de plástico o el pago electrónico. Aunque el español medio se resiste, los avances tecnológicos y la regulación empujan con fuerza. Un ejemplo: en Madrid todos los taxistas deben llevar el terminal punto de venta (TPV), la máquina que permite pagar con tarjeta. No es voluntario, obliga la ordenanza municipal.
Los datos del Banco de España conocidos ayer reflejan el mayor uso de la tarjeta en comparación con las cantidades extraídas en los cajeros. Pero no significa que ya se hagan más pagos con el dinero de plástico que con efectivo, ya que los billetes que salen del cajero luego circulan, y se hacen varias compras con ese mismo dinero que cambia de manos.
No obstante, con la moderación en la retira de efectivo de los cajeros sí “se observa que en 2016 se ha producido una marcada aceleración del volumen de compras con tarjeta, con un mayor importe medio”, apunta el Banco de España. “Este fenómeno se ha traducido en que el volumen de pago con tarjeta ha crecido un 10,75%, es decir, tasas de dos dígitos, algo que no se veía en España desde 2007”, recuerda el supervisor.
Por debajo de Europa
El camino para alcanzar el nivel medio de Europa es largo todavía. El atávico apego a los billetes provoca que “solo el 18% del consumo de los hogares en España se paga con tarjeta”, según recuerda Verónica López Sabater, experta en medios de pago de AFI. López recuerda que en Francia, Reino Unido, Suecia y Dinamarca, “se usa tres veces más las tarjetas que el efectivo para las compras”.
España no solo está muy lejos de Europa, sino que sus cifras son inferiores a las de algunos países de América Latina; en Brasil se usa el plástico para pagar el 29% de los gastos mientras que en Chile es un 22%, siempre según datos del Banco Mundial y AFI. Según esta experta, lo que ha ocurrido en España es que la subida de las comisiones de los cajeros ha actuado como un revulsivo para que los clientes pierdan el temor a pagar con tarjeta en los comercios. “Se deberían dar cuenta, tanto los clientes como los comerciantes, que el pago con tarjeta es más cómodo y más sencillo y no es más caro. El Gobierno ha puesto un tope a lo que los bancos pueden cobrar a los comercios por lo que, si hicieran los cálculos de costes y riesgos por manejar billetes, se darían cuenta de que compensa aceptar el pago con tarjeta”.
Gorka Briones, socio de Monitor Deloitte, coincide con Verónica López y añade que, “aunque parezca mentira, el usuario se ha dado cuenta de que pagar con tarjeta es gratis y conseguir efectivo es caro”. Briones apunta que, mientras en Dinamarca ya existen comercios que advierten que no se permite el pago en efectivo, “en España es justo lo contrario, se ahuyenta a las tarjetas”. Considera que España tiene condiciones que favorecen el uso del efectivo, “como es una gran parte de población rural, más acostumbrada a ello, y la tendencia a la economía sumergida”. La norma que impide realizar pagos con billetes de más de 1.000 euros es otro acicate para arrinconar al efectivo.
Salto tecnológico
Las tarjetas han evolucionado. Abundan las de pago sin contacto (contactless), que permiten el pago sin marcar el número PIN. Sin embargo, los expertos creen que, poco a poco, el avance en los medios de pago llegará por el pago con móvil. “El TPV del comercio y el móvil del cliente están conectados a Internet, por lo que se puede hacer un pago de forma rápida y segura. El paso que falta es animar a los usuarios de las dos partes (tienda y comprador) para convencerles de la seguridad, fiabilidad y comodidad de esta vía”, señala Verónica López.
Las directivas europeas están forzando a las entidades a ser más ágiles con las transacciones electrónicas, claves en el comercio electrónico, lo que harán menos atractivo el efectivo. En España se ha triplicado el volumen del comercio electrónico entre 2010 y 2015, según la CNMC. En 2015 se compró por valor de 20.000 millones, un 26% más que en 2014.
Una de las últimas novedades de pago móvil en España es la plataforma Bizum, disponible en casi todos los bancos españoles. Permite el pago entre particulares gratis o a precios muy reducidos. Supone ligar el número del móvil a una cuenta corriente para pagos inferiores a 500 euros.
Lo que preocupa ahora a los bancos, según expertos consultados, es que las tarjetas pueden dejar de ser necesarias para el comercio online. La directiva europea de Servicios de Pago facilitará que, por ejemplo, si alguien compra algo en Amazon, la empresa realice el cargo directamente en la cuenta, sin que sea necesario poner los números de una visa. El cliente se podrá ahorrar lo que ahora paga al banco por tener tarjeta. “La regulación abre la posibilidad de que operadores no bancarios ofrezcan al cliente productos similares a mejores precios que los del banco original, aunque falta conocer los detalles de esta normativa”, apunta López.
Limosnas y donativos, también con tarjeta
En los países nórdicos, sobre todo en Suecia y Dinamarca, la obsesión por acabar con el dinero en efectivo se está llevando al extremo. El objetivo para 2030 es realizar casi todos los pagos con tarjeta o de forma electrónica. “Eso no significa que se van a eliminar todos los billetes o monedas, sino que se pretende que el 80% de los pagos se hagan sin tocar el efectivo”, apunta Verónica López Sabater, experta en medios de pagos de AFI.
Esta situación ya se está aplicando en Suecia. Una de las consecuencias ha sido que los donativos en las iglesias o las limosnas que se entregan a indigentes que venden productos en la calle, como algunas publicaciones o diferentes objetos, también se pagan de forma electrónica, según esta analista. Para hacerlo posible, se ha repartido unos móviles básicos entre los indigentes que tienen capacidad para transformarse en algo similar a una terminal punto de venta (TPV), las máquinas que los comercios tienen para cobrar. Así, el que quiere entregar dinero, solo tiene que acercar su tarjeta o su móvil al teléfono de la otra persona y marca la cantidad.
La tecnología lleva a que cada vez el pago sea una operación más irrelevante porque habrá muchas formas de hacerlo y de manera cada vez más sencilla.
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