Pajaritas de edición limitada
Un matrimonio de Sevilla prevé facturar 100.000 euros con este complemento de moda
"Si la tela me entra por los ojos, la compro, me arriesgo. Y normalmente no me equivoco". Dolores Gómez responde así cuando se le pregunta cómo decide el tejido que, en cuestión de horas, transformará en una pajarita. "Es cierto que a veces dudo si habrá alguien que se la ponga, ya sea por los dibujos o los colores, pero curiosamente en esas ocasiones las pajaritas son las primeras en agotarse", asegura. En julio de 2015, esta diplomada en Turismo y su marido, Ricardo García, diseñador web y experto en marketing, se lanzaron al mundo de la moda tras poner en marcha su propia tienda online para vender este artesanal complemento. Poco más de un año y medio después, El Mono con Pajarita prevé superar este año los 100.000 euros de facturación. "Seguimos en una nube", afirma Gómez.
El matrimonio, residente en Lora de Estepa (Sevilla), decidió cerrar en 2012 la tienda de informática que Gómez puso en marcha una década antes. "La situación económica era complicada y sopesamos montar en casa nuestra propia empresa. Hicimos números y vimos que el 80% de nuestra facturación era por los servicios de diseño web y marketing, trabajos que podíamos seguir ofreciendo", afirma García. "La decisión fue dura. Todo cierre se interpreta como un fracaso, pero no nos compensaba estar fuera de casa tanto tiempo y sobre todo después de tener a nuestro hijo", añade Gómez, quien resalta las bondades que su nueva vida les ofrece: "Podemos ayudar a nuestro hijo con los deberes, llevarlo al fútbol...".
Encargada de la contabilidad de la nueva empresa "y con mucho tiempo libre", Gómez decidió diseñar dos pajaritas iguales para su marido e hijo para un evento familiar. "A Ricardo no le gustaban las que veíamos en las tiendas, quería que fueran divertidas pero elegantes, que tuvieran carabelas. Así que decidí hacerlas yo", afirma la empresaria, quien recuerda lo poco que le gustaba que su madre le enseñara a coser. "Ahora le doy las gracias por su insistencia", apunta. Tras el éxito cosechado con esas dos pajaritas, sus familiares empezaron a encargárselas para otras celebraciones. Y el boca a oreja hizo el resto. "Comenzamos vendiendo por Internet, sin marca ni nada, pero vimos que se nos iba de las manos y decidimos dar el salto", explica Gómez antes de reconocer lo que le costó que su marido apostara por el proyecto. "Hicimos un estudio de marketing y vimos que había mercado. Es verdad que había competencia, pero para esas marcas las pajaritas eran un complemento más. Sin embargo, para nosotros era nuestro producto y queríamos ofrecer un estilo desenfadado y diferente", recuerda García.
Expertos en tecnología
Perfil. Diplomada en Turismo, Dolores Gómez montó su empresa de informática en el año 2000. Al principio fue una tienda al uso hasta que conoció a Ricardo García, diseñador web y experto en marketing, y comenzó a ofrecer estos servicios. Tras varios años, el matrimonio decide montar su propia empresa y, posteriormente, una tienda online para vender pajaritas.
Reto. Además de una colección para mujeres y ampliar su catálogo con otros complementos, el principal reto de El Mono con Pajarita para los próximos meses es aumentar el número de puntos de venta.
Todo por el proyecto
Codo a codo, el proyecto echó a andar. Gómez, seleccionando telas y diseños y confeccionado las pajaritas una a una; García, posicionando la marca en Internet y mejorando los detalles de la web. "Por cada 100 visitas hay una compra", dice el emprendedor. Y lo que comenzó siendo un trabajo esporádico ocupa hoy toda la jornada laboral de Gómez. "Normalmente, las telas las compro por Internet en Estados Unidos, Japón o Hong Kong. También donde vamos de viaje y en algunas tiendas de barrio", explica la empresaria, quien señala que solo fabrica diez pajaritas de cada tela. "Además de artesanal, queremos que nuestros clientes lleven productos exclusivos", afirma Gómez, antes de mostrar los diseños pintados por su hijo de ocho años. "Este estoy pensando hacerlo", dice señalando uno de los bocetos. Ahora se plantean dar el siguiente salto. "Yo he contactado con una empresa de Ayamonte (Huelva) para que impriman en tela mis propios diseños".
En su departamento de I+D+i, bautizado como ¿Y por qué no hacemos...?, Gómez experimenta con materiales que van más allá del algodón, el lino, el terciopelo o la piel sintética. "El último tejido que hemos incorporado ha sido el corcho, que está teniendo muchísimo éxito, y fíjate, la idea surgió de un reportaje que Ricardo vio en televisión sobre este material. También hemos incluido el policarbonato, el aluminio, el papel reciclado y la madera", enumeran, y señalan Estados Unidos y Ucrania como referentes en el diseño de este complemento. "En Estados Unidos están funcionando muy bien las de madera, así que decidimos hacerlas", apunta García.
Con más de 100 modelos diferentes, la empresa ofrece pajaritas tanto para hombre como para niño y ultima lanzar una colección exclusiva para ellas. "Llevaba tiempo trabajándola, pero no daba con el clavo, hasta ahora. Quería que fueran más femeninas, tipo gargantilla", señala Gómez. Han ampliado su catálogo con gemelos, tirantes y pañuelos a juego con las pajaritas. Además de multiplicar su oferta, el principal reto de la empresa es ampliar el número de puntos de venta. "Aunque la mayoría se facturan por Internet, cada vez más tiendas quieren tener nuestras pajaritas", apunta García, antes de señalar que prevén aumentar la plantilla en los próximos meses. Con puntos de venta en Sevilla, Cádiz, Ceuta, Alicante, Burgos, León, Madrid y Huesca, la empresa también llega a Bélgica y Japón a través de una empresa con sede en Barcelona y las redes sociales. "Las de superhéroes, Star Wars... se venden al momento".
Nueva caída del sector textil
Tras siete años de descensos y dos de recuperación, el sector textil regresa a los números rojos. Las ventas de esta industria cayeron un 2,2% en 2016 con respecto al año pasado, cuando facturó 17.743 millones de euros, según los datos avanzados por la organización empresarial del comercio textil y complementos Acotex. "Cuando parecía que comenzábamos a sacar la cabeza, una nueva caída", apunta el presidente de Acotex, Eduardo Zamacola. "Hay varios factores que explican este nuevo descenso: la caída del consumo ante la incertidumbre por la falta de Gobierno, el seguir ofreciendo productos cuando el clima no acompaña —no podemos ofrecer ropa de invierno en agosto cuando en España el frío no llega hasta noviembre— y el hecho de que el consumidor cada vez más espera a los descuentos", enumera.
Con la esperanza que arrojan los datos registrados este enero (han crecido un 7,5% tras la caída del 5,3% en ese mismo mes en 2016), Zamacola señala como principales retos el adecuar las colecciones al clima y que estas no duren tanto tiempo. "Si el consumidor sabe que esa ropa va a estar en tienda seis meses, pues no se la compra. Esperará a que el tiempo acompañe o a que le hagan un descuento", asegura.
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