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Las amenazas de Trump enmudecen el Salón de Detroit

El sector reclama al nuevo Ejecutivo estadounidense reglas claras ante la nueva situación

Un asistente a la muestra de Detroit fotografía la entrada de carga eléctrica de un vehículo en exposición.
Un asistente a la muestra de Detroit fotografía la entrada de carga eléctrica de un vehículo en exposición.SAUL LOEB (AFP)

El que se mueva no sale en la foto, así que nada mejor que pasar desapercibido. Las amenazas del presidente electo Donald Trump vía Twitter, han reducido al mínimo el perfil de los ejecutivos de la industria del automóvil presentes en el Salón de Detroit y sobre todo el tono de sus declaraciones. Y la realidad es que en algunos casos han servido de empujón final para que muchos hayan optado por no aparecer este año por la muestra. Los que pasaron por la cita pidieron claridad al nuevo inquilino de la Casa Blanca para dar certidumbre a sus estrategias.

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Nadie quiere llamar la atención y como declaraba a EL PAÍS off the record un alto directivo español de una multinacional del sector: "El hecho de que esté comunicando sus opiniones vía Twitter nos hace pensar que cuando acceda al cargo tendrá un comportamiento más discreto, moderado y acorde a su nueva responsabilidad". Pero lo cierto es que de momento lo que ha conseguido el republicano es que todo el sector se haya colocado a la defensiva. Y así lo confirman la mayoría de los discursos de las presentaciones de modelos realizadas en los stands de las marcas, en los que el denominador común han sido los mensajes como "Hecho en América" y las alusiones permanentes al número de empleos de sus fábricas en EE UU, la producción lograda el último año, las unidades exportadas o cualquier aspecto que reforzara el mensaje de su implicación o contribución al bienestar de la sociedad estadounidense.

La herencia de Obama

Pero en un sector tan planificado y discreto en sus relaciones institucionales como el del automóvil, el carácter y las reacciones imprevisibles de Trump se están empezando a convertir en una auténtica pesadilla para todos los implicados. El futuro presidente de EE UU, que toma posesión el próximo 20 de enero, propone en su programa economómico aplicar un arancel del 35% a los vehículos importados desde México. Además, pretende revisar los términos de acuerdos comerciales como el NAFTA, en el que participa también Canadá, para penalizar la deslocalización de empleo. Su plan, sin embargo, incluye también incentivos fiscales e inversiones en infraestructuras que pueden ser beneficiosas para los fabricantes. Todo esto, en cualquier caso, debe concretarse.

El impresionante impacto mediático ha provocado que en la muestra de Detroit pasen casi desapercibidos aspectos que en cualquier tiempo pasado hubieran acaparado los titulares, como el nuevo récord histórico de ventas de automóviles en EE UU logrado en 2016, con 17.539.000 unidades, 56.200 más que en 2015. La cifra será una más de las que quedará como legado de Obama, que accedió a la Presidencia con el sector en una profunda depresión y tuvo que afrontar nada más llegar el rescate de General Motors y Chrysler, en bancarrota, y las ayudas a Ford Motor para evitar que tuviera el mismo destino.

El crecimiento del mercado se ha frenado y contrasta con las 961.500 unidades que subió en 2015. Y aunque en principio se espera una ralentización e incluso una ligera caída para 2017, el último diciembre ha dado la sorpresa convirtiéndose en el mejor de la historia, con cerca de 1,7 millones de coches vendidos. En gran parte se explica porque la demanda por utilitarios pequeños caen.

Por lo demás General Motors se mantiene líder con 3.042.000 unidades, seguida de Ford con 2.599.000 y Toyota con 2.449.600. Pero las tres, al igual que FCA (Fiat-Chrysler), que es cuarta (2.265.800), ceden cuota de mercado, mientras Honda, Nissan y los coreanos de Hyundai-Kia, sus seguidores, la ganan.

Triunfan las grandes ‘pick up’

Por lo que se refiere a los modelos, el petróleo barato sigue empujando las ventas de SUV y sobre todo Pick up (todoterrenos con caja de carga separada), que dominan los tres primeros puestos del ranking. El modelo líder es la legendaria Ford F Series, cada vez más cerca del millón de unidades (820.800), y le siguen dos modelos similares, los Chevrolet Silverado (574.870) y Chrysler Ram (489.400). El primer turismo no aparece hasta el cuarto puesto y es el Toyota Camry (388.600) una berlina que precede a otro Toyota, el Corolla (378.210), y ambos por delante de dos Honda, los Civic (366.900) y CR-V (357.000).

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