El Banco de España alerta de que la inflación puede crecer al 2% por el petróleo
El supervisor prevé que la economía mantenga un crecimiento del 0,7% en el cuarto trimestre
La decisión de los países productores de petróleo de restringir el suministro ya tiene un efecto claro sobre la economía española. El Banco de España alertó ayer de que el Índice de Precios al Consumo podría alcanzar en febrero de 2017 un crecimiento por encima del 2,5%. “La tasa media de inflación para el conjunto de 2017 podría superar el 2%”, concluye el organismo supervisor en su boletín económico.
La razón estriba en el encarecimiento del petróleo y el efecto estadístico de comparar con unos periodos en los que los precios fueron muy bajos debido también al hundimiento de la cotización del crudo. No obstante, “este repunte de la inflación en los próximos meses sería, en principio, transitorio, desapareciendo a lo largo del año el impacto del efecto comparación”, reza el documento.
A juicio de los economistas de la institución, para que esas tasas de inflación se hagan permanentes tendrían que trasladarse a los precios de los salarios y otros bienes y servicios. Por esa razón, a la hora de determinar los sueldos, el Banco pide que se tenga en cuenta el mantenimiento de la competitividad. Es decir, avisa del riesgo de que por una inflación transitoria se acabe subiendo demasiado los salarios. El organismo siempre defiende que es importante seguir creando empleo conteniendo los costes laborales, lo que luego se traduce en una especie de círculo virtuoso de mayor consumo y, por tanto, mayor crecimiento y empleo.
De hecho, el servicio de estudios del Banco señala que el diferencial de precios con Europa, que era favorable a la economía española y que apuntalaba su competitividad, se ha estrechado hasta quedarse en el -0,1. Y eso lo achaca al mayor repunte de los precios energéticos en España que en la zona euro.
Por otra parte, la economía española mantiene su sorprendente robustez. El Banco de España prevé que el Producto Interior Bruto vuelva a crecer un 0,7% en el cuarto trimestre del año, justo la misma tasa de avance que en el trimestre anterior. De confirmarse, se encadenarían nueve trimestres consecutivos con la ratio de crecimiento sin caer del 0,7%. Ningún analista esperaba que la actividad resistiese tanto.
En opinión de la institución encabezada por Luis María Linde, este crecimiento se ha visto empujado por “la fortaleza del gasto interno”, que a su vez se apoya “en la prolongación del intenso proceso de generación de empleo y la persistencia de unas condiciones financieras favorables”. La entidad detecta que durante este trimestre se podría estar recobrando la inversión empresarial y en construcción después de que estas rúbricas se resintiesen durante el trimestre anterior. Por el contrario, la aportación positiva del sector exterior podría moderarse.
El pasado 2 de diciembre, el Ejecutivo aprobó un alza del impuesto de sociedades, de los especiales y de las cotizaciones. Respecto a estas medidas diseñadas para corregir el déficit, el Banco destaca que podrían tener algún coste para el crecimiento a corto plazo. Sin embargo, sostiene que “la corrección del desequilibrio presupuestario es prioritaria para atenuar la vulnerabilidad de la economía española”. Y considera que con estos ajustes el Gobierno se acerca bastante al objetivo del 3,1% en 2017. Aún así, pese a la disminución de las incertidumbres por la constitución de Gobierno, el Banco advierte de que persisten los riesgos de que no se prosiga con las reformas estructurales, “necesarias para elevar el ritmo de expansión de la actividad y de creación de empleo de manera duradera”.
Riesgos por las políticas de Trump
El Banco de España analiza dos asuntos foráneos: por un lado, indica que de aplicase el programa económico de Trump, “a medio y largo plazo ganarían peso los efectos adversos sobre la actividad de la reducción del comercio y de la población activa, en la que los inmigrantes tienen un peso significativo”.
Por otro, valora positivamente la propuesta de la Comisión Europea de alentar la inversión allá donde haya espacio fiscal. Pero ve difícil llevarlo a cabo al haber muchos países con déficits. “Requeriría una expansión muy elevada en un número reducido de países que presenta cuentas públicas saneadas”. Esto es: Alemania y Holanda.
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