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Elizabeth Warren al CEO de Wells Fargo: “Dimita y devuelva el dinero”

El Senado de EE UU somete a un duro interrogatorio a los responsables del banco sancionado por crear cuentas falsas y defraudar a miles de clientes

John Stumpf, presidente de Wells Fargo, este martes en el Senado de EE UU.Foto: cnbc
Pablo Ximénez de Sandoval

“Debería dimitir, debería devolver el dinero que se llevó mientras duró esta estafa y debería ser investigado criminalmente por el Departamento de Justicia y la Comisión de Valores”. Frases como esta, de la senadora Elizabeth Warren, tuvo que escuchar a la cara el presidente del banco Wells Fargo este martes en el Senado de Estados Unidos, durante una audiencia para informar sobre el escándalo de las cuentas falsas.

El presidente de la entidad californiana, John Stumpf, estaba citado a declarar ante el Comité de Banca del Senado después de que el pasado 9 de septiembre el Departamento de Justicia, el Estado de California y la ciudad de Los Ángeles, hicieran público un acuerdo con la entidad por el cual es sancionada con 185 millones de dólares de multa. En los documentos revelados por las autoridades federales, se documenta cómo Wells Fargo creó hasta 1,5 millones de cuentas falsas a nombre de sus clientes y emitió más de medio millón de tarjetas de crédito no solicitadas. Los clientes se fueron dando cuenta cuando incurrían en comisiones de cuentas que ellos no habían abierto.

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El banco culpó de estas prácticas a sus empleados, que hacían crecer artificialmente la cartera de clientes y el número de cuentas para lograr bonus. En un movimiento sin precedentes desde que los grandes bancos son investigados por prácticas durante y después de la crisis financiera, Wells Fargo anunció ese día el despido de 5.300 empleados, el 2% de la plantilla. “Lamentamos lo sucedido, asumimos la responsabilidad y actuamos en consecuencia”, dijo el banco en un comunicado.

Este martes, Stumpf descargó toda la responsabilidad en los empleados de base y en el error de endosarles a ellos los objetivos de crecimiento. Dentro de los cambios anunciados tras la multa Wells Fargo, asegura que desligará las recompensas de los objetivos de ventas. “Deberíamos habernos dado cuenta mucho antes de que la mejor forma de resolver los problemas en el negocio de la banca minorista es eliminar por completo los objetivos de ventas”, dijo Stumpf a la comisión. Stumpf aseguró que los empleados incurrieron en fraude por la presión de los objetivos, pero que nunca recibieron instrucciones de los directivos para abrir cuentas falsas.

La senadora Warren (demócrata de Massachusetts), sin embargo, le acusó de utilizar a los empleados como cabezas de turco para eludir su propia responsabilidad en el sistema de incentivos. Wells Fargo ganó 5.600 millones de dólares en el segundo trimestre de este año. Los bonus intactos de sus ejecutivos fueron el principal punto de crítica por parte de los senadores, que afearon a Stumpf el hecho de que no haya hecho ningún intento por recuperar los incentivos millonarios de sus ejecutivos. “No pedir algún tipo de devolución (de los bonus) por su parte y por la de otros es una mala práctica, aunque solo sea por una cuestión de relaciones públicas”, le dijo el senador republicano Rob Corker.

La senadora Elizabeth Warren, durante la audiencia.
La senadora Elizabeth Warren, durante la audiencia.AFP

Warren, una heroína de los derechos de los consumidores y representante del ala más izquierdista del Partido Demócrata, hasta el punto de que se especuló con sus aspiraciones presidenciales, fue mucho más dura: “Esto no está bien. A un cajero que roba un puñado de billetes de 20 se le obliga a asumir responsabilidades, pero los ejecutivos de Wall Street nunca asumen su responsabilidad, ni ahora ni en 2008 cuando destrozaron la economía mundial”.

El interrogatorio se centró sobre todo en el bonus de 125 millones de dólares que se llevó como parte de su jubilación Carrie Tolstedt, una directiva que dejó el banco en junio, cuando las autoridades ya investigaban las malas prácticas del banco. Warren y otros cuatro senadores demócratas en el comité escribieron a Stumpf la semana pasada pidiéndole que rescindiera o exigiera la devolución de los incentivos de los ejecutivos con responsabilidad en el escándalo.

Durante la sesión del martes, Stumpf se negó a valorar si los bonus de los ejecutivos del banco son justos o si deben ser devueltos. Warren preguntó a Stumpf directamente si él abogaría ante el Consejo de Administración por quitarle el bonus a Tostedt. “No voy a influir o predeterminar de ninguna manera al Consejo”, dijo Stumpf. Dado que Stumpf actúa como presidente del banco, Warren le contestó: “Usted sigue diciendo ‘el Consejo’ como si fueran unos desconocidos que se ha encontrado en un callejón oscuro. Usted no es un sujeto pasivo aquí. Si no tiene nada que decir, ¿qué hace en su cargo de presidente del Consejo? Si ni tiene una opinión sobre el fraude más masivo que ha afectado a este banco desde el inicio de los tiempos, ¿por qué sigue cobrando su paga como presidente del Consejo?”.

En la introducción de la comparecencia, el presidente de la comisión, el republicano de Alabama Richard Shelby, describió algunos de los hechos que quedaron establecidos en la investigación. “Varios exempleados de Wells Fargo han descrito un ambiente de trabajo caracterizado por una intensa presión para llegar a objetivos de ventas agresivos y no realistas”, afirmó Shelby. “En una carta a los accionistas en 2010, el señor Stumpf escribió que el objetivo de Wells Fargo era tener ocho productos por cliente, porque ‘ocho rima con grande’ (en inglés, eight rima con great). El resultado fue una cultura empresarial que llevó a ‘miembros del equipo’ de la compañía a abrir de manera fraudulenta millones de cuentas utilizando los fondos de sus clientes y su información personal sin permiso”.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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