Pilotos con los pies en la tierra
Sismo Soluciones fabrica simuladores de vuelo con una facturación de más de 400.000 euros al año
La empresa jerezana Sismo Soluciones nació de una pasión: la de volar. Sus tres socios saciaban esa inquietud con el juego para ordenadores Microsoft Flight Simulator, joystick en mano. Pero no era suficiente. “Buscaban una experiencia mucho más real de la que la tecnología del momento les podía ofrecer, así que decidieron ponerse a investigar. Contactaron con técnicos y expertos de Jerez y Sevilla para poner en marcha su idea. Sabían lo que querían, pero no cómo hacerlo”, explica el director técnico y comercial de la compañía, Mauricio Pacheco.
Casi 15 años después, y tras muchos avances, Sismo Soluciones fabrica simuladores de vuelo que exporta a países como Japón, Holanda o EE UU con una facturación que supera los 400.000 euros anuales. Entrar en uno de sus simuladores es como ponerse a los mandos de un Boeing 737. La empresa fabrica desde pequeños módulos o paneles hasta cabinas completas para piloto y copiloto.
“Nuestro primer logro fue el diseño del piloto automático”, apunta Pacheco antes de destacar las mejoras logradas en los últimos años. “El primer simulador completo lo lanzamos en 2010, pero, evidentemente, hoy es mucho mejor. El cliente lo que busca es que sea lo más fidedigno posible al avión, que funcione bien, que vaya rápido. Prima el realismo”, asegura Pacheco. “Otro de nuestros grandes avances es que los módulos se conecten a un red local en vez de a un USB, esto hace que vaya más rápido, que no se quede pillado. Es nuestra gran diferencia con respecto a nuestros competidores”, explica. En estos años, Sismo Soluciones ha pasado de funcionar en los ratos libres que tenían sus tres fundadores a contar con hasta 12 trabajadores.
Compra por partes
Pese a ser un producto de lujo, el usuario no tiene por qué tener un nivel adquisitivo alto. “Un simulador completo puede rondar los 40.000 euros, pero se puede ir comprando por partes. Primero el chasis metálico, luego la electrónica, los módulos… como si fuera por fascículos. Por su configuración es fácil de conectar las partes, no se tiene que soldar ni nada. Por ejemplo, tenemos un cliente que en cinco años ha conseguido tener uno completo”, explica Pacheco antes de señalar que ofrecen también un servicio de configuración a distancia. “Hay quienes no saben de electrónica y lo único que quieren es enchufar el aparato y volar”, señala el representante. Los clientes particulares representan hoy el 60% de sus compradores, el 40% restante lo ocupan escuelas profesionales.
“Nuestros aparatos están en centros de simulación de Hungría, Inglaterra… en Corea del Sur hay tres y su dueño los tiene instalados en contenedores que, como si fuera una atracción de feria, los lleva por las ciudades”, explica Pacheco. En estos momentos, la empresa también trabaja para simplificar su hardware y lograr un lenguaje de programación más básico. “Hay usuarios a los que también les gusta programarlo”, explica. Como proyecto a medio y largo plazo, la compañía pretende abrir su propio centro de simulación. “Sería en Sevilla o Madrid”, aclara.
Sismo Soluciones es una empresa eminentemente exportadora. “España representa solo un 5% de nuestras ventas y eso siendo generoso”, apunta Pacheco. Sus principales clientes son Japón, Holanda, Hungría, Inglaterra y EE UU. “Acabamos de empezar a trabajar con vendedores en Arabia Saudí y en Turquía”, señala el responsable antes de expresar su asombro de por qué ni China ni Japón han entrado en este mercado. “Para nosotros es un alivio no tenerlos como competidores, son unos rivales muy duros”, señala.
Pero el mayor despegue de Sismo Soluciones ha sido pasar de la simulación a la realidad. La empresa ha diseñado y fabricado el software y hardware de control de la red ferroviaria del Puerto de Sevilla, que le ha reportado 200.000 euros. “Ha sido un salto tecnológico importante”, confiesa Pacheco. Este proyecto no solo ha sido “un gran reto” sino la puerta hacia una nueva etapa. “Estamos trabajando en la diversificación de la empresa. Este proyecto del puerto nos ha demostrado que tenemos capacidad para actuaciones de esta envergadura”, afirma.
Del grabado al espacio
La firma sevillana Grabysur aterrizó en el sector aeroespacial hace poco más de una década. Tras nacer como taller de grabado, la empresa que fundó Fernando Besa es hoy el único fabricante español de paneles iluminados y equipos de visión nocturna para cabinas de aeronaves militares. Y uno de los pocos que hay en Europa. En el último lustro, su facturación ha aumentado más de un 300%, con unas ventas de 1,5 millones de euros en 2015, un 15% más que en el ejercicio anterior.
Esta compañía ha pasado de ser un taller de grabados a una empresa de alta tecnología para la industria aeronáutica y de defensa. Y a convertirse en proveedor directo del Grupo Airbus para paneles iluminados, con especialización en los de visión nocturna que se instalan en las cabinas de los aviones militares, helicópteros, naves y equipos terrestres dedicados a misiones de seguridad o vigilancia. El 60% de sus ventas son directas a Airbus.
“Nuestra idea de negocio es seguir desarrollando capacidades únicas o muy poco ofertadas en el mercado”, afirma Besa. Además de aumentar su presencia en el área de simuladores y sistema de entrenamiento para pilotos, la empresa ha lanzado otra nueva línea de negocio centrada en el diseño y fabricación de componentes para equipamiento y sistemas de comunicación, como teclados iluminados. La empresa incrementó su plantilla un 40% en 2015, hasta alcanzar los 17 empleados.
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