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Emprendedores chinos ‘made in Spain’ formados en aulas de Mondragón

La Universidad de Mondragón se convierte en la primera institución española en lanzar una carrera en China. Quiere aprovechar la necesidad de innovación y emprendimiento del país para crear empresas sociales

Captadores de alumnos chinos en las oficinas que la Universidad de Mondragón ha alquilado en Shanghái.
Captadores de alumnos chinos en las oficinas que la Universidad de Mondragón ha alquilado en Shanghái.Zigor Aldama

La Universidad de Mondragón se va a convertir este año en la primera institución educativa española que lance una carrera en China: será el Grado de Liderazgo Emprendedor e Innovación (LEINN). Para que esto sea posible, la participación de Jose Mari Luzarraga ha sido clave. Hace ya una década que este investigador bilbaíno escribió su tesis doctoral sobre el modelo de internacionalización del grupo cooperativista Mondragón. Un año sobre el terreno le permitió conocer de cerca la realidad de los países en vías de desarrollo, y, además de analizar las fortalezas y las debilidades del conglomerado vasco, lo que Luzarraga vio en China e India fue una gran oportunidad en el sector de la educación. “Cuando agoten el modelo de manufacturas baratas necesitarán innovar, y entonces requerirán personal formado en emprendizaje”, vaticinó en 2006. Y no se equivocó.

Ahora, China busca una nueva estrategia económica que le permita incrementar el valor añadido de sus productos, que potencie su mercado interno, y que resulte en un crecimiento más sostenible. Es una interesante coyuntura que propicia la aparición de empresas jóvenes —siete nuevas cada minuto según estadísticas gubernamentales—, algo que el propio Gobierno está incentivando desde las aulas con la obligación de que todas las instituciones universitarias incluyan formación en emprendimiento. Más de tres millones de alumnos participaron el año pasado en ese tipo de cursos, y las universidades chinas han creado un fondo de 1.020 millones de yuanes (138 millones de euros) para fomentar la innovación y financiar los proyectos de sus estudiantes.

Sin duda, esta situación favorable es, en parte, lo que ha permitido a la Universidad de Mondragón desembarcar en China. “Utilizamos un peculiar sistema educativo de origen finlandés, donde no hay profesores al uso, sino entrenadores que guían a los estudiantes en la gestión de las empresas que tienen que crear desde el primer día. Son entidades reales, con proyectos y resultados reales, que responden al lema ‘aprender en equipo creando’” cuenta a EL PAÍS Luzarraga, cofundador de Mondragon Team Academy (MTA), la red internacional de laboratorios de innovación social basados en equipos de emprendedores que crearon en el seno de la Facultad de Empresariales y que organiza LEINN, donde se han formado ya mil emprendedores.

“Creamos el grado en España hace 8 años con solo 23 jóvenes en el campus de Irún, y en septiembre el curso se iniciará con unos 300 en 9 ciudades —7 en España, Querétaro, y Shanghái—. El 95% de los graduados en la primera promoción trabaja en lo que le gusta, y el 57% continúa como emprendedor. Además, en LEINN han surgido empresas muy interesantes que tienen un importante denominador común: su impacto social”, expone el profesor. Sin duda, ese ha sido uno de los valores que más ha interesado a la Universidad de Estudios Internacionales de Shanghái (SISU) que es el socio local de Mondragon Unibertsitatea en el gigante asiático.

Estudiantes chinos y españoles participan en un concurso de ideas empresariales organizado en Shanghái por la Universidad de Mondragón.
Estudiantes chinos y españoles participan en un concurso de ideas empresariales organizado en Shanghái por la Universidad de Mondragón.Zigor Aldama

“China es ahora como un adolescente que está creándose una personalidad. Por eso, es el mejor momento para poner la semilla que dé como resultado una China adulta empática, multicultural, innovadora, y apegada a su cultura”, explica Luzarraga. “Nuestro objetivo es que los emprendedores que salgan de LEINN pongan en marcha proyectos que generen innovación y conciencia social en su entorno”. Para ello, MTA ha formado ya a cien emprendedores chinos a través de otros programas educativos, y varios se sumaran al plantel internacional de entrenadores que se encargará de los 35 alumnos de la primera promoción china. “La primera promoción estará compuesta por 25 chinos y 10 de otras nacionalidades, porque queremos que se acostumbren desde el principio a trabajar en equipos multiculturales, una de las principales carencias del sistema chino. Los entrenadores también irán siempre en un tándem compuesto por un chino y un extranjero”, comenta.

Dos empresas para aprobar el curso

Los estudiantes tendrán que crear dos empresas en las que desarrollarán los proyectos con los que irán siendo calificados, y MTA se compromete a invertir 50.000 euros en cada una de las compañías durante los cuatro años del grado. “Oficialmente serán alumnos de nuestro campus de Bilbao y obtendrán un grado europeo homologado reconocido por China. Pero como el resto de alumnos de LEINN, trabajarán también en San Francisco, India y, posiblemente, Corea del Sur”, añade Luzarraga, que fue distinguido el año pasado como Emprendedor Social Ashoka.

“Hay mucho por hacer en la educación china, que prima demasiado el contenido y la información y deja muy poco espacio a la libertad, la creatividad y la innovación”, apostilla Zhang Kun, director de las guarderías Ailu y uno de los entrenadores de LEINN en China. “Es necesario implantar otro modelo de formación para propiciar el cambio que requiere el país. Los alumnos chinos son excesivamente individualistas, lo que les impide trabajar en equipo, y muy materialistas, algo que les lleva a guiarse únicamente por el beneficio que creen que les reportará todo lo que hagan. Eso en el mundo empresarial es una receta para el desastre”, sentencia.

Entrenadores, no profesores

Luzarraga es consciente de las dificultades que China presenta a la hora de introducir una carrera tan diferente. Por un lado, porque el sector de la educación está blindado y tendrán que sortear multitud de restricciones; y por otro lado, porque los alumnos están acostumbrados a recibir únicamente clases magistrales. “Al principio no será fácil, pero queremos que nuestra propuesta sea disruptiva y que lleve a la reflexión. Es lo que hemos conseguido ya con el Máster Internacional de Intraemprendimiento e Innovación Abierta (MINN) que implantamos en Shanghái hace dos años. El 85% de los empresarios que han participado no había salido nunca del país, y a la mayoría la experiencia le ha transformado. Se han convertido en ciudadanos y emprendedores globales”.

Iñigo Blanco, otro de los entrenadores, es de la misma opinión: “El informe PISA ha determinado que Shanghái es la ciudad con el mejor modelo educativo del mundo, pero es un espejismo. Crea jóvenes con una gran falta de iniciativa que no están bien preparados para enfrentarse al mundo global. Nosotros queremos cambiar eso”.

Luzarraga va un poco más allá: “En el nuevo orden mundial la verdadera oportunidad está en emprender en China y con los chinos. LEINN quiere crear la cantera de talento internacional que lo facilite, y otras universidades del país ya han mostrado interés en adoptar el grado”. Más allá de China, también. El cofundador de MTA avanza el desembarco del grado en India -Mumbai- y en Corea del Sur para el año que viene. “No vamos con mentalidad de conquistar, sino con el objetivo de dar servicio a cada comunidad local. Y nos gustaría propiciar una innovación educativa en países que tienen un gran potencial empresarial”.

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