Se acercan los idus de marzo
En los calendarios romanos, los idus eran percibidos como muy positivos, puesto que estaban vinculados a festividades y buenas noticias en general. Se asociaban a deidades, concretamente los de marzo a Marte, dios de la guerra, una de las principales figuras en las creencias romanas. Pero los idus de marzo pasaron a la historia porque precisamente ese día fue asesinado Julio César, pese a haber sido advertido por un vidente.
Regresando a nuestro tiempo y a nuestros mercados, parece que el mes de marzo también puede resultar clave en el devenir de los mercados: justo en los alrededores de los idus (15 de marzo), los principales bancos centrales del mundo van a volver a salir a la palestra y se espera que puedan tomar decisiones importantes.
Debutará el Banco Central Europeo (BCE), del que esperamos una nueva reducción de los tipos de depósito, que ya se encuentran en terreno negativo (los bancos pagan un 0,3% por depositar su liquidez en el BCE). También podría ampliar el importe que destina a adquirir activos en los mercados (QE), o incluso modificar el tipo de instrumentos que compra, dando más volumen a activos bancarios.
Detrás vendrá la Reserva Federal, de la que ya no se espera una subida de tipos de interés, aunque claro está que podría sorprender al mercado aplicándola finalmente. Parece poco probable, ya que la actividad económica en Estados Unidos da algunos síntomas de estancamiento, especialmente en un sector manufacturero que sufre por los bajos precios de las materias primas y la apreciación del dólar.
Ambas posibles decisiones son muy importantes para unos mercados que temen por tres cosas: recesión mundial, bajos precios de las materias primas y agotamiento de las políticas monetarias que han generado un ciclo alcista de gran desarrollo.
En cuanto a una posible recesión mundial, de momento parece excesivo situarse en ese escenario. Los indicadores de actividad muestran una desaceleración, pero no una recesión inminente, a pesar de que el PMI de servicios en Estados Unidos nos dio un buen susto el pasado miércoles. Los resultados de las empresas parecen decir lo mismo y muestran más dispersión sectorial que caída. Por lo tanto, no vemos valoraciones muy comprometidas en Bolsa, especialmente en valores y sectores defensivos, ligados al consumo no cíclico. Los problemas se centran en energía, por motivos obvios, y en financieros, que sufren en cuenta de resultados en este entorno de tipos de interés y alta exigencia regulatoria.
Y en cuanto al agotamiento de la política monetaria y el riesgo de que medidas cada vez más extremas generen más inconvenientes a medio plazo que beneficios a corto, bien es cierto que una política de tipos negativos a medio plazo resulta económicamente incongruente —¿pagar por prestar?—, pero a corto plazo tampoco parece estar generando burbujas en los activos, ni un sobrecalentamiento de la inflación, más bien al contrario.
Decíamos que los idus se relacionaban con buenas noticias, excepto para Julio César. En todo caso, recomendamos mantener posiciones en mercado con cautela y no sobreexponerse ante posibles rebotes.
Alejandro Vidal es Director de Estrategia de Mercados de Banca March
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