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La duración del contrato temporal en la industria cae a menos de dos meses

Pasa de un promedio de 188 días en 2008 a 58 días en 2015, según los datos de Empleo

Manuel V. Gómez

La crisis ha empujado a la baja la duración de los contratos temporales en la industria. Y la incipiente recuperación no ha supuesto un alivio. En 2008, la vida media de un contrato en este sector ascendía a 188 días, más de seis meses; en 2015, no llega a dos. El sector industrial sigue teniendo un empleo de mayor calidad que el resto. No obstante, hay parámetros que muestran que se ha deteriorado. La tasa de temporalidad se sitúa ahora en el 20,1%. Y también ha crecido la rotación por cada puesto de trabajo: ha subido el número de contratos, ha caído su duración y hay menos empleo.

Los expertos consideran que la industria es el corazón del mercado laboral. Los puestos de trabajo son más estables; el uso —y en muchísimas ocasiones abuso— de los contratos temporales es menor; es el sector que tiene menos subempleo, con un 7% del total, cinco puntos por debajo de la media; y los sueldos son mayores: 1.897 euros al mes le convierten, de nuevo, en la rama que mejor paga. Pero las consecuencias de la profunda crisis laboral también se notan aquí. La estabilidad en el empleo ha caído mucho en este sector y la mejora laboral de los últimos tiempos solo ha logrado frenar ese deterioro.

En el primer año de la crisis, 2008, la duración media de los contratos temporales era de 188 días, más de medio año. Fue, al mismo tiempo, el máximo que figura en los datos de los Servicios Públicos de Empleo Estatal, dependiente del Ministerio de Empleo. En 2015 ha caído a 58, no llega ni a dos meses. Con la recuperación laboral, el desplome se ha frenado. Sin embargo, la tendencia a la baja se mantiene.

Ante estos datos, la federación industrial de UGT, ha criticado reiteradamente “que se están convirtiendo trabajos estables en contratos precarios”. “Se está produciendo una preocupante sustitución de contratos indefinidos por temporales”, abunda el secretario general de esta federación, Carlos Romero.

Descenso más acusado

La caída en la duración de los contratos es mucho mayor en la industria que en otros sectores. El recorte ha llegado a todos, pero esta rama es la que más ha perdido (también era la que más tenía que perder). Estos datos están en consonancia con la evolución de la tasa de temporalidad, que se sitúa en el 20,1% y ya se acerca a los niveles de hace siete años (20,7%), algo que no sucede en el conjunto del mercado, dada la destrucción masiva de empleo temporal que hubo.

No obstante, desde Confemetal, la patronal siderúrgica y uno de los segmentos más significativos del sector, se recuerda que la temporalidad en la industria es más baja, “casi residual en el metal, los fijos superan el 85%”.

Más eventuales

Junto a la menor duración de los contratos temporales durante la crisis, en la industria también se aprecia el mayor atractivo de los contratos eventuales, la modalidad temporal que se utilizan para afrontar picos de producción. Hace cinco años suponían cuatro de cada 10 de todos los que se firmaban en un año. En 2015, llegaron a suponer el 54% de los más de 1,8 millones firmados, incluidos los indefinidos.

Tras los contratos eventuales, los más utilizados son los de obra o servicio, que representaron un 32% del total, cinco puntos menos que en 2008. Los siguientes ya son los fijos, en sus diferentes versiones, que suman el 8,2%. En cuarto lugar aparecen los contratos interinos, con el 7%.

La tendencia a la baja de la duración es inversa al número de contratos temporales firmados cada ejercicio: si en el año 2008 se suscribieron cerca de 850.000 compromisos temporales, el pasado ejercicio fueron un total de 1.730.000. Esto, teniendo también en cuenta que se ha destruido empleo, certifica un gran aumento de la rotación de contratos para desempeñar un solo empleo.

Para la directora del departamento industrial de la empresa temporal Adecco, Nuria Rius, esta evolución se debe a la “falta de confianza”. Ante la incertidumbre de las malas épocas y los primeros compases de las buenas, “los empresarios prefieren no arriesgar”, apunta.

“No se han consolidado las expectativas de crecimiento”, analiza el secretario general de la federación industrial de CC OO, Agustín Martín, quien también lamenta “que lo poco que ha crecido el empleo en el sector ha sido temporal y precario”. Martín, no obstante, recuerda que la industria es muy heterogénea y que las cifras entre sus diferentes segmentos cambian.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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