Arquitectos y traductores a la fuga
El 8% de los licenciados en 2010 trabaja fuera de España, según el INE. Los enfermeros y economistas los que más salen.
Uno de cada cuatro traductores y arquitectos licenciados en 2010 se han marchado a trabajar fuera. En números absolutos, ganan los diplomados en Enfermería (868, el 12,9%) y los de Administración y Dirección de Empresa (623 del total, un 7%). Casi el 8% de los que tienen un empleo se han ido al extranjero.
“El pinchazo de la burbuja inmobiliaria ha provocado que muchos arquitectos tengan que marcharse. Pasaron de ser una titulación en la que había trabajo por todas las esquinas para proyectar y construir vivienda a una actividad reducida a cero”, explica el rector de la UPM, Carlos Conde. Los que se quedan, añade, intentan abrirse paso en el mercado de la restauración.
Los titulados que más salen fuera son los que se licenciaron en la Comunidad de Madrid (10%); en Navarra (9,3) y en la Comunidad Valenciana (9,2), según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El mapa varía también por comunidades autónomas cuando se revisa la tasa de empleo de los que se quedaron. En Cataluña, Baleares, Aragón, Madrid y La Rioja más del 80% de los titulados están trabajando. Las que están peor —por debajo del 70% en todos los casos— estudiaron en Canarias, Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha.
El primer gran análisis sobre titulados universitarios y mercado de trabajo del INE, presentado este martes, deja fuera la gran reforma universitaria —el Espacio Europeo de Educación Superior, conocido como plan Bolonia— que se implantó de forma masiva en España en 2010. Este plan supuso el salto de las antiguas licenciaturas y diplomaturas a los nuevos grados, más centrados en la formación práctica.
Entre las soluciones señaladas por distintos expertos, que recomiendan continuar con análisis que incluyan el efecto del plan Bolonia, está la reordenación del mapa universitario y la necesidad de aumentar el porcentaje de los que optan por la Formación Profesional (FP). “Otros países han reducido el número de universidades convirtiéndolas en centros de FP superior desde los que se puede acceder a la universidad”, considera Juan José Dolado, catedrático del Instituto Universitario Europeo de Florencia. En el resto de Europa, el 50% estudia en los campus y el otro 50% hace FP. En España el porcentaje es del 60/40, explica este experto, que considera que sobran “unas 15 universidades” en este país.
Los resultados son mejores en las universidades privadas que en las públicas, según el estudio del INE. Los titulados de los campus de pago tienen una tasa de paro siete puntos menor que los otros (13,1% frente a 20,2%). “En general los estudios y la calidad son peores, pero los jóvenes salen de estos centros con una mejor red de contactos”, concluye Dolado.
El síndrome del eterno becario
El estudio del INE sigue la senda de otros informes internacionales y señala con datos algunos de los males laborales que sufren los jóvenes españoles. El 12% de los titulados en 2010, por ejemplo, siguen de becarios, enganchando contratos de prácticas o formación, cuatro años después de abandonar las aulas.
Un estudio de la OCDE de mayo alertaba de que España es el segundo país europeo, solo por detrás de Eslovenia, en el que hay más becarios-titulados. Y ocupa, además, el primer puesto entre los peor pagados. Sus sueldos no les permite cubrir el coste básico de la vida, según la OCDE. El INE no analiza los salarios en este informe.
Por otra parte, los graduados en Administración y Dirección de Empresas y los diplomados en Podología tienen mayores porcentajes de autónomos o trabajadores independientes (66,4% y 59,4%, respectivamente).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.