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El ‘Black Friday’ llena el comercio del centro antes de Navidad

Las tiendas y los clientes abrazan con entusiasmo las rebajas prenavideñas importadas desde EE UU

Una tienda con descuentos en Barcelona
Una tienda con descuentos en BarcelonaAlbert Garcia

En Estados Unidos, el país que se inventó el Black Fridayunas rebajas prenavideñas el último viernes de noviembre— el comercio juega con ventaja: allí, además de celebrarse desde los setenta, es un día festivo para buena parte de la población. En España, este año las tiendas han abrazado con entusiasmo esta oda al consumo importada. Y aunque aquí la jornada era laborable, el reclamo funcionó. El comercio del centro de las ciudades se llenó e inauguró la precampaña navideña y los centros comerciales tenían a mediodía la clientela de la hora punta del fin de semana.

Los primeros balances de las tiendas fueron buenos. En Media Markt aseguraban a primera hora de la tarde que, con respecto al viernes negro del año pasado, sus ventas se habían elevado cerca del 60%. En Amazon España a las 17:23 batieron su récord: tenían 370.000 pedidos, el máximo para una jornada desde que en 2011 nació la versión española de este gigante del comercio online. Hasta ese momento, los artículos más populares en esa tienda virtual eran la videoconsola Play Station 4, una aspiradora, un móvil, unas gafas de sol y un disco duro para almacenar información.

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En el centro de las ciudades la estrella era la ropa. En parte, porque todas las grandes cadenas, a excepción de Primark, se subieron al carro de las promociones. Inditex hacía en sus marcas un 20% de descuento. Mango, el 30%. H&M variaba del 10% al 30%. Por la tarde, según las oficinas cerraban, las tiendas se animaban. Y las colas en Madrid recordaban a días cercanos a la Navidad.

Según una de las dependientas que atendían con paciencia a las siete de la tarde la enorme fila de clientes de Zara en Gran Vía, habían tenido que abrir más cajas de las habituales para tratar de acelerar las esperas. Y en lo centros comerciales la afluencia era también llamativa. El Corte Inglés de Nuevo Centro, en Valencia, poco después del mediodía (un horario habitualmente tranquilo) había ya un ambiente propio del fin de semana.

Pese al éxito, no se vio en ningún sitio la avalancha que viven los grandes operadores de Estados Unidos, como el caso de Macy's en Nueva York, donde se forman largas colas la noche anterior. Pero algunos españoles sí tenían cierta impaciencia echar una ojeada a las ofertas de la jornada. En El Corte Inglés de plaza Catalunya de Barcelona, una veintena de personas esperaba a que fueran las 9.30 para entrar.

A la caza de ofertas

"Otros días cuando abrimos suelen haber esperando unas cuatro o cinco personas que vienen a comprar algo en el supermercado antes de ir al trabajo. Hoy había más de 20. Y no es habitual que venga nadie a estas horas de la mañana para comprar joyas", explicaba un trabajador, en referencia a los seis clientes que a esa hora curioseaban esa sección de los grandes almacenes. En la planta de moda joven, una empleada apuntaba ya por la mañana que el efecto de la campaña se estaba notando: "Hemos tenido una semana muy floja, pero hoy sí estamos vendiendo", comentaba.

Pese a la afluencia, no todos los comerciantes estaban contentos con el resultado del Black Friday más popular hasta la fecha. Porque hacer ofertas antes de Navidad implica renunciar a un pellizco de los beneficios. Y muchas de las compras de l viernes, se hubieran hecho otro día de no ser porque la gente esperó a los descuentos. "La gente ha estado viniendo los últimos días a echar un vistazo y diciendo que vendría el viernes a comprar. Creo que todo lo que vendamos entre hoy y mañana equivaldrá a lo que no hemos vendido durante toda la semana", afirmaba el dependiente de Collective, un comercio de la capital catalana de ropa y monopatines.

Albert y Belén, de 21 y 20 años, en la zona comercial de Portal del Àngel cerca del mediodía seguían con las manos vacías pese a haber visitado tres tiendas. "Es que lo que nos gusta no está rebajado y los descuentos que hemos visto son normalillos, tirando a bajos", afirmaba ella.

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